Márquez volvió a la senda del triunfo, y lo hizo contra un colosal Lorenzo, que vendió muy cara su piel en un espectacular duelo en el trazado de Silverstone. El de Cervera, que solo pudo ser cuarto en Brno, se reencontró con el puesto más alto del cajón, pero le costó más de lo esperado debido a la encomiable resistencia de Jorge, su único rival en la competición a nada que las condiciones no le sean demasiado desfavorables. Y es que si la Yamaha funciona correctamente, el mallorquín sabe llevarla al 120% y, al menos, ofrecer dignas carreras de motos. Hoy por hoy, salvo situaciones excepcionales y aisladas, su equipo se encuentra lejos de la posibilidad de darle material para luchar contra el terremoto que provoca la HRC con el 93 en el carenado. Marc Márquez sigue a ritmo de récord, once victorias en doce Grandes Premios y Motorland como fecha señalada probable para sentenciar el campeonato.

Fiel a su estilo, Lorenzo comenzó la carrera en primer lugar, mandando en los primeros compases e incluso abriendo un pequeño hueco. Márquez enseguida se ubicó segundo, muy cómodo, y por detrás había escaramuzas entre los habituales Rossi, Pedrosa y Dovizioso, y el invitado inesperado, Aleix Espargaró, que fue de más a menos y que dio mucha guerra en los primeros compases, siendo especialmente bonitos una serie de adelantamientos contra Valentino.

Cuando la situación de carrera se estabilizó, la única duda era si Márquez iba guardándose algo para batir a Lorenzo y quién, entre Rossi, Pedrosa y Dovizioso, les acompañaría en el cajón. A siete vueltas del final llegó el ataque de Marc, que se colocó como líder. Se las prometía muy felices, pero Lorenzo sacó fuerzas de flaqueza, se ancló a su colín y le devolvió la jugada a cinco del final.

Los últimos giros fueron de infarto, y Márquez necesitó bordear la línea roja de los límites de lo legal para recuperar la primera posición. Entró algo colado en dos ocasiones mientras Lorenzo trazaba por fuera en una línea muy típica de él y de las Yamaha. Al buscar el interior ya estaba ahí su rival, y le obligaba a levantar la moto y marcharse recto. A dos vueltas del final llegó la segunda y última de las acciones,  con un toque incluído y Jorge perdió cuatro décimas que fueron definitivas. Espectacular mano a mano con su compatriota Lorenzo, respecto al que se tomó su revancha particular después de que en 2013, en el Gran Premio de Gran Bretaña, fuera el mallorquín el vencedor en una carrera similar.

Es justo decir que si la prueba llegó a su parte final de forma tan emocionante fue porque Márquez se pasó más de media carrera intentando cuidar sus neumáticos, sabedor de que tenía cierto margen en forma de décimas. Él mismo, tras la carrera, declaró que "no esperaba que Jorge fuera tan rápido. Intenté guardar más las ruedas a lo largo de la carrera, pero fue más difícil de lo esperado". Lo que tampoco es un secreto es que las Yamaha compiten mejor con calor, y lo visto estos cuatro días es una muestra plausible.

Por detrás, Pedrosa volvió a perder un mano a mano con Valentino Rossi, que ayer batió el récord del brasileño Alex Barros de 245 salidas en la categoría reina. El nueve veces campeón del mundo italiano, de 35 años, logró ayer la 246 y su primer podio en esta histórica pista a la que el campeonato volvió en 2010.

Valentino supo que no tendría opciones de triunfo en cuanto se quedó cortado tras Dovizioso y Aleix, y se tomó las cosas con más calma sabedor de que su objetivo era llevar el ‘46’ a las fotos de honor. Andrea apenas tuvo opción y Dani, tras el triunfo en la República Checa, siempre pareció conformarse con sumar y seguir adelante. Esta situación permitió que dos Yamaha se aupasen al podio, un éxito relativo para una marca competitiva.