El Real Zaragoza empató ante un partido que debió ganar

Los visitantes se adelantaron con un gol del ex Pedro, igualó Borja Iglesias de penalti en una segunda parte excelente de los de Natxo González, que remataron dos veces al palo.

Real Zaragoza-Granada en la Romareda.
Real Zaragoza-Granada en la Romareda.
Toni Galán

Injusto empate en La Romareda. El Granada se llevó un punto en el estreno del Real Zaragoza como local este año al empatar a uno un duelo en el que los aragoneses fueron claramente superiores. El cuadro andaluz se aprovechó de un error defensivo para hacer el 0-1 muy pronto y, a partir de ahí, solo especuló con el marcador. Los de Natxo González supieron reaccionar y cuajaron un segundo tiempo lleno de casta y fe, con calidad en muchas jugadas de ataque, y solo perdieron la ocasión de ganar por la mala puntería en las muchas ocasiones que generaron ante un portero, Javi Varas, que salvó a los granadinos de la derrota.

En el primer tiempo, igualado en muchos minutos, el mejor juego lo puso el Real Zaragoza, que tuvo más la pelota. Pero el único gol lo anotó el Granada, como consecuencia de un error grave en la circulación del balón atrás entre Eguaras y Jesús Valentín, que se vio forzado a hacer una falta en la misma frontal del área que aprovechó el exzaragocista Pedro en el minuto 23. Ese detalle, de enorme tamaño, marcó el devenir del partido para desgracia zaragocista. Hasta ahí, todo había gravitado en torno a miradas de tanteo entre ambas escuadras, con amagos de Joselu desde fuera del área en el minuto 4, un cabezazo en un córner de Ángel Martínez en el 6 o un disparo de Pedro en el 12. Un ir y venir sin demasiada profundidad que aguardaba a ver por dónde rompía a hervir el juego.

Como marca la ley del fútbol, tras un perdón clarísimo del Real Zaragoza al Granada en el minuto 17, cuando Borja Iglesias se quedó solo, mano a mano ante Varas, tras un error en la cesión atrás de Alex, marrando el remate al golpear contra el rostro del portero andaluz, llegó de inmediato el tanto nazarí. El referido fallo en el pase en el fondo de la zaga zaragozana lo aprovechó Joselu para irse hacia la portería. Jesús Valentín, sabedor de que él era responsable de no haber salido a tiempo a restar el balón (hubiera llegado a restar con seguridad), lo derribó desesperado. Y Pedro, que en dos años en Zaragoza no marcó un solo tanto de golpe franco, lanzó raso, superando la barrera en su salto institivo. El balón entró sin que Ratón pudiera hacer nada. El Granada daba primero.

El equipo de Natxo notó el golpe. Anduvo grogui varios minutos por el mojado césped, bajo la lluvia de tormenta de verano. Hasta que en los últimos 10 minutos previos al descanso, gracias a la aparición en la mediapunta de Buff, buen filtrador de balones a la primera sobre Borja Iglesias o las incorporaciones del lateral Benito, el Real Zaragoza espabiló. El suizo Buff lanzó un córner directo que Javi Varas salvó en la raya por alto con muchos apuros en el minuto 35. Y, en el 43, Iglesias remató a la primera un pase atrás de nuevo de Buff, colocando el balón muy cerca de la escuadra izquierda, pero por fuera.

Hubo intención en la reacción zaragocista. Quizá sin la velocidad precisa, demasiado previsible. Pero con suficiente valor como para poner en apuros a un Granada que tampoco fue nada del otro mundo y, simplemente, sacó provecho de un regalo local para tomar el mando del timón. Natxo había armado un once extraño según lo visto hasta ahora, asimétrico, con las posiciones cubiertas por la izquierda pero no así por la derecha, donde Javi Ros (el tercer pivote titular, junto a Zapater y el desdibujado Eguaras) partía desde la izquierda pero siempre, naturalmente, hacia dentro, dejando toda la banda a Benito. Le costó asimiilar eso al equipo. Tanto como encontrar a Buff, esta vez sí metido como segundo delantero y, por supuesto, suministrar al peleón Iglesias de balones potables en el área.

No hubo demasiada fluidez en la matriz del fútbol en la medular, porque Eguaras anduvo torpe, Zapater se afanó en el corte y Ros, desplazado de su sitio, no se sintió cómodo. Aun así, la planicie del Granada, conformista, metido atrás, sin necesitar la pelota en posesión y con una defensa ruda, hizo que el Real Zaragoza siempre estuviera metido en la pelea. El marcador era adverso. Y dolía. Pero no se apreciaba superioridad de los visitantes. Así se llegó al intermedio. Con cierta desazón por el 0-1, pero con la esperanza de mejorar algo la precisión y la insistencia tras la pausa de modo que los zaragocistas pudieran comenzar la remontada en el segundo tiempo.

