fútbol

Valentín Vada, con uve de victoria

El centrocampista argentino abandera la reacción de un Real Zaragoza que creció de forma exponencial en Alcorcón con los cambios que realizó Jim en la segunda parte

Valentín Vada dibuja una corazón con sus manos para celebrar el triunfo del Real Zaragoza.
Valentín Vada dibuja una corazón con sus manos para celebrar el triunfo del Real Zaragoza.
LOF

Valentín Vada, con uve de victoria. El centrocampista argentino rubricó el primer triunfo del curso, en un careo del que el conjunto aragonés salió muy robustecido. No solo venció, sino que lo hizo volteando un marcador adverso a domicilio, jugando de menos a más y evidenciando que hay activos suficientes para creer. Por ejemplo, el último fichaje, Vada, bandera de una reacción en la que también fue factor el aporte en ataque del penúltimo fichaje, Nano Mesa. Fichajes que suman. Alguno, incluso, multiplica, como Valentín Vada.

Apenas lleva una semana en Zaragoza, pero parece como si llevara toda la vida. El futbolista ya demostró en la misma rueda de prensa de presentación un conocimiento del medio en el que va a desarrollar su labor muy superior al convencional. Todos los nuevos jugadores del Real Zaragoza suelen decir lo mismo. Todo el mundo sabe que viene a un club histórico, que el objetivo debe ser el ascenso y tal... Vada fue más allá y enfatizó por encima de todo que la hinchada del Real Zaragoza le vuelve loco. Literal: loco. Y que él ya la había sufrido como rival. "Soy un fan de las hinchadas calientes y la presión. Me gusta jugar con presión y luchar al máximo. La afición del Real Zaragoza me vuelve loco", reiteró Vada en la sala de prensa de La Romareda el martes pasado. Solo cinco días después, y a pesar de jugar a domicilio, el argentino plasmó en el campo que sus palabras no eran gratuitas. Veloz, vertical, agresivo, Valentín Vada metió gol porque estaba ahí, en la boca del gol, cuando otros centrocampistas suele habitar en la zona ancha. Él, no. Vada estaba atento al error garrafal de Bellvis. El Zaragoza ganó porque se la comió Bellvis pero, sobre todo, porque Vada tenía hambre de gol.

Partido Alcorcón - Real Zaragoza
Partido Alcorcón - Real Zaragoza
SERGIO REYES/LOF

Vada lo puso nombre a la victoria, pero el triunfo tuvo más apellidos. La salida de Nano Mesa, el fichaje que llegó inmediatamente antes que Vada, estiró el equipo. Borja Sainz también sumó, igual que lo hicieron en el inicio Fran Gámez y Lluís López. Para disponer de un espacio económico tan reducido, Miguel Torrecilla se ha movido, y parece haber concretado bastantes más aciertos que errores. Quizá Petrovic constituya la mayor duda. Jim lo metió de inicio en un centro del campo lento, siderúrgico y timorato. Estudió tanto el técnico al rival que se mimetizó del ritmo del colista. De la ausencia de ritmo, mejor dicho.

Respondió perfectamente, y esto es lo mejor, el conjunto aragonés en la reanudación. Le sentó bien la aparición en el campo de Borja Sainz y Nano Mesa, que dieron más amplitud y profundidad al ataque zaragocista. El empate fue la consecuencia de la rehabilitación aragonesa, que, antes de igualar, ya había desperdiciado un puñado de claras oportunidades. El volteo definitivo lo ejecutó Valentín Vada, que saltó al prado a falta de un cuarto de hora para el final. Tiempo suficiente y sobrado para decidir un triunfo imprescindible en un Real Zaragoza que quiso ganar. Por eso ganó ayer en Alcorcón. Por eso, y por Valentín Vada.

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