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Polémica en el boxeo femenino olímpico por dos atletas con altos niveles de testosterona

El COI permite participar como mujeres a dos deportistas que Italia califica como "trans" y que fueron descalificadas del Mundial en 2023. 

La boxeadora argelina Imane Khelif.
Heraldo

Aunque la controversia se venía cociendo desde hacía semanas, ha sido la ministra italiana de Familia, Eugenia Roccella, la que hoy la ha puesto sobre la mesa: la Italia de Giorgia Meloni ha querido manifestar una "gran preocupación" por la admisión en la competición olímpica de boxeo femenino de "dos transexuales, hombres que se identifican como mujeres y que, en cambio, en las últimas competiciones habían sido excluidos".

"Es sorprendente que no existan criterios ciertos, estrictos y uniformes internacionales, y que precisamente en los Juegos Olímpicos, un acontecimiento que simboliza la equidad deportiva, se pueda sospechar, y mucho más que sospechar, una competencia desigual e incluso potencialmente arriesgada para uno de los contendientes", ha dicho la ministra del Gobierno de la ultraderechista, conocida por sus posturas conservadoras respecto a la familia y la sexualidad.

Poco después, el Comité Olímpico Italiano (CONI) anunció que "se ha activado junto con el Comité Olímpico Internacional (COI) para que los derechos de todos los y las atletas se ajusten a la Carta Olímpica y a las regulaciones sanitarias", en un escueto comunicado.

Aunque ni la ministra ni el CONI hacen referencias explícitas, sus declaraciones se producen un día antes de que la italiana Angela Carini se enfrente en el peso welter del torneo olímpico de boxeo a la argelina Imane Khelif, quien fue excluida de la final del Mundial por sus altos niveles de testosterona, pero sí fue admitida en los Juegos.

Los medios argelinos aseguran que la boxeadora de 23 años es una mujer cisgénero, a pesar de que los test hormonales a los que se somete revelan una tasa de testosterona elevada en su organismo.

El otro caso que está generando también cierta polémica es el de la boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting, de quien -sin muchas más explicaciones- el COI también ha dicho que "cumple con las normas médicas aplicables de acuerdo con las reglas 1.4 y 3.1 de la Unidad de Boxeo de París 2024". 

Ambas boxeadoras ya participaron en Tokio 2020, pero desde entonces algunas de sus rivales han dicho sentirse engañadas y acusan a las dos atletas de tener cromosomas XY. Desde el gobierno italiano insisten en que se les debe someter a "pruebas de género" porque "en las competiciones deportivas siempre se ha separado a los atletas de las atletas, basándose en un criterio elemental de equidad en la competición, así como de igualdad de oportunidades".