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El doctor del Real Zaragoza, cara a cara con el coronavirus

Ireneo de los Mártires, responsable médico de la plantilla, compatibiliza su labor en el club con su turno en Urgencias del Hospital Clínico de Zaragoza.

Ireneo de los Mártires, médico del Real Zaragoza, sale del vestuario de la Ciudad Deportiva este miércoles con unos informes de Dwamena en la mano.
Daniel Marzo

Son días intensos para Ireneo de los Mártires, el jefe de los servicios médicos del Real Zaragoza. Es su primera temporada al frente, un periodo de nueves meses, desde julio, en que se ha ganado la confianza los futbolistas gracias a su cercanía y su criterio profesional, una confianza que, en un vestuario, cuesta mucho ganar, y muy poco perder. De los Mártires compatibiliza su cargo en el club aragonés con otras labores de su profesión, como médico internista en diferentes centros y consultas privadas de Zaragoza o en el servicio de Urgencias del Hospital Clínico Lozano Blesa. Es allí donde estos días libra batalla contra un rival que nunca quiso haber tenido enfrente: el coronavirus.

Con un ojo en la plantilla del Zaragoza y en las indicaciones sanitarias facilitadas en el último mes, De los Mártires vive en el epicentro de la pandemia, la sala de urgencias de un hospital. “Vivo esta situación de una doble manera. Viendo como profesional que el número que diagnosticamos de pacientes con covid-19 es muy alto y que esa luz al final del túnel todavía está muy lejos. Y la vivo a nivel personal con el miedo lógico de que algún familiar o una persona allegada pudiera enfermar”, explica. “Estoy en contacto diario con pacientes con Covid y se hace duro, física y emocionalmente. Cada día vas a trabajar con el deseo de que cada vez vengan menos pacientes y que alcancemos el ansiado pico de la curva y, cuando acaban las jornadas y haces balance, ves todavía un número muy importante”, añade.

"Estoy en contacto diario con pacientes con Covid y se hace duro, física y emocionalmente"

La crisis sanitaria general concentra ahora los esfuerzos profesionales de Ireneo de los Mártires, pero los futbolistas del Zaragoza también reciben su atención y vigilancia desde la distancia, especialmente aquellos jugadores en proceso de recuperación de lesiones o molestias, como Javi Ros, Pereira, Zapater, James Igbekeme… “Son profesionales y tienen que intentar mantenerse en la mejor forma. Son muy receptivos en los trabajos de los preparadores. Son ejercicios en casa a los que ellos no están acostumbrados, trabajos de fuerza, y la parte aeróbica se reduce a la bicicleta de spinning. Eso puede suponer problemas de sobrecargas, fundamentalmente agujetas, que es lo que vimos al principio”, explica, convencido del compromiso de la plantilla con las líneas rojas del estado de alarma: “Afrontan las medidas con responsabilidad. Lo que más me preocupa es que no tengan síntomas de contagio, tanto ellos como sus familiares. Mantenemos contacto frecuente y ya les dije que ahora yo soy su médico más que nunca. Cualquier necesidad que ellos tengan estoy a su disposición”, señala.

De los Mártires reconoce que están siendo días, en el Clínico, de mucha tensión, de trabajo difícil y duro, pero a su vez muy emocional, algo comparable a los sentimientos de un futbolista cuando es vitoreado. “Te reconforta y te da fuerzas para seguir en primera línea de batalla. Cuando estoy en el banquillo en un partido y oigo corear el nombre de un jugador se me ponen los pelos de punta. Tenes esa envidia sana, piensas en lo impresionante que es. Hace unos días cuando me fui a mi casa a las ocho de la tarde estaba la gente aplaudiendo en los balcones y ese día me emocioné. No era para mí, sino para todos los que peleamos en primera línea. En ese momento pensé que no me cambiaba por nada”, asegura el doctor del Real Zaragoza en los medios del club.

"No somos héroes, no llevamos capa, sino bata blanca o uniforme, y lo único que queremos es que los pacientes se curen lo antes posible"

Son también momentos, según De los Mártires, para reivindicar el papel social de los profesionales sanitarios. “Siento a veces tristeza porque somos los mismos que hace seis meses no teníamos ese reconocimiento y seremos los mismos que dentro de un tiempo estaremos atendiendo otras patologías. No somos héroes, no llevamos capa, sino bata blanca o uniforme, y lo único que queremos es que los pacientes se curen lo antes posible. No buscamos aplausos, sino respeto a nuestro trabajo y esperemos que cuanto esto pase sigamos teniendo el mismo respeto que ahora”, afirma, a la vez que reclama unión y civismo para que la normalidad regrese cuanto ante y la pelota vuelva a correr entre los pies de los jugadores del Real Zaragoza:“ Este partido solo se puede ganar siendo un equipo, formado por médicos, enfermeras, profesionales sanitarios, policías, fuerzas del Ejército, trabajadores de servicios indispensables…Y además de ser un buen equipo necesitamos el aliento del público, desde vuestras casas y cumpliendo las medidas del confinamiento. Seguro que así podremos vernos pronto en La Romareda”, concluye.