La pronta aportación de Puado
Las ágiles adaptación y entrada en rendimiento efectivo de Javi Puado constituyen una noticia de primer rango en el seno del Real Zaragoza, al menos desde un punto de vista puramente deportivo. En el transcurso de únicamente dos partidos, el joven delantero ha cambiado de manera más que perceptible las sensaciones en torno a las capacidades de la vanguardia del bloque de Víctor Fernández, en buena medida diluidas por los efectos que provocó aquella fatídica mañana en que se conoció la baja de larga duración de Raphael Dwamena.
No es que Puado guarde parecidos al poderoso ariete ghanés, como resulta evidente, porque ni se asemejan en envergadura, modo de estar en el campo ni funciones que pueden desarrollar dentro de una composición más o menos armónica. Sin embargo, siendo tan distintos, la aportación de Puado sí que ha llenado buena parte del hueco, de las carencias que se sintieron durante siete u ocho jornadas.
Seguramente no sea casualidad que el Real Zaragoza haya sumado siete puntos de los últimos nueve posibles después de afrontar encuentros ciertamente complejos, ante el Rayo Vallecano, el Girona y el Deportivo de La Coruña, en el estadio de Riazor.
Tampoco cabe introducir en el campo del azar la ayuda magnífica que está generando la segunda línea, una demanda que formuló públicamente Víctor Fernández en su momento. Hasta Luis Suárez, que se alimenta solo en su espíritu, parece más exuberante en la potencia extraordinaria con que le ha dotado la naturaleza.
