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El examen de Luis de la Fuente, el jefe cercano y sereno

El seleccionador debuta en una Eurocopa y sus internacionales ensalzan la afinidad personal y la confianza que muestra.

El seleccionador español, Luis de la Fuente, durante la rueda de prensa de este viernes
El seleccionador español, Luis de la Fuente, durante la rueda de prensa de este viernes
Pablo García / RFEF

A Luis de la Fuente no solo le gusta responder a las preguntas de los periodistas con el preámbulo de su nombre de pila. También se esmera en que la relación fluya felicitando a los profesionales si la entrevista o el reportaje ha sido de su agrado. Una actitud alejada del 'star system', del egocentrismo del fútbol, que choca cuando el protagonista es un seleccionador nacional de un país de larga tradición y acostumbrado al ruido permanente y la polémica fácil. Con su talante educado, maneras de pedagogo y las gafas redondas, De la Fuente (Haro, La Rioja, 62 años) no parece un exfutbolista, salvo por un detalle: las piernas arqueadas de tantas tardes en los campos. Ante Croacia debuta en una Eurocopa. Un jefe sereno, cercano y concreto, según lo definen sus jugadores.

Atrás queda el fuego interior y la bronca constante de un técnico tan capaz como Luis Enrique, quien se erigió como eje nuclear de la selección en un ejercicio de personalismo. "El líder soy yo", dijo en el Mundial de Catar, antes de la eliminación ante Marruecos y del protagonismo social que adquirió con sus famosas sesiones en la red 'Twitch'.

Luis Enrique, que tenía su punto de diversión, es la cara opuesta a Luis de la Fuente, quien ha rebajado la tensión en torno a la selección nacional y ha disipado con sus respuestas largas y cadenciosas los conflictos que han surgido durante su mandato: los aplausos a Luis Rubiales en la asamblea del "No dimito", la jubilación de Sergio Ramos y su personalidad apabullante, la grave lesión de Gavi después de asegurar que un gigante como el barcelonista "siempre lo quiere jugar todo"...

Como si viajara a bordo de una lección aprendida, de un laborioso proceso de estudio y entrenamiento mental, el preparador riojano suele ensalzar y volver en positivo cualquier situación que pueda parecer compleja. No hay convocatoria de la selección en la que no se mencione en algún momento la Nations League, el torneo de nuevo cuño y escaso arraigo que España ganó a Croacia en los penaltis. Pero es la primera copa para De la Fuente y su equipo y a ella se sujetan.

"Luis es muy buena persona. Si algo he aprendido de él es que nunca miente, va de frente, se preocupa por ti y, aunque no te gusten sus decisiones, entendemos que lo hace por el bien del equipo", lo define Mikel Merino, un jugador que no es una estrella, pero que condensa las virtudes que espera De la Fuente de sus futbolistas. Actitud, compromiso y, ante todo, el equipo.

Como embajador de ese talante, De la Fuente encaró el sofoco de tener que comunicar a Marcos Llorente, Aleix García y Pau Cubarsí que eran los tres descartados para la Eurocopa después del último entrenamiento en Las Rozas antes de partir hacia Mallorca y luego a Alemania. Lo hizo con afecto, educación y serenidad, según apreciaron algunos presentes, sin gesticular ni falsos paternalismos. Apenas hubo hablado con los tres descartes, el resto de futbolistas se lanzó a palmear y animar a los que no viajarían a la Selva Negra.

Mikel Oyarzábal, otro jugador de la Real Sociedad, el equipo español con más internacionales, alaba su gestión como jefe: "Es una persona muy cercana, que da mucha confianza y que tiene las ideas muy claras".

Ayoze, el último en llegar, opina: "Es un entrenador que se expresa desde la cercanía y la confianza y con mensajes muy concretos. Él te hace saber que si estás aquí es porque eres muy bueno. Y te da esa libertad de expresarte futbolísticamente como normalmente lo haces en tu equipo. Si en tu equipo lo has hecho muy bien, también lo debes hacer en la selección".

Morata se explaya desde otro púlpito, los galones de la capitanía y la confianza ciega que muestra en él el seleccionador, pese a que solo ha marcado dos goles desde marzo. "Es una persona muy cercana, habla mucho con los jóvenes, también con los que más tiempo llevamos. Estamos muy a gusto con él. Lo primero que quiere es que las personas estén a gusto y luego que compitamos y desde el primer día meternos en la cabeza que no hemos venido aquí de vacaciones ni mucho menos, sino que tenemos una posibilidad de hacer algo muy grande".

Si los calificativos que más se aproximan a la personalidad de Luis de la Fuente en el criterio de sus futbolistas son "cercanía" y "confianza", las palabras que maneja el técnico riojano son otras, siempre comunes en sus mensajes. "Naturalidad" y "normalidad".

Ese espíritu conciliador, pacífico y amable pudiera pensarse que es prefabricado, pero Luis de la Fuente lo desmiente con palabras. "En mi vida particular también actúo así. No hay mejor manera que tener una relación de cualquier tipo desde el diálogo y el respeto. No veo mejor manera que ésta, fluida y explicando lo que se pueda explicar", aseguró en una entrevista a este periódico.

Futbolista de trayectoria más modesta que su antecesor, antiguo delegado del Athletic y entrenador del filial bilbaíno y el Alavés, De la Fuente se ha convertido en un especialista de selecciones en diversas categorías después de ingresar en 2013 en la Federación bendecido por su maestro, el también juicioso exseleccionador Iñaki Sáez.

Sin alterarse ante los rayos que pasan rozando su cabeza, pregonero de otro mantra ("yo quiero hablar solo de fútbol y nada más que de fútbol") en el que intenta distanciarse de los líos federativos, De la Fuente no olvida que en este deporte solo hay un juez que da o quita razones, los resultados. "Vosotros sois los primeros que me vais a exigir y los primeros que me criticaréis si las cosas no salen como queremos", dijo en una de sus muchas apariciones en rueda de prensa durante la primavera.

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