Un rato para la nostalgia: Real Zaragoza-Osasuna como fin de Pilares en 1982

Hace 35 años se dio en La Romareda un partido similar al de ahora. En Primera, los aragoneses ganaron 4-0, en un estadio repleto y festivo, con 6.000 navarros.

Reseñas de las páginas de Deportes de Heraldo de Aragón de octubre de 1982, donde se contaban los detalles del Real Zaragoza 4-Osasuna 0.
Un rato para la nostalgia: Real Zaragoza-Osasuna como fin de Pilares en 1982
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Un ratico para la nostalgia. Para los grandes y buenos recuerdos del Real Zaragoza moderno. Para las enormes tardes de fútbol en La Romareda con el cuadro aragonés en lo alto de la Primera División. Y, de paso, también, para rememorar cuando los Real Zaragoza-Osasuna eran sinónimo de fiesta, de hermandad, de buen rollo, de aficiones hermanas o, en el caso más alejado, primas hermanas; aquellos inicios de los años 80 donde los radicalismos con sustrato político aún no habían contaminado tóxicamente el mundillo futbolístico en muchos lugares de España, entre ellos Zaragoza y Pamplona, sobre todo el entorno del equipo navarro en una dura y dolorosa animadversión que aún duele para los más veteranos.

¿Qué motivo trae ahora, en mitad de octubre de 2017, este recuerdo con lágrima entre muchos zaragocistas y osasunistas? Pues que el duelo liguero Real Zaragoza-Osasuna de esta noche tiene una ubicación concreta: es el final de las fiestas del Pilar, el colofón a los días grandes de la ciudad de Zaragoza y, por extensión, de buena parte de los aragoneses. Y resulta que no es la primera vez que, en tal circunstancia temporal, se enfrentan blanquillos y rojillos en La Romareda. Exactamente igual, en la tarde-noche del día de la traca, ya se enfrentaron hace 35 años.

Entonces, en el año del Mundial de España, con los rescoldos de Naranjito aún calientes,el Osasuna era un recién llegado a la élite (había ascendido 15 meses antes a Primera) tras varias décadas de depresión en Segunda e, incluso, en Tercera (que uno los vio jugar en Ejea en esta categoría), pues entonces no se había creado todavía la Segunda B. La fecha, casi la misma que ahora: el domingo 17 de octubre, apenas un baile de dos días de calendario respecto de hoy.

Ganó el Real Zaragoza 4-0 en un festival de fútbol de los aragoneses, entrenados por el mítico Leo Beenhakker, en los años de mejor fútbol plástico que, domingo tras domingo, ha vivido La Romareda en muchas décadas. El Osasuna de Pepe Alzate (el artífice del retorno de los de El Sadar entre los mejores) no pudo resistir la calidad y la ambición ofensiva de aquel Zaragoza preciosista y asistió, como 'sparring' forzoso, a una de las mejores sesiones de juego que se vieron por aquellos años (que fueron muchas, infinidad).

De Pamplona, de Navarra entera, de la Ribera, 'bajaron' a Zaragoza más de 6.000 aficionados rojillos. Aprovecharon el día de fiestas pilaristas, muchos incluso el fin de semana entero, llenaron de color muchos rincones de la ciudad, se dejaron sentir y se mimetizaron en la juerga con al menos media docena de charangas propias... Ni un solo incidente, ni un roce propio o ajeno al fútbol. Nada de nada por ese flanco. Todo camaradería y disfrute antes del fútbol y, después, deportividad absoluta. Nunca, después de aquel 17 de octubre de 1982, vinieron tantos osasunistas al estadio municipal, cuyo aforo era todavía cercano a los 45.000 espectadores, pues estaban vigentes las dos tribunas de pie (el gol y la preferente).

Sobre el césped de La Romareda, los colosos zaragocistas que dispuso ese día Beenhakker fueron Vitaller; Casuco, Morgado, Zayas (Conde, 54), Señor; Güerri, Barbas, Herrera; Ramírez (Totó, 88), Amarilla y Valdano.

Enfrente, Alzate opuso a Basauri; Macua, Purroy, Mina, Castañeda; Bayona, Rípodas, Lumbreras; Arechavaleta, Iriguíbel (Dioni, 46) y Martín.

El triunfador de aquel fin de fiestas fue el paraguayo Raúl Amarilla, que firmó un triplete. El otro tanto, lo hizo el argentino Jorge Valdano. Pitó el valenciano Fandós Hernández, un partido limpio con una sola amarilla, para el zaragocista Herrera. Amarilla marcó el 1-0 en el minuto 23. Repitió con el 2-0 en el 38. Tras el descanso, Valdano anotó el 3-0 en el 51. Y cerró una cuenta, que pudo ser mucho más amplia por ocasiones y superioridad, de nuevo Amarilla en el 75.

La lágrima zaragocista se vuelve a formar cuando se observa la clasificación de aquel momento, en Primera, tras aquel 4-0 al Osasuna en la 7ª jornada: los de Beenhakker ocupaban la 3ª posición, tras el Real Madrid y la gran Real Sociedad que ganó dos ligas entonces. Los navarros, andaban por la parte baja, como fue su sino durante los primeros cursos del retorno con los mejores.

Ahora, 35 años más tarde de aquel precedente pilarista, ambos clubes sufren los rigores de la Segunda División, cada uno a su manera, sin carecer de problemas serios en los terrenos financieros y societarios. Y el fútbol ha cambiado sobremanera en ambos lares. También los vínculos afectivos. Es la evolución de la vida. Porque, sabido es, nada es perenne. Si se aplica esta máxima en positivo, tampoco los tiempos de vacas flacas duran para siempre.

Sirva este brindis festivo para los zaragocistas y osasunistas que ya pasaron de los 45 años en su trayectoria vital. Los que peinan canas o, directamente, no peinan nada. Feliz tarde-noche de fútbol en La Romareda.

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