¿Por qué no ganó el Real Zaragoza en Reus tras irse 0-1 a favor al descanso?

Desconcentración defensiva, ausencia de control del balón, falta de reacción tras encajar el 1-1 e imposibilidad de tomar la iniciativa ante un rival mejor, razones evidentes admitidas desde el banquillo.

Los futbolistas del Real Zaragoza se abrazan en la celebración del 0-1 este viernes en Reus, marcado por Toquero en la primera parte.
Los futbolistas del Real Zaragoza se abrazan en la celebración del 0-1 este viernes en Reus, marcado por Toquero en la primera parte.
Tjerek

La intrahistoria del partido Reus-Real Zaragoza de este viernes (1-1) tiene, en los grandes trazos, dos partes bien diferenciadas, que coinciden plenamente con los dos tiempos reales del choque en el Camp Nou municipal de la localidad tarraconense.

Por un lado, el primer periodo, donde el cuadro zaragocista jugó con cierto rigor, tomó la iniciativa tantas veces como le fue posible hasta llegar al área adversaria, tuvo diversas fases de dominio sobre los catalanes y, sobre todo, fue capaz de adelantarse en el marcador con un precioso 0-1 (obrado en el minuto 20 por Toquero). Cuando el árbitro mandó a los jugadores al refrigerio del intermedio, las esperanzas, el grado de optimismo del Real Zaragoza cotizaban alto. Las cuestiones mayores de un partido tan duro como se sabía el de Reus, por el perfil de este contrincante en su papel de local, se estaban sacando adelante con buena nota en líneas generales, siendo más los aspectos bien resueltos que las máculas tácticas que se ponían de manifiesto en los avances rojinegros (que las hubo, sobre todo en las bandas, donde las parejas Benito-Ros y Lasure-Raúl Guti nunca lograron imponerse a sus dúos rivales, Carbia-Álex Menéndez y Yoda-Miramón) o en la creación propia (Eguaras no tuvo su día con la pelota).

Y, el revés de la moneda, cuando todo pintaba tan bien, apareció desde el mismo inicio del segundo tiempo. Además de encajar enseguida el 1-1, apenas transcurridos 70 segundos de la reanudación, el Real Zaragoza extravió la virtudes que había mostrado en los primeros 45 minutos, jamás las podría recuperar en adelante y, lo que resultó más peligroso según avanzaba el reloj, el Reus se fue haciendo cada vez más grande a la vez que el bloque zaragocista empequeñecía como colectivo.

¿Qué pasó para que esto discurriese de tal manera y, de la ilusión y la solvencia del principio de la noche reusense se acabara desembocando en el chasco del empate... y gracias?

Escuchar nada más concluir el partido a Bernardo Tapia, segundo entrenador del Real Zaragoza que ejerció de titular en Reus por la sanción que pesaba sobre Natxo González, recoge, sin profundizar en detalles (eso quedará para la semana que viene), las líneas básicas de los problemas que impidieron la felicidad completa este viernes en tierras de Tarragona.

"No hemos sabido. En la segunda parte nos han sorprendido enseguida. No tuvimos el balón con la fluidez que era necesaria. En el segundo tiempo, lo tuvieron más ellos", comenzó admitiendo Tapia.

"Evidentemente, cuando te empatan tan pronto, recién salidos del vestuario, sí que algo ha debido fallar. Sabíamos de la necesidad de salir bien en la segunda parte, como lo hicimos en la primera. Sin embargo, no fuimos capaces", apuntó en segundo término.

"Al equipo le costó reaccionar tras el gol del Reus. Ellos se vinieron arriba y a nosotros nos costó tener que hacer muchos kilómetros detrás del balón, que no es nuestro estilo de juego. Lógicamente, esto nos ha hecho sufrir, que no era la intención", prosiguió con el relato de sus sensaciones desde el banquillo del Camp Nou rojinegro.

"Cuando no eres capaz de tener el balón, que es tu estilo, pues te toca defender, ser sacrificado y correr detrás de él", insistió en un aspecto clave, que hizo mucho daño al equipo blanquillo hasta la conclusión del choque.

Es decir, que el diagnóstico recoge datos cristalinos de desconcentración defensiva, ausencia de control del balón, falta de reacción tras encajar el 1-1 e imposibilidad de tomar la iniciativa ante un rival mejor. Razones evidentes, todas ellas, admitidas y apreciadas desde el banquillo para entender por qué el Real Zaragoza dejó escapar entre las manos la victoria a la que se había hecho acreedor legítima y justamente en un primer tiempo bien trabajado que remató ganando 0-1 momentáneamente.

Tapia, cuando se le instó a evaluar la relevancia del partido siguiente, el del sábado que viene en La Romareda ante el Sporting de Gijón (equipo que ocupa puesto de ascenso directo), ya insinuó que, primero, había que pasar por el microscopio lo ocurrido en Reus, que no es algo banal por la hondura de lo apreciado en relación al bajón en el juego del Real Zaragoza en los últimos duelos y que, en esta ocasión (no como ocurrió en Pamplona o en León en su día), provocó que se derramara sobre el suelo un triunfo crucial que se tenía bien encarado a mitad de partido.

"Antes de pensar en el Sporting, hay que digerir este partido de Reus. Es verdad que no hemos jugado todo lo bien que pretendíamos. No hemos estado todo lo brillantes que hemos intentado estar", subrayó el ayudante de Natxo González. "A bote pronto, el empate nos sabe a poco. Porque veníamos a ganar", reconoció Tapia. Esa misma sensación la tuvieron en sus cerebros la mayor parte de los zaragocistas antes de acostarse el viernes por la noche.

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