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TRAGEDIA EN EL LATOK II

El valle de Tena llora a Óscar Pérez

La iglesia parroquial de San Martín reúne a los familiares y allegados de Óscar Pérez en una misa

La familia de Óscar Pérez quiso que el oficio religioso se celebrara en la intimidad.
El valle de Tena llora a Óscar Pérez
JAVIER BROTO

Los vecinos de Tramacastilla se volcaron ayer con la familia de Óscar Pérez. La iglesia parroquial de San Martín se quedó pequeña en el homenaje al montañero que se quedó en el Latok II. La familia quiso dar este adiós en la intimidad. Solo los familiares y los amigos. Nadie más. Ni autoridades políticas ni sus compañeros de Peña Guara estuvieron en el oficio religioso. La familia está viviendo horas muy duras. La decisión adoptada el domingo de suspender de forma definitiva el operativo de rescate del montañero es difícil de asimilar. Durante estos días nunca han estado solos. Ni ellos, ni su novia Silvia, siempre arropada en Peña Guara.

 

Ricardo Mur, sacerdote de Biescas y de otros pueblos de Tena, subrayó en el sermón que Óscar reúne en su persona el carácter de los montañeses con el del montañero. "Óscar era montañés y se hizo montañero. Aúna en ello una filosofía de vida, una cultura y una forma de pensar", señaló para resumir su carácter. Lo conocía bien. Le había dado clases cuando era un chaval.

 

A la puerta de la pequeña iglesia de Tramacastilla se sucedieron las emociones. Óscar tiene una familia extensa. Tíos y primos se fundían en abrazos para darse ánimos. Los ojos humedecidos de la emoción se escondían bajo las gafas de sol. Les arroparon muchos vecinos de este pequeño enclave turístico. Fue una catarata de emociones bajo un intenso sol incrustado en un cielo de limpio color azul. Ricardo Mur definió así a Óscar: "Hay quienes van a la montaña para hacer deporte y hay quienes viven de la montaña y entienden qué significa. Óscar era de estos. Y ahora está donde siempre ha querido estar".

 

En un respetuoso silencio, las palabras del sacerdote retumbaron entre las paredes de la pequeña parroquia. "Las palabras -dijo Ricardo Mur- no pueden justificar ni explicar lo que no tiene justificación ni explicación. La montaña ejerce una atracción sobre el hombre, pero es cruel e injusta como la vida misma". Fue una misa concelebrada con el titular de Tramacastilla y Panticosa, José Luis Casasús.

Días de angustia

El valle de Tena ha vivido estos días con angustia. Con el corazón encogido en la esperanza de que todo acabara bien, de que Óscar saliera de la pared antes de que entrara el mal tiempo en el Karakorum. Las fiestas de agosto han estado teñidas en el valle por la preocupación. Así, Ángel García, pregonero de las fiestas de Biescas, tuvo recuerdos para Óscar, que fue alumno suyo en la escuela de Biescas y al que recordó como "escalador, excelente persona, que está pasando unos días muy difíciles en Pakistán, en el Karakorum". Lo dijo 48 horas antes de que el operativo tomara la decisión de abandonar su recate a causa del mal tiempo que cerró la montaña.

 

Y como en Biescas, la presencia del montañero ha estado en estos días en todos los pueblos del valle. En todas las iglesias y ermitas del Alto Gállego se ha rezado por él desde que se conoció la tragedia. Las ermitas de Santa Elena y Santa Orosia se han llenado estos días de velas con la esperanza de que el rescate fuera un éxito. Además, la suspensión de la búsqueda del montañero ha provocado que se anule la fiesta del próximo sábado en Búbal, lugar donde trabaja Fina, la madre del montañero desaparecido en el Karakorum.

 

Por otra parte, nada se ha sabido del alcalde de la localidad, José Joaquín Pérez, durante estos días, ayer, al menos las banderas del Ayuntamiento de Tramacastilla ondeaban a media asta en señal de duelo y respeto por el vecino que ya no volverá.