Real Zaragoza

Oxígeno puro para el Real Zaragoza, que por fin gana en casa en 2017

Los de Agné superaron en un partido práctico por un claro 3-0 a un romo Numancia con goles de Ros, Ángel (de penalti) y Marcelo Silva.

Lanzarote pugna con Galarreta por un balón en el Zaragoza-Numancia.
Toni Galán

Oxígeno puro para los pulmones del Real Zaragoza. Eso supuso la victoria por 3-0 de los aragoneses ante el Numancia en el último partido de la 28ª jornada de la Segunda División, cuando los del apurado Raúl Agné notaban el ras de la cola de la clasificación a solo 3 puntos después de los resultados previos. Por fin llegó la primera victoria de 2017, por fin los blanquillos lograron dejar su portería imbatida y por fin se alcanzó el final de un partido sin sufrimientos ni exigencias imposibles. Dos goles en la primera parte y otro, para rematar al adversario, al poco de iniciarse la segunda, dieron forma a un triunfo amplio que rubricaron con sus tantos Javi Ros, Ángel (en un penalti cometido sobre Xumetra) y Marcelo Silva.

De los nervios a la tranquilidad pasó el Real Zaragoza en 7 minutos, los que unieron el 29 y el 36 del partido, cuando Javi Ros y Ángel, en un penalti cometido sobre Xumetra, anotaron el 2-0 en un abrir y cerrar de ojos. Hasta entonces, casi media hora, los de Agné se habían mostrado nerviosos, atrancados por momentos, fruto de la enorme responsabilidad que tenía el partido para el equipo aragonés, agobiado en la tabla clasificatoria y con la necesidad imperiosa de salir de la crisis de resultados que lo ha despeñado en dos meses de la parte alta a la más baja del elenco de Segunda División. El Numancia, demasiado expectante, favoreció en ese trabado inicio que el 0-0 presidiera el mal partido en el marcador.

Cani intentó, con suerte dispar, distribuir juego. Lanzarote, era el enganche más inspirado, pero sin apoyos en las jugadas que le llegaron a su zona. José Enrique, la única novedad de Agné en la alineación, utilizó su banda izquierda para buscar profundidad, pero tampoco encontró balones potables. Ángel, un día más, resultaba la única arma útil a base del juego directo y largo. Así llegó la primera y única combinación que amagó el primer tanto antes del momento de inspiración final, previo al descanso. Fue un pase largo de Cani que lo dejó solo en el área, pero su chut raso y cruzado lo rechazó con un pie el portero soriano, Aitor Fernández.

Paradón de Saja

Del sopor, el conformista Numancia encontró un par de balones que pudieron haber puesto el partido en coordenadas bien distintas. Manu del Moral falló los dos. Uno, a bocajarro, de cabeza, tras un centro de Mateu desde la línea de fondo ante la quietud zaragocista, al que Saja respondió con un paradón de mérito bajo palos. El otro, solo en la frontal del área, con un disparo venenoso que le salió al centro, donde Saja atrapó bien. Entremedias, Cani remató forzado un rechace del portero numantino tras disparo de Ángel, pero Aitor reaccionó a tiempo y envió a córner.

Fue, seguramente, el primer tiempo menos vistoso del Real Zaragoza en los últimos partidos en La Romareda. Pero, caprichos del fútbol, que en eso consiste, lo concluyó con la mejor ventaja de los últimos meses, ese 2-0 que dio enorme confianza a todo el mundo en el intermedio del choque.

Xumetra tuvo las clásicas dificultades para irse en los encares. Cani, pese a su gran voluntad, erró demasiados pases sencillos y evitó disparar a puerta cuando tenía posición de tiro. Zapater, no estuvo tan lúcido como otros días en labores de distribución, Ros, al margen de su magnífica llegada al área del 1-0, se mostró gris e irregular. Solo Lanzarote abrió espacios válidos, hasta que terminó siendo clave en los dos goles, mostrando un día más su enorme calidad y rentabilidad si se le sabe utilizar como se debe. Y, por supuesto, Ángel se peleó con auténticos molinos en su ya habitual tarea de Robinson Crusoe en el ataque blanquillo. Desde atrás, los laterales lo intentaron, con más voluntad que acierto, lo mismo el referido José Enrique como Fran por la derecha. Hubo minutos de zozobra, en los que Cabrera volvió a levantar los murmullos por el abuso de sus pases larguísimos, al pelotazo, que no hallaron nunca destino solvente.

En definitiva, que sin jugar bien, el Real Zaragoza sí que logró esta vez extraer rentabilidad máxima a sus ataques. Como debería haber sido todo el año en un equipo de su caché. En frente, eso sí, se observó a un Numancia demasiado pasivo, sin pólvora ni empuje suficiente como para poner en aprietos a los locales con cierta continuidad. Un rival descafeinado en ese primer tiempo, al que los de Agné pusieron en su sitio en los dos goles, de bella fábrica. El 1-0, tras un taconazo de Lanzarote en el área lleno de plasticidad tras una recuperación de Ángel llena de casta en un balón dividido. El 2-0, en un penalti gestado por otra pared de Lanza con Xumetra, que fue derribado por un Orfila que ya estaba rebasado.