No hubo cambios tras el cuarto de hora de respiro. Y el Real Zaragoza, estimulado por su buen final del primer tiempo, salió espoleado de la caseta. Se comió al Granada en el primer cuarto de hora. A base de buenas distribuciones de un mejorado Eguaras y de la profundidad de Benito, llegó media docena de veces al área andaluza con serio peligro. Pombo tuvo el empate en el minuto 57 al volear de primeras un pase largo de Benito, pero Varas envió a córner en una gran parada. Dos minutos después, Buff, de rebote, casi anotó en un centro de Pombo que rechazó mal Germán. En el 63, Borja Iglesias culminó, tras un córner, con un remate cruzado que se le marchó alto en el segundo palo. Mientras tanto, los granadinos no pasaban de medio campo con peligro, encerrados atrás por la insistencia blanquilla. Fue una pena que en este tramo del choque no llegase el primer gol de los de Natxo. Lo merecieron de sobras.

No decayó en ningún momento el Real Zaragoza. Algo magnífico, viniendo de un año, el anterior, donde las segundas partes eran un erial. Siguió y siguió presionando al Granada, buscando entrar por todos los flancos en el área rival. Y en una de esas acciones, Eguaras dibujó un pase largo de tiralíneas sobre Borja Iglesias, que fue agarrado en el área por Germán, como hizo una decena de veces el central granadino durante toda la tarde ante la permisividad de Vicandi Garrido. Penalti claro que el propio Iglesias transformó de manera perfecta, engañando a Varas. En el 70, la justicia ya se acercaba en el marcador. Porque, por los méritos hechos hasta ahí, el Zaragoza se había hecho acreedor a la victoria.

Natxo metió en juego a Toquero por un cansado y tarjeteado Pombo. Más madera para el ataque en pos de la remontada. Oltra, una vez perdida su ventaja inmerecida, también buscó reaccionar con Puertas en el campo. Los últimos 20 minutos se presentaban llenos de interés, con el Zaragoza crecido en juego y confianza. Y así siguió hasta el final. Hasta seis ocasiones claras de gol marró el equipo aragonés ante un Granada barrido del mapa que, además, se quedó en inferioridad numérica por la expulsión de Baena por doble amarilla a falta de 11 minutos. Además, dos de ellas se estrellaron en los palos.

Ángel Martínez, muy bien en la segunda mitad, remató alto en el área en el 75. Toquero, recién salido y con la sangre caliente, se marchó en el área de Díaz y remató al poste con Varas batido en el 77. Tres más tarde, Zapater lanzó un golpe franco directo, tocó el portero granadino con la yemas de los dedos y la pelota se estrelló en la escuadra. En el 85, de nuevo Toquero chutó en la frontal del área y detuvo el guardameta con seguridad. En el 87 fue otro recién salido, el georgiano Papunashvili, el que corrió en el ataque para lanzar un derechazo que Varas atrapó abajo. Y en el 89, una vez más el hiperactivo Toquero cabeceó con intención un centro de Ros, alto por poco. Fue un aluvión zaragocista. Por supuesto, la renta obtenida al final dejó ese poso de disgusto, pues el partido y los 3 puntos debieron haberse quedado en casa.

Pero, siendo así, no fue esa la sensación principal que el zaragocismo se llevó a casa. La gente salió contenta porque tras una pretemporada difícil, corta y dura de ensamblaje y conocimiento mutuo, el primer día de verdad en La Romareda el nuevo Real Zaragoza gustó. Tuvo recursos, iniciativa y, por encima de todo, fe en sus fuerzas y posibilidades. El partido duró 95 minutos. Todos. No se acabó en el 55 como el año pasado. Se supo ejercer de local con todo lo que eso supone. Fue el equipo el que levantó el ánimo de la grada tras el batacazo del primer tiempo y ese 0-1 que tanto asustaba. La afición blanquilla disfrutó en un segundo tramo del envite realmente notable de todos. Se observó que los cambios, los hombres que asomaron desde el banquillo, aportan cosas. Hay material para que el técnico pueda mover el género con inteligencia. La primera cita en el estadio municipal destiló buenas vibraciones, pese a que el 1-1 final se quedase escaso.

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Ratón; Benito, Jesús Valentín, Grippo, Ángel Martínez; Zapater, Eguaras (Febas, 77); Javi Ros, Buff (Papunashvili, 84), Pombo (Toquero, 71); y Borja Iglesias

Granada CF: Javi Varas; Víctor Díaz, Menosse, Germán (Charlie, 84), Alex Martínez; Baena, Montoro; Pedro, Espinosa (Alberto Martín, 62), Machis (Puertas, 71); y Joselu.

Árbitro: Vicandi Garrido (Comité Vasco). Expulso a Baena por doble amarilla (42 y 79). Amonestó a Jesús Valentín (22), Eguaras (35) y Pombo (67).

Goles: 0-1, min. 23: Pedro. 1-1, min. 70: Borja Iglesias, de penalti.

Incidencias: Tarde tormentosa en Zaragoza, muy nublada, con lluvia intermitente desde dos horas antes del choque y 22 grados, nada de calor. El césped presentó un buen estado, con algunos hongos en determinadas zonas del campo. Asistieron al partido alrededor de 15.000 espectadores. En el palco estuvieron los exfutbolistas del Real Zaragoza Cani, Delio Toledo y Ander Herrera.

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