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Fuenlabrada, un rival en caída libre para el Casademont

El equipo madrileño, que ya lleva tres entrenadores este curso, encadena 12 derrotas consecutivas. Su última victoria llegó el 5 de noviembre ante Manresa.

Santi Yusta, del Casademont Zaragoza, defiende a Lasan Kromah, jugador del Fuenlabrada.
Santi Yusta, del Casademont Zaragoza, defiende a Lasan Kromah, jugador del Fuenlabrada.
Esther Casas-ACB Photo

El Casademont Zaragoza visita mañana (18.00) la pista de un rival directo por la salvación. El equipo de Porfirio Fisac viaja hasta Fuenlabrada para visitar a un equipo en caída libre, que acumula 12 derrotas de manera consecutiva y que cada día tiene más complicada la permanencia en la élite del baloncesto español. Los madrileños no ganan un partido en la Liga Endesa desde principios de noviembre, cuando se impusieron en su pabellón al Baxi Manresa (101-97).

Ahí comenzó un declive deportivo que ha llevado al próximo rival del Casademont Zaragoza a un escenario de máximo riesgo. Con solo tres victorias esta temporada, el Fuenlabrada es colista de la competición empatado con Manresa. Uno de esos triunfos, sin embargo, llegó ante el conjunto de Porfirio Fisac en el duelo de la primera vuelta, cuando los azules se llevaron un ajustado 79-82 del pabellón Príncipe Felipe. Aquella derrota fue la carta de presentación del técnico segoviano en su segunda etapa en Zaragoza. Eso sí, el paso de las jornadas ha permitido a Fisac reconducir el rumbo hasta conseguir un pequeño colchón de dos partidos con la zona de descenso a la Liga LEB.

Tres son también los entrenadores que lleva este curso el Fuenlabrada. Porque la importante remodelación que ha realizado el club en las últimas semanas también ha afectado al banquillo. Josep María Raventós fue quien arrancó la campaña, pero los malos resultados iniciales le costaron el puesto. Fue, de hecho, el primer entrenador de la Liga Endesa en ser destituido.

Le relevó en el banquillo José Luis Pichel, que dirigió a los madrileños de manera interina hasta que fue ratificado en el cargo el 15 de noviembre. Pero el pasado mes de enero, sin conseguir remontar el vuelo de una plantilla con evidentes deficiencias en su juego, dio un paso al lado para la llegada de Óscar Quintana.

El preparador cántabro, de Torrelavega, regresó 19 años después al Fuenlabrada con la difícil misión de salvar la categoría. Un complicado objetivo que todavía no ha podido encauzar, sobre todo, por el constante ir y venir de jugadores en su plantilla.

Constante inestabilidad

El conjunto madrileño se vio obligado a reconstruir su formación después de perder a tres de sus jugadores más importantes. Se marcharon el pívot serbio Dusan Ristic, pieza fundamental en el arranque de la temporada, y los exteriores Clevin Hannah y Jeremy Senglin, después de los retrasos en el cobro de sus nóminas.

Además de la marcha de estos tres jugadores, el Fuenlabrada también optó por finalizar la vinculación con los aleros Pavel Savkov y Javi Beirán. Una fuga continua de jugadores que terminaron por castigar las lesiones.

Cayeron dos de sus pívots, Osas Ehigiator y Bassala Bagayoko, lo que derivó en la contratación de Jordan Caroline, después de que Pedro Martínez no contara con el ala-pívot estadounidense en el Manresa. Otro de los nombres que llegó para reforzar el juego exterior de los de Quintana fue Prince Ali. El escolta africano, de 26 años, es uno de los encargados de asumir responsabilidad en el juego de ataque de su equipo.

En este baile de nombres e incorporaciones, el Fuenlabrada anunció ayer su último fichaje. Se trata de Mehdy Ngouama, un base francés, de 27 años, que ha disputado las ultimas cuatro temporadas en la máxima categoría del baloncesto galo. El jugador, que podría debutar mañana ante el Casademont, promedió el curso pasado 8 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias.

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