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Rubén Díez ‘Jamelli’: la fuerza del querer

Al Castellón lo lidera un centrocampista zaragozano, una de las revelaciones de Segunda, categoría en la que se ha estrenado a los 27 años después de una perseverante y laboriosa trayectoria en el fútbol regional aragonés y con pasado efímero en la Ciudad Deportiva y el Real Zaragoza.

Ruben Díez 'Jamelli', futbolista aragonés del Castellón.
Rubén Díez 'Jamelli', futbolista aragonés del Castellón.
CD Castellón

Las imágenes que acompañan estas líneas nos descubren que en el fútbol, muchas veces, no es tan importante la meta como el camino que se recorre hacia ella. Rubén Díez Adán (18 de agosto de 1993, Zaragoza), el protagonista de la historia, nunca se dio por perdido dentro del laberinto de dificultades, desilusiones, obstáculos y desengaños que moldea la mayoría de carreras en el fútbol. Carreras muchas veces esfumadas, diluidas entre los múltiples factores que en este negocio dibujan las frontera entre llegar o no llegar a la elite. El sueño de este zaragozano era llegar. Y llegó, por el camino más largo, con perseverancia, tenacidad, sin atajos ni tampoco rendiciones. Hoy, aquel jilguero con el balón que en el fútbol regional conocían -hasta hace cuatro días- por el nombre de Jamelli es Rubén Díez, el cerebro del Castellón, su jugador guía, una de las revelaciones del año en Segunda División.

Ruben Díez 'Jamelli', futbolista aragonés del Castellón.
Jamelli, el primero del banquillo por la izquierda, entre los suplentes del Real Zaragoza en el partido de las peñas jugado en Utrillas en 2005.
HA

Sus siete goles y cuatro asistencias solo explican una parte del fútbol de este centrocampista inclasificable, debutante en el fútbol profesional con 27 años, que visitará este jueves La Romareda para enfrentarse al Real Zaragoza. Un equipo en el que pasó de puntillas en un momento que se entendió que no era el suyo. Los momentos lo son todo en el fútbol, y a Rubén Díez, entonces Jamelli, no se le abrió la puerta que pudo haberlo hecho todo más sencillo. La acarició hasta el punto de que, aunque pocas memorias conserven el recuerdo, llegó a jugar con el primer equipo del Real Zaragoza. Fue en septiembre de 2015, en el partido amistoso en beneficio de las peñas jugado, aquel año, en Utrillas. Jamelli, sentado en el banquillo de Ranko Popovic junto a Aria Hasegawa, Ángel Rodríguez o Diego Rico, salió en la segunda mitad. Fue el día que más cerca estuvo del fútbol profesional hasta que el pasado verano ascendió a Segunda División con el Castellón.

Ruben Díez 'Jamelli', futbolista aragonés del Castellón.
Jamelli, con los juveniles del Giner Torrero, en un partido de Liga Nacional Juvenil de 2010.
HA

Sus orígenes hunden las raíces en el barrio de Torrero, donde comenzó a forjarse en el Giner. Por entonces, su pelo rubio, su tamaño menudo (ahora, mide 1,66) aunque de piernas potentes, y la presencia en el Real Zaragoza de aquel brasileño de cabello claro, con un fútbol de chispa, imaginación y arrancada llamado Paolo Roberto Jamelli le dieron el apodo por el que todo el fútbol aragonés lo conocería durante su carrera. En el Valdefierro, el Almudévar, el Ebro, el Tarazona o el Teruel no jugaba Rubén Díez, jugaba Jamelli. Ahora, en el Castellón, no juega Jamelli, lo hace Rubén Díez. Una transformación  que nos confirma algo más que un proceso de maduración: Rubén Díez se ha hecho su propio nombre. Del Giner, pasó al División de Honor Juvenil del Stadium Casablanca. En esos años, jugaba como delantero, a veces por dentro, otras acostado a un extremo, pero su sitio era la línea de ataque.

