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Dionisio Carreras, un siglo del pionero

El fondista de Codo fue el primer deportista aragonés en unos Juegos Olímpicos. Fue noveno en la prueba de maratón de París 1924

Dionisio Carreras, corriendo para el Zaragoza FC.
Dionisio Carreras, corriendo para el Zaragoza FC.
Archivo

Esta historia es de hace un siglo. Esta historia tiene su historia. Una centuria, decía. Dionisio Carreras, un atleta aragonés de 33 años, tomaba la salida en la prueba de maratón en los Juegos Olímpicos de París… de 1924. Acabó noveno. Y eso que cuentan que se perdió... Además, abrió el camino de los aragoneses en los viajes olímpicos. Fue, en suma, el primer aragonés olímpico. Otras fuentes señalan a Domingo Sánchez (lucha grecorromana) como el pionero. No ofrece discusión su enorme influjo en el atletismo aragonés y español.

Apenas hacía un mes que se había creado la Federación Aragonesa de Atletismo (FAA). Siempre existió un deporte popular, con carreras pedestres o pollos, juegos tradicionales como la barra aragonesa. Pero eran meros juegos para conmemorar festividades, el final de la cosecha, los solsticios o simplemente para celebrar la vida. La constitución de las federaciones ayudó a reglar estas actividades (la Federación Aragonesa de Fútbol nació un año antes, en 1922). En este contexto, apareció un muchacho de Codo corriendo como nadie en su tiempo.

Carreras es fruto del deporte rural. ‘Amateur’, aficionado. Vivía de su trabajo en el campo, de trabajar la tierra largas jornadas de sol a sol. Desplazarse andando o corriendo a otras localidades de jornaleros era lo habitual. Así se forjó Dionisio Carreras. Sin ninguna alimentación específica (ya era mucho alimentarse…), sin ningún entrenamiento, alcanzó unos registros extraordinarios. Se trataba, claro está, de un portento físico.

Fundada la FAA, el primer Campeonato de Aragón ya lo ganó Dionisio Carreras. Por cierto, bajo licencia del Zaragoza FC. Ganaría también al siguiente año, en el año olímpico. Su fama fue creciendo. También se le conocía por su alias: para unos, el Josito; para otros, el Campanas. Motes al margen, el caso es que el atleta de Codo ganaba y no dejaba de ganar carreras de pollos. Incluso dos en un mismo día, con los correspondientes desplazamientos de municipio a municipio también corriendo. Lo dicho, un portento.

También se dice que recorría los 50 kilómetros que separaban su pueblo, Codo, de Zaragoza para ir a ver a su novia. Eso es amor… Ese era todo su entrenamiento, pues estaba alejado de cualquier método de preparación. Solo su fortaleza física le permitía destacar en cualquier prueba de fondo. También se dice que no llevaba una vida ordenada, que fumaba y bebía. Su fichaje por la sección de atletismo de Zaragoza FC, que incluso le consiguió un trabajo en Zaragoza para que no tuviera que desplazarse todos los días desde Codo, le metió un tanto en vereda. Estando en su plenitud, ganó el I Campeonato de España de maratón en Barcelona, que hizo que le seleccionaran directamente para Ámsterdam 1928. Se había preparado la esta cita olímpica, incluso (¡por fin!) con un entrenador, Francisco Alonso; pero una enfermedad le apartó de volver a ser olímpico.

En París 1924 reinó Paavo Nurmi ‘El finlandés volador’, mito del atletismo que coleccionó nueve medallas de oro en las tres citas olímpicas disputadas en los años 20 (Amberes, París y Amsterdam). Dionisio Carreras no ganó ninguna medalla. Ni falta que le hace para ser por derecho pionero, el primer deportista aragonés olímpico. Tendrían que pasar 36 años para que otro atleta aragonés forjado en el deporte rural, Alfonso Carlos de Andrés, natural de Novillas, compitiera lanzando jabalina en los Juegos de Roma 1960. Después llegaría Luis María Garriga, olímpico en Tokio 64 y México 68 (aquí, incluso finalista), verdadero promotor del despegue posterior del atletismo aragonés en los Juegos: Alberto Esteban, Carmen Valero, José Casabona, Alberto Solanas, Javier Moracho, Esther Lahoz, Álvaro Burrell, Eliseo Martín, Roberto García, Carlos García, Javier Gazol, Maite Gargallo, María José Poves, Isabel Macías, María José Pueyo, Toni Abadía y Carlos Mayo.

En París 2024 hay censados ocho atletas aragoneses: Esther Briz (remo), Begoña García (hockey hierba), Salma Paralluelo (fútbol femenino), Luis Domínguez (natación), Inés Bergua y Alba Bautista (gimnasia rítmica), Pablo Abián (bádminton) y Jaime Pradilla (baloncesto). Atletas, entendido como genérico, como sinónimo de deportista. Pero atleta, lo que es atleta, esto es, practicante de una modalidad concreta del atletismo (los tres verbos mágicos: correr, saltar o lanzar), ninguno. Una pena, carecer de representante en el deporte rey en el centenario del pionero, Dionisio Carreras.

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