Calma en el descanso

Hacía mucho tiempo que no se llegaba al ínterin del descanso con tanta calma en La Romareda. Algo que presentaba la segunda mitad con unas perspectivas mucho más sosegadas, aspirando el zaragocismo a no sufrir, como es ya un hábito en los graderíos del estadio municipal.

El segundo tiempo comenzó con la misma estructura de juego, sin cambios en los equipos. El Numancia no mostró reacción alguna y el Zaragoza, sin prisas y con los nervios templados, montó un par de contras con márchamo de gol que, en la segunda ocasión, terminaron en el 3-0. En la primera, Ángel remató a quemarropa en carrera un centro preciso de Lanzarote -otra vez- pero el balón se le fue por encima del larguero en el minuto 58. Y del córner derivado del segundo de sus ataques consecutivos, Marcelo Silva cabeceó en el área pequeña el servicio magnífico del sublime Lanzarote para anotar el tercero y finiquitar definitivamente a los sorianos. Era el minuto 63, con media hora por delante, y todo estaba dicho.

Los cambios de Arrasate en busca del revulsivo numantino, con Nieto y Capilla en busca de profundidad, quedaron disueltos en apenas unos segundos. Con el 3-0, fue Agné el que empezó a dar aire a su equipo y metió en danza a Edu García y a Dongou con el vieno de cola.

El partido entró en un tramo sin sustancia, donde la aspiración de la afición era ver a Samaras unos minutos sin presión con un partido ganado. Pero Agné llevó la decepción a las tribunas, decidiendo que el tercer cambio era Jesús Valentín por Ros. Algo contra el gusto del público, que recibió la sustitución con una pitada monumental contra el entrenador de Mequinenza, que escuchó a coro el clásico ¡fuera, fuera! por esa determinación.

En la recta final, solo una penetración de Edu García, mal culminada por el canterano, amagó el cuarto tanto de la noche. No vio a Ángel, que lo acompañaba solo en el área, y decidió chutar en vez de asistir, errando un gol sencillo. No hubo lugar a destellos destacables, ni en lo colectivo ni en las individualidades. El rumbo del juego circuló según las estructuras ya vistas en el primer tiempo, únicamente con el cansancio acumulado en los hombres que habitualmente notan el paso de los minutos, casos de Cani, Lanzarote, Xumetra, Zapater e, incluso, Ángel. Esta vez, también José Enrique, que tuvo una feliz reaparición, se sumó al grupo de agotados en la última fase del duelo.

Así, se llegó a la conclusión del partido más holgado del Real Zaragoza en lo que va de temporada. Justo a tiempo. Con el aderezo de volver a dejar la portería propia a cero después de infinidad de jornadas. Respira hondo todo el mundo y, como es natural en el mundo del fútbol, el presente y el futuro inmediato ya se aprecia con menos filo. Nada está todavía hecho, faltan 14 partidos para ir dando forma a la clasificación y, por ahora, este triunfo solo sirve para estabilizar el tembloroso caminar del equipo aragonés en este 2017. En la tabla, de momento, no sirve más que para subir un puesto por diferencial goleador y colocarse en el 13º escalón. Harán falta más victorias, bastantes, para llegar a meta con tiempo, sin histerismos e ir buscando un lugar cómodo.

Ficha Técnica

Real Zaragoza: Saja; Fran, Marcelo Silva, Cabrera, José Enrique; Zapater, Javi Ros (Jesús Valentín, 83); Lanzarote (Dongou, 74), Cani, Xumetra (Edu García, 67); y Ángel.

CD Numancia: Aitor Fernández; Medina, Dani Calvo, Carlos Gutiérrez, Orfila; Pedraza (Nieto, 62), Ruiz de Galarreta; Marc Mateu, Julio Álvarez, Pablo Valcarce (Capilla, 62); y Manu del Moral (Kike Sola, 75).

Árbitro: Pizarro Gómez (Comité Madrileño). Amonestó a Marcelo Silva (37) y Carlos Gutiérrez (76).

Goles: 1-0, min. 29: Javi Ros. 2-0, min. 36: Ángel, de penalti. 3-0, min. 63: Marcelo Silva.

Incidencias: Noche agradable en Zaragoza, con 13 grados, lluvia fina intermitente y sin apenas viento. El césped presentó un buen estado y fue regado con una hora de antelación pese al tiempo húmedo. En las gradas, al contrario de lo que siempre fue habitual en este partido de vecindad, no se dio el ambiente festivo de tiempo atrás, tanto por el tardío horario del choque como por el enfriamiento de las relaciones entre ambos clubes, consumado ya en el duelo de la primera vuelta en Soria. En las gradas hubo alrededor de 15.000 espectadores, de ellos unos 300 seguidores numantinos. Ángel Martín González, exdirector deportivo del Real Zaragoza, ahora en el Oviedo, estuvo en el palco, junto al ex coordinador de la Ciudad Deportiva, Ernesto Bello, que también asistió al partido en la zona de autoridades.