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Tenerife-Real Zaragoza: el ascenso solo admite el triunfo

El Real Zaragoza juega en la noche de este jueves en Tenerife (21.45) obligado por la victoria de ayer del Huesca.
​Víctor planea un refuerzo táctico de la defensa con tres centrales.

Nieto, Delmás y Vigaray en el entrenamiento de este miércoles. Los tres pueden ser titulares.
Tino Gil/Real Zaragoza

A suerte y verdad juega esta noche el Real Zaragoza en el Heliodoro Rodríguez de Tenerife su partido de la 39ª jornada. Después, ya solo quedarán tres para acabar la indescriptible liga 2019-20. Este método es una expresión del idioma español que, según la RAE (la Academia de la Lengua) significa «en el juego, para pedir a los circunstantes que resuelvan la duda en un lance dificultoso, en que están discordes los jugadores. Y, por extensión, se aplica en otras materias». Es un ultimátum, un punto culminante, definitivo, en una disquisición en busca de una solución ansiada y necesaria, sin más dilación ni pérdida de tiempo. En cuestiones de fútbol y otras disputas entre dos o más partes, suele ser sinónimo de «a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga», que implica además un matiz de frenazo en seco en busca de arreglos milagrosos en encrucijadas vitales de gran trascendencia, dejando todo al albur del destino, de las advocaciones religiosas o amuletos paganos.

Ganó el Huesca anoche al Alcorcón (2-1) y eso obliga a los blanquillos a no fallar. Esto se acaba. Son 3 de los últimos 12 puntos que restan para concluir el torneo. Y los de Víctor Fernández se juegan los cuartos sumidos en una crisis de resultados (cinco derrotas en las siete jornadas dirimidas tras la pandemia de covid-19) y con la presión al máximo para no dejarse por el camino ni un punto más. Requiere el Zaragoza un pleno, debe ganar los cuatro duelos pendientes... y seguir esperando un fallo del Huesca. No depende de sí mismo.

Y los va a acometer con bajas relevantes en el esquema básico del técnico, titulares o jugadores de primer uso en las rotaciones que, lesionados, han ido disminuyendo los efectivos: El Yamiq, Guitián, Igbekeme (éste, la última baja, conocida ayer, antes de este viaje al archipiélago canario). Todavía no están al cien por cien, tras pasar semanas en la enfermería, ni Puado ni Vigaray. Y Kagawa se halla muy tocado. El goleador Luis Suárez, que hoy reaparecerá tras cumplir sanción y guardar reposo en un tobillo maltrecho ante el Rayo, sigue requiriendo tratamiento específico para poder calzarse las botas y ser alineado. Este neofútbol matahombres que se juega en plena canícula, sin tiempo para recuperarse físicamente, a matacaballo, se ha cebado con el Real Zaragoza de una manera feroz.

Espera el Tenerife. La otra cara de la moneda en la categoría de plata. El equipo que mejor se ha amoldado al maratón de partidos (singularmente, desde su condición insular, que obliga a viajes enormes cada poco por su situación escorada en el mapa), con cuatro victorias de los últimos cinco jugados. Los isleños aspiran a meterse en la Promoción de ascenso. Y esto los hace extremadamente peligrosos esta noche en su estadio vacío.

El Real Zaragoza necesita salir vencedor como sea. El empate es ya un pésimo resultado, después de haber perdido todo el colchón de seguridad que se tuvo hinchado hasta hace dos semanas (fue de hasta 6 puntos con el siguiente perseguidor cuando el equipo blanquillo era segundo en la tabla). Ha de reparar, con los medios que a Víctor y sus colaboradores se les ocurran, las malas prácticas que han hecho de las últimas jornadas un carrusel de derrotas y sofocones decepcionantes. Necesitan asemejar su partido a aquellas propuestas de los triunfos fuera de casa en Lugo (1-3) y Almendralejo (1-2) que han sido los oasis entre tanto soponcio acumulado. Se ha buscado una comunión de ideas en las últimas horas. Ejercicios espirituales. La presencia del presidente de la Fundación Zaragoza 2032, Fernando de Yarza Mompeón ayer en el vestuario antes de volar a Tenerife dio grado de solemnidad especial al momento.

Víctor Fernández sabe que hay que cerrar mejor la defensa. Que los agujeros atrás, tanto de origen individual como de funcionamiento colectivo, han de desaparecer. Que la línea media ha de encontrar alguna fórmula para dar continuidad al juego combinativo y apoyar más a los de atrás cuando es menester. Para ello, es muy probable que se vea un cambio de sistema, con cinco zagueros (tres centrales y dos laterales largos), con tres mediocampistas fijos, que serán cuatro en fase defensiva cuando Puado, acompañante de Súarez en vanguardia, retroceda. Así, entraría Delmás al lateral derecho y Vigaray haría trío con Atienza y Clemente enmedio. Un 5-3-2 dinámico en pos de la pócima mágica en una noche tensa.

El once inicial, si Víctor confirma esta opción distinta, podría ser Cristian Álvarez; Delmás, Vigaray, Atienza, Clemente, Nieto; Eguaras, R. Guti, Soro; Puado y Luis Suárez