¿Por qué es bueno aprender a hablar idiomas nuevos?
Además de aumentar las oportunidades laborales, el aprendizaje de nuevas lenguas tiene otros efectos positivos.
Saber idiomas es fundamental para completar un buen currículum. Sin salir de Aragón, los datos indican que el 23,2% de los trabajos requieren una o más lenguas. Si comprobamos los datos a nivel nacional, esta cifra crece casi diez puntos.
Por si esta ni fuera razón suficiente, los estudios sobre el comportamiento de nuestro cerebro a la hora de aprender a usar nuevas lenguas han demostrado que existan más beneficios en el aprendizaje de un idioma nuevo. Por ejemplo, los niños que aprenden idiomas a una edad temprana tienen un mayor desarrollo mental lo que se transforma en que se vuelven capaces de responder más rápido a estímulos y resolver problemas con proceso mental más veloz.
Así que, aunque la infancia sea la mejor época para aprender nuevos idiomas, hacerlo durante la madurez puede ayudarnos a hacer "ejercicio" con nuestro cerebro para tenerlo en forma. Por ejemplo, estudiar nuevas lenguas aporta beneficios como: Mejora y ejercita la memoria. Aumenta las habilidades y la comprensión lectora. Transforma el cerebro de forma positiva, haciéndole más creativo. No en el sentido de mejorar la apreciación de la belleza y las artes plásticas, si no que el aprendizaje estimula nuevas conexiones internas entre ideas y conceptos al cambiar de un idioma al otro o aprender nuevos términos. Los trabajadores que muestran en sus currículums que hablan más de una lengua están más capacitados para el trabajo en equipo y asumen mejor las responsabilidades.Este tipo de beneficios, de forma indirecta, ayudan a potenciar nuestra autoestima e, incluso, mejoran nuestra tolerancia al fracaso si somos capaces de enfrentarnos a un nuevo idioma y no desisitir a pesas de las dificultades y la diferencias con nuestra lengua materna.
Además, estudiar un idioma aporta beneficios que afectan directamente a nuestra salud. Por ejemplo, según revela un estudio publicado en la revista Neurology, los que aprenden un segundo idioma pueden retrasar los síntomas del alzheimer hasta cinco años.
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