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El Real Zaragoza cae 2-1 en Leganés y da otro giro de tuerca hacia el abismo
Los de Jim no reaccionan en su crisis y pierden ante un rival directo en una segunda parte horrorosa, llena de errores y carencias y sin respuesta ante el primer tanto.
La crisis se agudiza. Derrota por 2-1 ante un igual, un rival directo al borde del abismo del descenso, un pobre Leganés que dejó en evidencia que a Juan Ignacio Martínez ‘Jim’ se le ha ido de onda el plan de temporada y lo que viene se augura tenebroso. Después de perdonar en los primeros 45 minutos al rival, el Real Zaragoza salió en la segunda parte al campo pasivo, sin argumentos ni actitud competitiva, en especial en cuanto encajó el 1-0, pese a que aún quedaba casi medio partido por delante.
Más de lo mismo fue el primer tiempo zaragocista. Dominio mayoritario del balón ante un Leganés atolondrado, decepcionante en su nivel de eficacia para la plantilla que tiene, pero sin ningún tino en el área de los rematadores tomates (sorprendentemente, de rojo vistió el equipo de Jim esta noche de viernes). Las carencias archiconocidas de este bloque se repiten como una letanía cada jornada. Disparos flojos por un lado, otros que tienen más intención dan siempre en el muñeco defensivo de la zaga rival y, lo más importante, las ocasiones meridianamente claras que el Zaragoza logra armar se van siempre al limbo.
En unos primeros 20 minutos de absoluto control de los aragoneses, con Eugeni en modo líder desde el interior izquierdo, Francés y Azón (titular por las ausencias de Sabin Merino y del lesionado de última hora Álvaro Giménez) fallaron dos goles que nunca se pueden ni deben despreciar. El central no logró rematar a puerta vacía en el 6 un córner lanzado por Eugeni y que se comió por alto Riesgo, en una salida garrafal. Le pilló poco atento al canterano. Y en el 11, Azón se quedó solo, mano a mano ante el portero, tras un buen pase al espacio de Gámez, pero su control fue muy deficiente y le entregó la pelota al guardameta leganense en una acción de baja calidad. Estas oportunidades no se pueden errar nunca, mucho más cuando hay tanto en juego.
El Leganés espabiló en el minuto 20 por medio de Arnáiz, que concluyó una contra rápida con un disparo alto desde la frontal. Hasta ahí, Cristian Álvarez ni se sabía que estaba en el campo. Fue un amago de nada, pues los madrileños, pitados enseguida por su numerosa afición, mostraron un aspecto de crisis seria en su fútbol, sin combinaciones que pusieran en apuros a una calmada defensa zaragozana. Narváez y Azón, de nuevo, rondaron el portal del Leganés, pero sin la puntería afinada. El colombiano estrelló en la espalda de Omeruo un chut franco desde el borde del área en el 23. Y en la siguiente acción, en otro saque de esquina de Eugeni -que había asustado a todo el mundo con una posible lesión muscular de la que fue atendido-, el delantero centro cabeceó fatal, solo al borde del área pequeña. Petrovic estaba obturado y Francho demasiado desaparecido. Solo Eugeni gobernaba los ataques tomates, pero ni Narváez -torpe- ni Sainz dieron verticalidad a las llegadas. Y
Azón, sin suministro, es una pieza perdida. Lucha todo, pero no genera nada por sí solo. El Zaragoza se apagó ostensiblemente en los últimos 10 minutos previos al descanso. Arnáiz casi hizo el 1-0 en la única disfunción defensiva de Jair y un alborotado Chavarría. Su remate delante de Cristian Álvarez lo echó el portero argentino a córner en una meritoria intervención en el 38. Y cuando ya se había rebasado el 45, el central Omeruo cabeceó una falta lateral mal defendida y la pelota rozó el poste derecho por fuera. Dos sustos que avisaban a Jim de que necesitaba resetear a su equipo, que nunca sabe sacar sustancia de su dominio, aunque sea tan claro como el de esta noche en Butarque.
Nafti, entrenador local, hizo un doble cambio tras el intermedio. Mucho necesitaba reparar un caótico Leganés. Jim prosiguió con el mismo plan. Y el paso de solo 6 minutos dio la razón al primero. El errático equipo del sur de Madrid marcó el 1-0 en la primera ocasión clara de la segunda mitad. El joven Cissé (dorsal 32) remató rasó, cruzado y con potencia un ataque global (el primero del partido) del equipo pepinero. Cristian Álvarez ni la vio. Otra enfermedad conocida en este Zaragoza del presente: cómo le penalizan sus errores, siempre con gol, al contrario que lo que ocurre en el área contraria. Así que volvía a tocar remar contracorriente.
