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Víctor asume que "la afición ha tenido que soportar mucho" pero ruega "cariño" al equipo

El entrenador del Real Zaragoza, sabedor de que jugadores como Álvaro Vázquez, Pombo o Gual están en el punto de mira de la gente, pide unir fuerzas pero no resta la razón al zaragocismo.                                                     

Víctor Fernández, junto a Pombo, en un momento del entrenamiento del viernes.
Oliver Duch

Víctor Fernández no le torció la oreja a la afición del Real Zaragoza en ningún momento cuando se le insinuó este viernes en rueda de prensa que la mecha está encendida entre buena parte del graderío de La Romareda y algunos de sus futbolistas por las cosas que han venido sucediéndose a lo largo de la temporada y que, en los últimos días, han elevado el grado de combustión. Aún está caliente el episodio vivido, en doble vía, en el último partido en casa ante el Alcorcón, hace 3 semanas, con Álvaro Vázquez y Pombo como dianas de las protestas de la gente. O el más viejo asunto con M. Gual, curiosamente redimido el pasado domingo en Córdoba con su triplete goleador tras muchas semanas destarifado por el propio Víctor Fernández, que le hacen tener muchas papeletas para volver a jugar como local, donde fue vituperado en su día por su mal juego y nula visión goleadora.

Víctor, obviamente, lanzó sus mensajes balsámicos, de súplica a la unión de todo el mundo mientras el objetivo de la salvación no esté consumado. Pero en ningún momento quitó un ápice de razón a la grada, a sus sufridos ocupantes. No en vano, él mismo se declaró "forofo" zaragocista en su momento y dijo ser uno más desde las tribunas cuando no le ha tocado trabajar a pie de hierba.

"La afición ha tenido que soportar mucho, en una temporada muy dura, muy dura para ellos. Porque estamos muy lejos del objetivo que todo el mundo pensaba que iba a ser por el que luchara el Real Zaragoza. Y es que nosotros estamos obligados a estar cerca o dentro de los puestos de 'play off' de ascenso", comenzó reconociendo el entrenador aragonés. 

"Admitiendo que la Segunda División es muy variable, y un año un equipo está cerca de ascender y al siguiente se va a Segunda B (el Nástic ahora, el Numancia está en apuros...), la verdad es que a la afición le hemos ofrecido muy poco. Muy poco. Entonces, es soberana para que diga lo que quiera", pareció posicionarse del lado del aficionado blanquillo.

Y ahí llegó su contrapunto como miembro cualificado del vestuario contemporáneo, el que está a punto de concluir la temporada 2018-19. "Yo, lo que ruego es que, en un ejercicio de máxima responsabilidad y zaragocismo, más allá de lo que ocurra en el campo con la toma de decisiones de los jugadores, es que los aficionados nos den su compañía, porque la necesitamos. Una compañía afectiva y cariñosa, que estén a nuestro lado, que nos ayuden, que nos empujen", pidió en voz alta.

Y dejó abierto el canal herziano para el futuro. Para cuando el Real Zaragoza esté salvado de su pesadilla. Para cuando la campaña ponga su broche final en el último mes de la competición, que aún dejará un par de partidos más en La Romareda. "Van a tener tiempo de expresar de la manera que crean oportuna su valoración de lo que les hemos ofrecido este año. Van a tener tiempo para poder mostrarlo. Pero ahora debemos ser permisivos. Porque el equipo se entrega, con mayor o menor acierto, pero da lo máximo que tiene. Y tenemos que sacar esto adelante, todos. Y todos saldríamos muy, muy perjudicados si se diera un desastre, que aún no lo hemos salvado y no queremos que ocurra", remató su razonamiento personal e intransferible.

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