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Deporte saludable

'Abdominales perfectos en 30 días': cómo luchar contra las rutinas y dietas milagro

Frente a estos planes de entrenamiento express conviene aplicar el sentido común y la constancia. El deporte ha de practicarse, ante todo, por salud y no por estética.

Las dietas y rutinas demasiado estrictas provocan agotamiento y falta de ahderencia.
Pickpik

Sí, el verano se acerca peligrosamente (aunque con este clima aún no lo parezca) y empieza a notarse la presión de las operaciones bikini, bañador o, por resumir, 'cuerpo de playa'. En los intentos por compensar los excesos del resto del año, conforme se acerca junio empiezan a proliferan los planes y propuestas del estilo 'Abdominales en 30 días', 'Cuerpo perfecto en 40' y similares pero el bulo se desmiente solo: este tipo de programas express ni son saludables ni consiguen objetivos reales.

Estos planes 'milagro' están basados en una restricción energética severa y en la realización de un ejercicio físico extenuante. La mayor parte del peso que se consigue perder durante los primeros días se debe, principalmente, a la pérdida de agua y glucógeno ya que el cuerpo humano no consigue perder masa muscular o grasa tan rápido. El indicador de salud no debe ser el peso, sino las proporciones de grasa y masa muscular. 

"Fácilmente podríamos hablar de que más del 95% de este tipo de prácticas (siendo generosos) no vale para nada a medio o largo plazo, pero es que ni siquiera la gran mayoría de personas son capaces de llegar en esos 20 o 30 días de rutina sin sentirse hambrientas o extenuadas por el camino". Miguel Barrios, entrenador personal en la Escuela de Salud Vive! y graduado en Ciencias del Deporte (nº 61014) señala que este tipo de planes, además de ser insostenibles, son peligrosos en los casos más extremos. "El organismo tiene que compensar esa falta tan drástica de energía privando de ella a órganos y músculos. Normalmente se suelen referir mareos, falta de concentración, debilidad muscular, disminución de libido como efectos secundarios". 

Frente al mito, constancia

Ante estos programas milagrosos y perjudiciales para la salud, debería prevalecer la constancia en la práctica deportiva, entendiendo el deporte como una fuente de salud y no solo como un método con fines estéticos. "Tenemos que ver el deporte y la alimentación como una parte de nuestra vida que previene enfermedades metabólicas y nos ayuda a ser funcionales, para relacionarnos con nuestro entorno de una manera más eficiente, independientemente de que nuestro cuerpo sea o no de revista", apunta Miguel.

Otro hándicap de este tipo de programas es que acaban suponiendo un castigo a la motivación, lo que afecta a la capacidad de adquirir un hábito saludable. Hay que contar, además, con el efecto rebote: el cuerpo tratará de recuperar lo perdido y más respecto a posibles meses o años de sedentarismo.

"Un plan de entrenamiento o de alimentación debe ser sostenible en el tiempo. Cuando lo organizas, deberías verte dentro de varios meses realizándolo: si no se adapta a tu entorno, a tu disponibilidad y a tus gustos, tiene fecha de caducidad", pronostica Miguel. Lo mejor es afrontar el deporte con constancia para ver verdaderos resultados tanto estéticos como de salud: en dos o tres meses entrenando dos o tres días por semana y llevando una alimentación equilibrada, generando un déficit calórico leve, se pueden observar cambios físicos y psicológicos importantes, asegura este entrenador.

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