Primer triunfo en la carretera
El CAI conquista su primera victoria a domicilio de la temporada tras imponerse al Nancy francés. Sastre vuelve a brillar en un partido donde los zaragozanos exhibieron convicción y oficio.
El partido dejó sensaciones muy positivas, pese a los lógicos altibajos del inicio de la competición, sobre todo por la amplitud de recursos que volvió a ofrecer la plantilla. Pero más allá del talento individual, el equipo también derrochó sacrificio, compromiso, orgullo, constancia y determinación. Todos sumaron con generosidad, con un espíritu colectivo admirable. Precisamente, los valores que no había mostrado ante el Valencia y el Obradoiro, en sus compromisos más recientes.
El CAI protagonizó un inicio arrollador, sostenido por la clarividencia de Tomas Bellas en la dirección del juego (10 asistencias), por la destreza en el perímetro de Norel y, sobre todo, por la insistencia de Joan Sastre desde todas las posiciones de la pista. El escolta ocupó el centro de la escena en los primeros 10 minutos, que finalizó con 9 puntos sin un solo fallo en sus lanzamientos. El cuadro aragonés, con transiciones rápidas y perfectas lecturas del juego, halló situaciones muy ventajosas para lanzar, lo que se tradujo en grandes porcentajes de acierto. Al cierre del primer cuarto, había inclinado el choque a su favor con una sólida renta (13-20).
Sin embargo, el conjunto aragonés sufrió un desplome sorprendente en el segundo acto. En ataque, su juego se tornó plano y previsible. Y en atrás, el equipo se desatendió por momentos, especialmente en la defensa del perímetro (26 puntos encajados en sólo 10 minutos). El Nancy recuperó el pulso y volteó el marcador. Lo hizo al filo del descanso, con un triple de Morris Curry, y amplió su ventaja después tras una rigurosa técnica a Linhart (39-35). El propio Linhart, con una canasta que conllevó un tiro adicional, minimizó el daño cuando restaban cinco segundos para el intermedio (39-38).
El CAI comenzó el tercer acto con decisión. Dispuso de dos lanzamientos liberados, ambos desde el perímetro, y de nuevo recuperó el mando con los triples de Sastre y Linhart (41-44). Pese al empuje de los franceses, el conjunto aragonés resistió con una entereza admirable. A ello contribuyó Isaac Fotu, protagonista en la recta final con una amplitud de argumentos devastadores. En los instantes más comprometidos, el ala-pívot golpeó al cuadro francés no sólo en la pintura, sino también con su amenaza en el tiro exterior. Anotó 10 puntos y capturó 5 rebotes en apenas un cuarto de hora. Después, los zaragozanos aseguraron el triunfo desde la línea de personal, un aspecto que Jelovac maneja con mano firme y nervios de acero. Cuatro tiros libres del serbio, en el último minuto, hicieron imposible la remontada francesa.