Deportes

Los escolares llenan de tableros el colegio Montearagón

El Colegio Montearagón de Zaragoza ha organizado este viernes el III Torneo Escolar de Ajedrez Open Chess.

El colegio Montearagón de Zaragoza ha vivido este viernes una intensa jornada de ajedrez con motivo de su III Torneo Escolar Open Chess, donde los más pequeños han sido los verdaderos protagonistas. Han participado más de 250 niños, de entre 8 y 12 años (de 3º a 6º de educación primaria), de nueve colegios de la capital aragonesa.

En concreto, los centros educativos que se han dado cita en el evento han sido: Colegio Británico, Compañía de María, CEIP Marie Curie, CEIP Juan de Lanuza, CEIP Marcos Frechín, Colegio Montessori, Sansueña, Virgen de Guadalupe y el anfitrión, Montearagón. El colegio que más partidas ha ganado ha sido el Montessori (18 puntos), seguido de Marcos Frechín (17) y Marie Curie (16).

En esta tercera edición del concurso se ha empleado el sistema suizo de juego, lo que ha permitido a sus participantes jugar en equipo y participar hasta el final. En definitiva, se trata de que todos los escolares aprendan, pero, sobre todo, lo que pretende esta actividad es conseguir que todos se diviertan, disfruten y que desarrollen su interés por el juego del ajedrez. Para el diseño de esta jornada lúdico deportiva, el Colegio Montearagón ha contado, un año más, con la colaboración y asesoramiento de la Federación Aragonesa de Ajedrez.

Visión estratégica

Son muchos los estudios científicos que avalan que el ajedrez desarrolla la atención, la comprensión, la visión estratégica, la flexibilidad y la capacidad de tomar decisiones de forma razonada, profunda y rápida. Y también son muchos los docentes que ven el ajedrez como un estupendo método de aprendizaje para todo el alumnado, especialmente en el área matemática y, en particular, para aquellos chicos y chicas con dificultades o altas capacidades.

El ajedrez ayuda también a la hora de llevar a cabo la planificación de tareas, invita al disfrute del proceso del razonamiento a través del juego, a la resolución de problemas, al análisis de la situación desde varios puntos de vista, y, sobre todo, a orientar el tiempo de ocio hacia actividades constructivas. Fomenta la relación de igualdad y el desarrollo de las relaciones interpersonales; ayuda a valorar el silencio como fuente de concentración y arraiga el concepto del ‘fair play’ y la deportividad por encima del resultado.

Por medio del ajedrez se puede conseguir estimular la búsqueda de la belleza, adquirir códigos propios del juego, sin olvidar que fomenta la pertenencia a una comunidad cultural. El ajedrez, además, facilita la asunción de responsabilidades de los propios actos, aumenta la autoestima personal.