El Zaragoza de las segundas partes, siempre peor que el de las primeras, regresó en Butarque. Es como si los plomos se le fundieran en el cuarto de hora de ínterin. Cissé, el celebrado goleador, estuvo cerca del doblete en el 57, solo en el borde del área ante una defensa de plastilina, pero su chut se le fue fuera del marco por un metro con todo a placer. Los de Jim estaban dormidos. No había noticias en ataque. Y el gol hizo mucho daño a un grupo con mente débil. En el 61, Omeruo cabeceó un córner (por alto, la zaga de Jim fue una verbena) y Cristian Álvarez evitó el 2-0 junto al larguero, elevando el balón a saque de esquina. La cosa pedía rectificaciones urgentes. Pero solo Nafti hacía sustituciones, con la entrada de Rober Ibáñez para retocar la línea medular.
El Leganés se puso en modo conservador y retrasó líneas para verlas venir, sabedor de la poca punta de las flechas zaragocistas, que tocaban y tocaban el balón en tierras de nadie para acabar perdiéndolo una vez tras otras. Narváez entró en su clásica histeria contra el mundo. Petrovic vio su tarjeta de turno por lentitud en un repliegue. Azón y Sainz se fueron de órbita por completo. Solo Eugeni quería inventar algo, ante el atolondramiento con la pelota de Francho. Y se llegó a mitad de la segunda parte sin que Jim moviese el banquillo. Singular postura. Hasta que no restaban 21 minutos no se consumaron los primeros retoques: Grau y Nano entraron por los desafortunados Petrovic y Francho. Podía haber hecho 10 cambios Jim. El equipo estaba gripado.
Y gripado murió. El 2-0 fue un cuadro expresionista. Arnáiz salió solo desde la línea de medio campo hacia la portería zaragocista en el 76, en una pésima tirada del fuera de juego. Él con el balón y los defensores tomates corriendo sin él. Pues no le alcanzaron. Corrieron como el caballo del malo. Arnáiz, regateó a Cristian Álvarez y batió el portal aragonés a placer. Terrible sensación de impotencia, de inferioridad en todo, ante un rival que en la primera parte había dado muestras de ser muy accesible. A Jim el equipo se le desvanece en los segundos tiempos. Cuestión a analizar. Otro síntoma de letalidad segura a medio plazo. Como el hecho de no tirar a puerta, de no crear oportunidades de gol y, claro está, no hacer ni uno solo.
Puche y Vada fueron las dos últimas balas del alicantino, con todo tirado por tierra, para nada. Cambiar por cambiar a hechos consumados. El equipo le había bajado los brazos tras el 1-0, con medio partido por delante. Qué mal asunto es este. Sin rasmia, sin carácter, sin nadie que se eche a la espalda a la tropa, el futuro próximo se presenta muy poco halagüeño.
Azón, tras fallar un remate claro en un córner en el 86, marcó su primer gol del curso un minuto después, en un centro cerrado de Puche al área chica. Tenía 6 o 7 minutos el Zaragoza para lograr arreglar mínimamente el desastre. Todo muy improvisado y al límite. Con Cristian Álvarez subiendo a rematar una falta en el aumento. Esa heroica que nunca le sale bien a los zaragocistas últimamente. En el último instante se revisó un posible penalti sobre Gámez, que el VAR no dio. Y el choque concluyó con el cuadro de un Jim sin reacción un poco más hundido en la ciénaga de la zona baja de la tabla, que va a ser su hábitat hasta mayo según se desprende de sus hechuras de equipo perdedor o, como mínimo, no ganador. No vale la pena repasar la retahíla de números y datos que anuncian lo peor. Esto de Leganés es otro giro de tuerca en el mismo sentido. Toca rezar.
Ficha técnica:
CD Leganés: Riesgo; Nyom (Palencia, 46), Omeruo, Javi Hernández, Quintillá; Pardo, Recio (Rober Ibáñez, 59); Randjelovic (Shibasaki, 46), Cissé, Arnáiz (Bárcenas, 83); y Bautista (Yacine Qasmi, 69).
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Chavarría; Petrovic (Grau, 69), Francho (Nano, 69), Eugeni (Vada, 80); Sainz (Puche, 80), Narváez; y Azón.
Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité Castellano-manchego). Amonestó a Nyom (29), Omeruo (34), Javi Hernández (47) y Petrovic (65).
Goles: 1-0, min. 51: Cissé. 2-0, min. 76: Arnáiz. 2-1, min. 88: Azón.
Incidencias: Noche agradable al sur de Madrid, con 13 grados al inicio del partido (las 21.00) tras un día de sol. El césped del estadio de Butarque presentó un buen aspecto. El las gradas hubo alrededor de 11.000 espectadores, casi lleno.