Ruben Díez 'Jamelli', futbolista aragonés del Castellón.
Jamelli, en el Stadium Casablanca, en División de Honor Juvenil, en 2012.
HA

Acabada la etapa juvenil, no le quedaban muchas más salidas que las habituales en una comunidad en la que la Ciudad Deportiva ejerce de tierra prometida y filtro inaccesible para la mayoría. Empezaría así su agitada trayectoria en las trincheras del fútbol regional, con cambios constantes de club: Valdefierro (2012), Almudévar (2013) y Ebro (2014). Con los arlequinados ascendió a Segunda B ya como un jugador relevante, y el Real Zaragoza, después de seguirlo toda la temporada, lo reclutó para el filial de César Láinez. Tenía 22 años y eso jugaba en su contra al tener solo recorrido una temporada como sub 23 en el Deportivo Aragón.

A aquel equipo (con dos jugadores ahora en Primera y varios en Segunda) se le sacó mucho menos de lo que se debió o se supo: Delmás, Pombo, Lasure, Nieto, Guti, Ratón, Tarsi Aguado, Sergio Gil, Jamelli… El ascenso a Segunda B fracasó en el play off contra el Palencia. Jamelli, más allá de algún entrenamiento o aquel amistoso de Utrillas, vio cómo el club no lo consideraba para el primer equipo. En el filial, por edad, tampoco podía seguir. Y así se fue en 2016 al Tarazona, con David Navarro.

Ruben Díez 'Jamelli', futbolista aragonés del Castellón.
Jamelli, con los colores del Almudévar, en Tercera División, en 2014.
HA

Esta etapa en el camino de Jamelli supone un punto de inflexión para entender su evolución como futbolista, para comprender el atacante que era y el centrocampista que es ahora. En el filial del Zaragoza, sus funciones principales se desarrollaba en la zona del mediapunta. Por detrás, del delantero, como enlace con los mediocentros… Cada vez, su tendencia era más interior, y esto se acentuó en sus dos años en el Tarazona y vivió un impulso transformador definitivo con su salto en 2018 al Teruel de Dani Aso, en Segunda B. Solo estuvo media temporada en Pinilla, suficiente tiempo para comprobar que Rubén Díez es de esos futbolistas que mejoraban con la mejora de categoría. Cuanto más alto ha sido el nivel que lo rodea, más se ha definido y más influyente ha sido. En el Teruel, Jamelli dio un paso más a su reconversión como centrocampista, jugando cerca del mediocentro, iniciando el juego en la zona de centrales…

Ruben Díez 'Jamelli', futbolista aragonés del Castellón.
Jamelli, en la Ciudad Deportiva, durante su única temporada en el filial del Real Zaragoza, en 2016.
HA

El Castellón se enfrentó al Teruel y su técnico Óscar Cano cayó rendido a sus pies: en el mercado de invierno, Rubén Díez firmó por el Castellón y ejerció de palanca esencial para la salvación en la última jornada. Al año siguiente, el año de la pandemia, ascendieron a Segunda B con él como jugador contextual: desde su forma de jugar como interior o volante ofensivo se explicaba el fútbol del Castellón. “Rubén Díez es un jugador rara avis en el mundo del fútbol. Jugando es capaz de concentrar los mejores recursos de los compañeros que le rodean. Aporta un equilibrio esencial cuando él interviene en las jugadas”, lo describió su entrenador Óscar Cano.

A su inteligencia y cualidades técnicas, ideales para estilos de posesión, Rubén Díez agrega regate, desborde, golpeo e intuición para llegar, de ahí su pegada, su capacidad goleadora o su pericia en los lanzamientos de falta. Ya en Segunda B el pasado curso anotó media docena. Este año, se encamina a la decena, con cuatro asistencias. Está siempre involucrado en las jugadas de gol. Ahora, Jamelli -Rubén Díez- es un centrocampista de compleja etiqueta, poliédrico y camaleónico, capaz de jugar de 7, de 8, de 6, de 10, de 11… e incluso como 9, como falso delantero. Su evolución recuerda a la un jugador de su biotipo, uno, además, de sus ídolos: Santi Cazorla. Una de esas piezas que los entrenadores cuidan en un cofre de oro. Por eso se fue Óscar Cano y Juan Carlos Garrido le sigue dando mando. Le queda un año de contrato en el Castellón y el desenlace de la permanencia del club blanquinegro determinará su futuro. En Segunda, nadie le pierde el ojo. Ni siquiera el Real Zaragoza. El contrato de su vida aún le espera a este jornalero del fútbol.

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