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Juan Aloguín, 40 años a lomos de una moto de agua: "Invierto todo en felicidad"

El piloto aragonés, de 66 años, es el 'abuelo' del circuito nacional e internacional de motonáutica, donde sigue "dando guerra" y se mantiene fiel al podio.

El piloto Juan Aloguín, en el Azud de Vadorrey en Zaragoza
El piloto Juan Aloguín, en el Azud de Vadorrey en Zaragoza
Francisco Jiménez

¿Existe el elixir de la eterna juventud? El piloto zaragozano Juan Aloguín, un piloto de interior que sortea olas a más de 100 km/h a lomos de una Yamaha FX, posee su particular "pócima". Con 66 años es una leyenda en una disciplina casi residual en Aragón: la motonáutica. Y este 2024 cumple cuatro décadas de profesión y más de 1.000 carreras a su espalda. "Constancia y disciplina", responde sin dudar. Y añade con la misma convicción: "Ser feliz. Yo invierto todo lo que tengo en felicidad". Aloguín, el ‘abuelo’ como le llaman cariñosamente en el circuito nacional e internacional, no ha querido perderse una nueva temporada deportiva para mantener su idilio con el podio. Sus últimos premios: tres medallas en el Campeonato de Portugal celebrado en Ferragudo, en el Algarve.

""Soy consciente de estar en la tanda de penaltis de mi vida deportiva", pero sigo con ganas de dar mucha guerra"

No hay "nadie" que le baje de la montura. "Sigo con ganas de dar mucha guerra", se justifica. Ningún piloto queda ya en activo de aquellos que en 1985 se iniciaban en las motos de agua. Bueno sí, uno: Juan Aloguín, que posee la licencia más longeva y sigue teniendo la confianza de la Real Federación Española de Motonáutica (RFEM), de la Federación Portuguesa, que no dudó en invitarle el pasado fin de semana a una de sus pruebas clásicas del calendario, o de la institución húngara, que ya le ha dado plaza para su Gran Premio valedero para el Europeo de 2024.

Juan Aloguín, en acción en Arcos de la Frontera, en la prueba de la Copa Ibérica, y los campeonatos nacional y andaluz
Juan Aloguín, en acción en Arcos de la Frontera, en la prueba de la Copa Ibérica, y los campeonatos nacional y andaluz
Manuel Arcos

La moto con el número 53 -recuerdo de la tienda de muebles de cocina Studio 53 que tuvo en Zaragoza y empapelada con las firmas que apuestan por su coraje- se puso a tono en febrero de 2024 con la primera cita del Campeonato Valenciano en la localidad de Moraira. "Soy consciente de estar en la tanda de penaltis de mi vida deportiva", recalca el aragonés, que en los años 80 del pasado siglo cambió la tabla de windsurf por una moto de ir de pie, las Jet, y se lanzó a las carreras.

En abril, llegó Benalmádena, "una carrera que no nos gusta nada los pilotos de interior porque normalmente suele estar el mar demasiado movido con olas entre dos y tres metros". Con un mar "intratable", después de dos mangas de 50 minutos de "infierno", el bravo Aloguín se colgó la medalla de bronce en el Campeonato de España y Andaluz en rallyjet.

Su siguiente destino en mayo fue Arcos de la Frontera, en Cádiz. Y llegó "un pequeño susto". "Tuve que ir a urgencias porque resurgió una antigua lesión lumbar, una rotura en la L5 de hace diez años, que me provocó fuertes dolores y falta de movilidad. Se me pasó por la mente la vida deportiva. Pero tras las pruebas realizadas, la columna estaba perfecta, todo fue una fuerte contractura", relata. Y en Arcos, con la Copa Ibérica, y los campeonatos nacional y andaluz en juego, terminó "en la gloria, ya que acabé cuarto en la general y sigo también cuarto en el Campeonato de España. Pero lo mejor: sin dolores".

"Es triste que no surjan patrocinadores, porque nadie da ya un duro si no le compensa y la economía está como está. Pese a todo, yo le pongo una sonrisa a la vida"

Con la competición parada en España hasta septiembre, el "incombustible" Aloguín mira a Portugal. "Paulo Ferreira presidente de la Federación Portuguesa de Motonáutica me mandó un mensaje: "Tú eres de la familia". Esto me llena de orgullo", reconoce emocionado. Y es que ser piloto de secano es complejo, pero el zaragozano hace de la necesidad virtud: "Es triste que no pueda entrenar en Aragón. Por eso tengo que coger el remolque e ir a Salou o a Valencia. O correr en Portugal para no estar parado todo el verano. Es triste que tampoco surjan patrocinadores, porque nadie da ya un duro si no le compensa y la economía está como está. Pese a todo, yo le pongo una sonrisa a la vida".

Así, el pasado 7 de junio, Aloguín se puso al volante de la furgoneta y, detrás, el remolque con uno de sus bienes más preciados: la Yamaha FC de 1.800 cc y con un motor de 400 caballos de fuerza con la que sigue alimentando su estusiasmo. Por delante, más de 1.000 kilómetros y 10 horas hasta el Algarve portugués. "Lo peor es la soledad del viaje. Pero esta es mi ilusión, es una manera de sentirme vivo, de correr, de pasármelo bien disfrutando con la moto en el agua. Es mi filosofía positiva. Hago lo que me gusta", incide Aloguín. "La mecánica, la moto y la salud" se alinearon "como las estrellas" para firmar dos días de carreras del Campeonato Portugués "espectaculares". "Fueron tres mangas de 40 minutos, de la ría a mar abierto. Me divertí como un crío. Ni el temporal frenó mi ímpetu", recuerda Aloguín que firmó dos segundos puestos y un tercero.

Juan Aloguín en el podio y su dorsal de competición, donde cariñosamente le llaman 'Aloguín Jubileitor'
Juan Aloguín en el podio y su dorsal de competición, donde cariñosamente le llaman 'Aloguín Jubileitor'
J. A.

Trofeos que embellecen aún más un palmarés con medallas en Campeonatos de Aragón y España, Europeos, Mundiales, Copa del Rey, Copa Ibérica... conquistadas durante 40 años de ejercicio motonáutico desde que debutó en Barcelona, en Port Ginesta. Un acelerón que le ha llevado a surcar las aguas de medio planeta: Singapur, Cuba, Italia, Francia, Hungría… hasta China, país que le brindó la oportunidad de vivir su gran pasión "de forma diferente". "Es una hermosa película. Siempre me ha tocado luchar contra corriente, pero he sido yo mismo y con el deporte como bandera: socorrista, waterpolista, windsurfista… Ahora, jubilado hace dos años como funcionario del Ayuntamiento de Zaragoza, combino gimnasio, bicicleta de montaña y carreras. Llevo una vida sana, sin asteriscos en las analíticas. La vida es una obra de teatro en la que tienes que dar todo lo posible antes de que baje el telón. Y yo estoy dispuesto a seguir acelerando", declara.

"¿El elixir de la eterna juventud? En mi caso, constancia y disciplina"

De todas las carreras disputadas en estas cuatro décadas, la mejor ha sido "formar una familia". "El día que conocí a Ana, todo cambió. Y después han llegado Irene y Juan, que son mis dos tesoros. Hay momentos precisos en mi vida: la plata europea, el bronce en la Copa del Mundo… pero los últimos 45 Minutos Motonáuticos en el Ebro que corrí en Zaragoza ante mis hijos fueron mágicos. Ellos son los que me dan energía para seguir", concluye Juan Aloguín.

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