No hay nevera para Figueroa Vázquez

El árbitro sevillano fue designado este jueves para dirigir el Barcelona B-Oviedo de la jornada 8ª, al final de la próxima semana, con total normalidad.

Jorge Figueroa Vázquez, árbitro sevillano.
Jorge Figueroa Vázquez, árbitro sevillano.
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Figueroa Vázquez, árbitro andaluz que dirigió bajo el manto de la polémica y los errores el Real Zaragoza-Nástic de Tarragona del pasado domingo, fue designado este jueves por el Comité Técnico de Árbitros para dirigir el choque Barcelona B-Real Oviedo de la jornada 8ª, la que se disputará al final de la semana próxima. Es decir, con total normalidad según las pautas que rigen en el organismo de los jueces deportivos. Figueroa, como el resto, suele arbitrar un fin de semana sí y otro no. Lo suyo son las jornadas pares. En Zaragoza la lió en la 6ª. Y no ha tenido ningún 'efecto nevera' su espantoso y anormal actuación en La Romareda: volverá a pitar en la 8ª como si nada hubiese pasado.

No hay nevera para Figueroa Vázquez

En el mundo del fútbol, normalmente, los futbolistas y los entrenadores acaban pagando, antes o después, sus errores graves, su malas tardes, sus rachas negativas. En el caso del los árbitros, los días negros no tienen sanción alguna, salvo casos muy puntuales. Ni los reiterados. Sus actuaciones erradas sí que suelen ser parte de los problemas de los entrenadores, jugadores y, por extensión, clubes. Es la alta responsabilidad de estas piezas, por otra parte indispensables, del mecanismo competitivo. Los árbitros son imprescindibles para que el fútbol exista y, además, su labor es de mucho calado en el día a día del entramado del negocio futbolístico. Sus decisiones tienen mucha onda expansiva, para bien cuando aciertan en días complicados, o para mal cuando se complican la vida y la lían parda.

Después de lo ocurrido en el Real Zaragoza-Nástic, Borja Iglesias, Natxo González o el propio club zaragozano pueden terminar por acordarse de aquella tarde nefasta de Figueroa en la que este árbitro influyó decisivamente en que no ganasen ese partido. Porque las malas dinámicas, las rachas tóxicas, suelen generar zozobra en cualquier club. Mientras tanto, los árbitros, caso de Figueroa, suelen proseguir su camino sin ninguna punibilidad derivada de una actuación manifiestamente errada. En todo caso, si episodios como el que Figueroa protagonizó en Zaragoza son repetidos, el sujeto lo pagará al final del curso, en junio, en la evaluación final. Mientras, los efectos secundarios de sus yerros es posible que hicieran efecto mucho tiempo antes en personas físicas o entidades deportivas (SAD o clubes). Así está montado esto.

¿Cómo actuará 'el azote de los locales' (así llamaban a Figueroa en su época de Segunda B por motivos obvios) en el Mini Estadi de Barcelona? Interesante cuestión. Por ahora, en los tres partidos de liga que lleva pitados, sigue a rajatabla su media aplastante de 'no victorias' locales. No se ha dado ni una sola. Tres empates: Rayo Vallecano-Numancia (2-2), Leonesa-Valladolid (4-4) y Real Zaragoza-Nástic (1-1).

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