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La ausencia de Mbappé desenmascara a Francia

El combinado de Deschamps no ha ganado ninguno de los siete partidos que ha jugado sin su gran estrella de titular en los dos últimos años.

Kylian Mbappé con un apósito en la nariz en el último entrenamiento de la Selección Francesa.
Kylian Mbappé con un apósito en la nariz en el último entrenamiento de la Selección Francesa.
Associated Press/LaPresse

¿Qué pasa de verdad con Kylian Mbappé y su nariz rota? ¿Por qué no se operó si en diez días podría haber vuelto a jugar? ¿Trató de engañar Didier Deschamps al afirmar que todo iba bien y podría participar contra Países Bajos? ¿Le reclutará para el partido ante Polonia del martes en Berlín o le reservará hasta el cruce de octavos de final? Son solo algunas de las preguntas del millón que se hacen los franceses en torno al astro de Bondy, en el foco también tras conocerse que reclama nada menos que 100 millones de euros al PSG en concepto de ficha y bonus no percibidos esta temporada, al parecer desde que el jeque Nasser Al Khelaïfi supo que su estrella volaba definitivamente al Real Madrid.

Todas las cámaras enfocaron a Mbappé mientras el jueves ocupaba su lugar en el banquillo del Leipzig Stadium. Antes de empezar, calentó junto a los suplentes con máscara, básicamente juegos de técnica con balón sin contacto físico. Luego, al lugar de los suplentes, donde ni siquiera se quitó el pantalón de chándal. El delantero de 25 años, que se rompió la nariz en el estreno de Francia ante Austria el lunes en Düsseldorf, estaba frustrado. Se le vio con la cabeza entre las manos y también levantado para arengar a sus compañeros. No estaba donde quería, en el campo, y 'Les Bleus' lo echaron mucho de menos porque desperdiciaron bastantes ocasiones en el primer partido sin goles del torneo.

"No estoy preocupado", dijo Deschamps sobre el fracaso de su equipo a la hora de marcar en ausencia de Mbappé. "Simplemente son cosas de este juego. A veces tienes innumerables oportunidades y no anotas y otras veces es al revés. Me preocuparía si no hubiera posibilidades", esgrimió el experimentado técnico galo. Dicho lo cual, confesó que "la eficiencia en el fútbol de alto nivel es importante" y es algo en lo que deben trabajar.

Francia destila talento en todas sus líneas, pero las estadísticas sin Mbappé resultan inquietantes. No ha podido ganar ninguno de los últimos siete partidos con el delantero ausente o sin ser titular en los dos últimos años, con un paupérrimo balance de cinco empates y dos derrotas. Aunque la principal candidata a suceder a Italia en el trono europeo estará en octavos, a falta de decidir si como primera o segunda clasificada, la realidad es que ha jugado dos partidos en este torneo y solo ha marcado un gol. Y lo anotó en su propia meta el austriaco Wöber.

La ausencia de Mbappé supuso un alivio para Ronald Koeman. La 'Oranje' había sufrido en sus carnes a este futbolista diferencial que le marcó cuatro de los seis goles que les endosaron los galos en los dos partidos de clasificación para la Eurocopa. "Jugar sin Mbappé es diferente para nosotros y también para Francia. Estamos hablando de uno de los mejores jugadores de Europa y tal vez del mundo, así que, por supuesto, es diferente", reconoció el técnico neerlandés.

Griezmann, señalado

Deschamps ejerce de gallego. Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. El jueves, antes de que Mbappé se ejercitara con la máscara, sugirió que "todo iba en la dirección correcta" para que su jugador franquicia estuviera disponible. Tras las tablas ante Países Bajos, vino a decir que no era cuestión arriesgar, pero que quizá hubiese recurrido a él en caso de extrema necesidad. "Si hubiera sido un partido decisivo, tal vez me habría pensado dos veces si jugaría o no. Pero para mí es importante pensar en cómo se siente, tiene un hematoma, tiene que usar una máscara y eso también puede cambiar su visión. Cada día que pasa él está mejor y el riesgo a correr es menor, pero sentí que la decisión inteligente era mantenerlo en el banquillo".

De forma indirecta, la baja de Mbappé ha dejado marcado a Antoine Griezmann, el segundo capitán y al que se le exige mucho más. Si ante los austriacos reconoció que no estuvo muy participativo, frente los neerlandeses desaprovechó las mejores ocasiones. En la primera falló a quemarropa, aunque el pase de Rabiot le dejó el balón un poco atrás, antes de lanzar desviado. En la segunda mitad, recibió un pase maravilloso de Kanté y parecía fijo que anotaría, pero falló tanto en el control como en el remate. Deschamps le defendió con el argumento de que su enorme esfuerzo y trabajo en el campo hacen que "a veces no tenga la cabeza tan clara como debería". Por algo le ha brindado la titularidad desde 2014 en los seis últimos grandes torneos.

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