Fue el segundo clasificado, pero en el Palacio de Congresos de Huesca, la final del oscense Mateo Sierra, de solo 20 años, en el programa de televisón Masterchef, se vivió como un auténtico triunfo. Ante la pantalla gigante instalada en el auditorio del recinto con muy pocas de las 800 butacas vacías, los oscenses vivieron con mucha emoción, nervios, risas y alguna lágrima la evolución del joven ante los fogones del popular espacio televisivo. La actividad, organizada por la asociación de empresarios turísticos TuHuesca y el Ayuntamiento, contó con la presencia de numerosos familiares y amigos tanto de Mateo como de su familia.

Entre ellos se encontraba su madre, Pilar Ballarín, quien también había vivido la final en directo desde el plató del popular concurso de TVE 1. “Estamos muy emocionados con todo el apoyo que hemos recibido de Huesca”, aseguró. Como señaló, vivió la final del programa “más tranquila” que en el estudio de televisión, donde confiesa que se puso “un poco nerviosa”. Su hijo se encuentra ahora en Madrid, aunque espera tenerlo pronto de vuelta “y que se quede unos cuantos días con nosotros”. “Y que siga cocinando, que aún nos tiene que preparar muchos platos”.

Unas filas más atrás se encontraba Beatriz Velázquez, amiga de Pilar. “Conozco a Mateo desde que nació y le he visto crecer junto a sus hermanos. Vamos con él a muerte hasta el final”, comentó emocionada. “Estamos muy contentos con la evolución que ha llevado en el concurso, no se ha metido con nadie ni ha hablado mal de los demás y lo que tiene que hacer, que es cocinar, lo hace bastante bien, por eso ha llegado hasta donde ha llegado”, añadió. Cerca se encontraba también Beatriz Clavería, quien conoce a Mateo porque ha sido compañero de clase de su hija. “Ojala gane”, comentó antes de saber el resultado. Y es que el suspense se mantuvo hasta el final, a pesar de que el joven ya había visitado Huesca una vez grabado el concurso.

“No lo conozco personalmente, pero sí a parte de su familia. Tiene que ganar y si es así, lo celebraremos”, comentaba por otra parte Estefanía, desde el anfiteatro. Allí se encontraba también Mariano Rubio, vecino de Huesca, quien había acudido como muchos otros espectadores a apoyar al joven cocinero de Huesca. “Tenemos que estar orgullosos de él, porque a pesar de que tiene solo 20 años ha conseguido llegar a la final”, comentó. También siguió el programa desde allí Fernando Alvás, quien aseguró que “si gana, brindaré por él para celebrarlo”.

A la retransmisión acudió además la alcaldesa de Huesca, Ana Alós y varios concejales tanto del equipo de gobierno como de la oposición, además de representantes del sector del comercio y la hostelería de Huesca, en una noche llena de ambiente en la que la fiesta se vivió desde el primer momento en las butacas del recinto.Un menú 100% oscense

El auditorio permaneció lleno hasta la bandera mientras duró el concurso. No faltaron los aplausos, en diferentes momentos del espacio, especialmente cuando el joven presentó los ingredientes de un menú cien por cien oscense, a base de borrajas con berberechos, becada con polenta al chilindrón, helado de albahaca y melocotón con vino. El momento en el que los hermanos Roca, invitados a esta última edición de la segunda temporada, probaron el menú elaborado por el joven fue seguido con mucha intensidad y nervios en la sala. Los 'Oh' surgieron en el segundo plato cuando el jurado aseguró que la carne se encontraba algo escasa de cocción. Sin embargo todos reconocieron la valentía de Mateo al atreverse con dicho producto.

Y ovación general en el postre, una receta familiar con la tradicional planta de las fiestas laurentinas, que se llevó un "fantástico" de los hermanos Cruz, quienes se emocionaron con las historia personal que rodea al plato. Samantha Vallejo Nájera puntualizó además que era el postre "más bonito que había pasado por el programa". El chef Jordi Cruz aún fue mas lejos y aseguró que era el mejor plato de la segunda edición del concurso. En realidad era, como dijo el joven "un trozo de su ciudad".-