fútbol

Narváez sacia el hambre con caviar

El delantero colombiano rubrica la victoria del Real Zaragoza con un taconazo de bandera. 

Real Zaragoza

En un Real Zaragoza que corría serio peligro de inanición, llegó Juanjo Narváez y sació el hambre con caviar. Porque caviar es el taconazo de lujo con que rubricó la victoria ante el Fuenlabrada y alimentó las esperanzas de salvación. Un gol de bandera cuando más lo necesitaba el equipo del león. Un gol de cabeza fría cuando el corazón galopa. Un gol de categoría para un Zaragoza que se va a dejar la vida por salvar la categoría.

Pudo haber resuelto antes la jugada Pep Chavarría, que le pegó de zurda con todo a favor para batir a Pol Freixanet, que lo paró casi todo. Pol Freixanet rechazó y la pelota le cayó a Narváez, que se encontraba de espaldas a la portería. Podía girar, realizar un control orientado y disparar en mejores condiciones. Pero no, Narváez no es un jugador convencional. Por tanto, no desarrolló una acción convencional, sino que finalizó con un taconazo absolutamente genial. Un mérito (y un riesgo...) semejante a tirar un penalti a lo Panenka para ganar un partido. Narváez se atrevió a hacerlo y lo hizo. O lo hizo porque se atrevió a hacerlo. El caso es que firmó el gol de la jornada, un gol que veríamos repetido una y otra vez en la televisión si lo hubieran marcado Messi o Benzema. Gol fetén. Gol que rompe una racha de seis derrotas consecutivas del Zaragoza. Gol fundamental para sumar y, lo que es igual o más importante, para creer.

Conviene contextaulizar el gol. En medio de un Real Zaragoza al borde del ataque de nervios, Narváez demostró una sangre gélida, una capacidad de resolución solo al alcance de los grandes delanteros. Allí, acorralado en el área, rodeado de enemigos por todos los lados, logró resolver la jugada y el partido. Fue un gol genial, pero ni es el primero ni el único en la cuenta de Narváez, que ya ha facturado cinco en lo que llevamos de curso. Más datos para aquilatar el aporte de este delantero: el Real Zaragoza lleva marcados 10 (en la clasificación aparecen 13, pero tres los marcó el Comité de Competición en el fallo por la alineación indebida del Alcorcón), es decir, la mitad de los goles celebrados por el equipo aragonés. Además, qué goles... Menos brillante pero igualmente decisivo fue el que le hizo al Albacete el 11 de octubre (1-0), tanto que significó la última victoria zaragocista hasta ayer. Después, marcó los dos goles que significaron el empate ante el Girona (2-2), en el sensacional remonte en el tiempo añadido. Estos dos goles, logrados en otros tantos soberbios cabezazos, comenzaron a anunciar las buenas noticias que Narváez pregona día tras día. Su cuarto gol llegó en Ponferrada. Fue el que ponía en ventaja al Zaragoza. Llegó tras un gran remate con la zurda, muy ajustado al palo. Después, dos córners mal defendidos consumaron la derrota (2-1). Ayer consiguió el quinto. Un gol para recordar. Un gol que debe representar un antes y un después para Juanjo Narváez, un delantero íntimamente unido al gol. El año pasado ya firmó siete con Las Palmas, confirmando unas condiciones diferenciales en la Segunda División, las condiciones que deben rescatar de las brasas del descenso al Real Zaragoza.

Juan José Narváez Solarte (Pasto, Colombia, 1995) llegó a España en 2013 captado por los servicios técnicos del Real Madrid. Era todavía juvenil y ese mismo curso debutó en el Real Madrid Castilla en Segunda División A, conjunto que perdió la categoría. Los dos siguientes ejercicios ligueros los desarrollaría en Segunda B con el filial blanco. De allí saltó al filial del Betis, también en Segunda B, debutando en 2017 con el primer equipo bético en Primera División. Ese mismo año fichó por el Córdoba, en Segunda División A, anotando cinco goles. Después firmó por el Almería, también en Segunda A, club con el cantó dos goles. Con 24 años lo incorporó Las Palmas, jugando prácticamente todos los partidos con Pepe Mel y rubricando siete goles. Este año era (y es) la principal apuesta ofensiva del Zaragoza, además de uno de los pocos fichajes que han respondido a las expectativas. En un estado carencial alarmante, con un Zaragoza que hace 12 partidos que no gana y seis que no se lleva nada a la boca, ayer Narváez sació el hambre con caviar, con un gol de primera en Segunda.

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