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Siempre todo ahora: exceso de infinito

(Borrador previo a un boceto. En reescritura abierta)


(Subtítulo para Hoy: Intentando pensar en una moto sin frenos)


La atención ha colapsado. No queda casi. Y también sobra.


Es eso, el doble juego, la triple rendija. Sobra y colapsa.


Cada cual en sus cosas.


Cada cual en su sobrevivir.


Sobrevivir resta vida.


Trolleo interior.


Huyendo de sí.




Si alguien te escucha, aunque sea un minuto, tienes un tesoro.


Pero ese alguien está también en otra cosa.


Como tú. Varias cosas a la vez: multitarea.


Cuando te escuchas a ti mismo haces más cosas a la vez: multitarea íntima.


¿Puedes prestar atención sin ser tú? (Ejercicio práctico).


Si alguien te lee, o ve lo que le muestras, asistes a dos milagros. Pero, casi seguro que no podrás apreciarlos... 1: porque es increíble... 2: porque estás ocupado... en tu propia multitarea.


Dispersión creativa efímera... ¡Permanente!


Picoteando en hiperconcentración dispersa.




Si alguien lee esta línea me salva la vida (un segundo extra). [¡Gracias!]


(Pero ahora vuelvo a la nada (Usted está aquí)


Un segundo extra es todo lo que tienes: es demasiado.


Lo que excede al nanosegundo es inapreciable. Es otro. Sobra tiempo imaginario.


Exceso de infinito.


(Es buen título).


Capas sucesivas forman la realidad: se pueden intercalar nuevas capas (en breve)::


http://www.gistain.net/inmortal.pdf (hacia los últimos capítulos)




Fin (provisional) de la Zona Cero


Se ha conseguido vender dinero virtual (eso es la crisis): el dinero virtual es idea/tiempo, va con temporizador de serie o solo es temporizador.


Idea/tiempo descontado: deuda.


Hipótesis (ya verificada): solo la deuda existe.


Dinero con obsolescencia forzada. Es fascinante... y letal.


Hemos (han) vendido más dinero/tiempo del que podemos asimilar


¿Han?


¿Quién no ha vendido dinero/tiempo alguna vez, o lo ha intentado?


La idea no es nueva: lo que es nuevo es la capacidad de procesarla.


Esa capacidad aumenta muy deprisa. ¿Qué ocurrirá cuando sea cuántica?


Algunos enlaces:


http://www.gistain.net/?s=trading


Datos dispersos. Cambiando mientras los buscas. Ya han mutado. Se obliga a mutar (mundo transformer) para exprimir nuevos significados. Cajas en bancos. Amontonar. Hay una creación incesante de siglas, organismos, reglamentaciones... ¿FROB, MEDE? que enseguida son relevados por otros. Estas ocurrencias son la apariencia de la capa profunda, la espuma de las letras. Son letras mágicas, emblemas de la nada, fulguraciones de un nuevo dinero inventado, una macroburbuja tan inmensa que se engulle a sí misma... cada nanosegundo... y vuelve a hincharse (no es buena metáfora, revisar).


Explorar: la burbuja que se pincha a sí misma cada nanosegundo


Ni siquiera se puede identificar, o nombrar


Lo más hiperreal (dinero tiempo virtual) apenas se nombra: esquiva las siglas.




Inciso: de casi nada se puede hablar


(En medio de este caos y sus turbulencias, el penal de Guantánamo se alza como la presencia física del limbo. Un memorial, homenaje a la impunidad. Las fábricas de Foxconn, donde pulen -como Spinoza- las lentes de los delicados iPads. Las tierras variables de Afganistán, Pakistán, México, Irak. Los candidatos USA, como las familias en sus casas, apenas hablan de nada. Los asuntos a evitar son ya tantos, casi todos).


Infinitud del silencio


La preocupación es la misma si tienes dinero que si no lo tienes. La diferencia (enorme) es el hambre. El miedo es parecido. Las preferentes. Los que lo llevan todo encima, en el coche, en el trastero. Los que escrutan la oficina de su banco buscando indicios de si va a desaparecer.


Nada de eso existe. Sabemos que va a ser pulverizado, que pronto no valdrá nada. Que el propio Estado (el tuyo, todos) va a quitarte todo. Porque Él es prioritario, ante todo tiene que existir unos días más. Las cosas que hacen los gobiernos -las que se hacen unos a otros, las que hacen a sus ciudadanos- son pura desesperación contable pero, ay, según el sistema antiguo: el mundo anterior. Era conocido, confortable, ¡existía! ¡Aún perseveramos en creer que existe y en comportarnos según aquellas reglas!


Ahora estamos en otra cosa, algo que nos hacen en las capas freáticas del nuevo significado: donde se inventa el dinero sin intervención humana. ¿Él mismo se inventa a sí mismo? ¿Se reproduce?


El test de Turing ya se hizo: estamos en él.


El test de Turing nos lo hace la máquina a nosotros: cada segundo (nano) nos chequea la cuenta a ver si estamos en las (infinitas y conectadas) listas de morosos, la deuda en real time. El test inverso mira el saldo, pero también, y especialmente, la calidad: capcha algoritmo.


Un problema o impedimento añadido es que los gobiernos, como todos, están en la fase anterior. Y nada de entonces sirve para este momento delirante, onírico, del nuevo dinero salvaje creado de la nada. Este dinero es puro deseo materializado en el acto, en otros ámbitos, en otras realidades. ¿Qué son esos anuncios de invertir mil dólares apostando cuarenta? ¿Capitalismo popular?


Infinidad de apuestas sobre todo: el futuro ha sido ya vendido, descontado.


Infinidad de apuestas sobre Usted: sus datos (su vida hiperreal) forma parte del mercado en todas las formas inimaginables y en todas las combinaciones posibles.


Y todo a cambio de una dirección de correo, una cuenta para chatear, una vida abierta. Su Vida en un datacenter.


Multitarea en el container global


Esta secuencialidad es lo que nos mata. Literalmente, por supuesto. Y ahora, también, literariamente. Lo que ha ocurrido es que el dinero se ha apoderado de la narrativa: lo ha hecho tan bien que ni siquiera podemos entenderlo, es cuántico. Si no fuera porque nos destroza sería genial. Pero, si no nos destrozara, apenas le haríamos caso. Es lo que ha pasado en estas décadas: el mayor lujo es no pensar. Vivir mientras siempre. Siempre todo ahora. Poder vivir al día ha sido el microlujo, el bienestar universal. Sin mirar la cuenta cada diez minutos. Cada nanosegundo. Clic clic. Ha sido superfabuloso. Pero alguien pensaba y actuaba. O son procesos, una cosa con otra, dos ideas, medioideas, algoritmos, apuestas que se cursan solas. La medida es el nanosgundo, pero hay más niveles... siempre hay más brevedad al alcance de la máquina. Aquiles y su tortuga.


La máquina será enseguida celular: el procesador de carne y sangre (la transubstanciación, pero no entramos ahora en esa rama: bastante tenemos).


Es la venganza o el simple dominio de las letras. Las letras llevan años disimulando, ocultándose, desapareciendo. Se han hecho pasar por números. Una de las amarguras de estos años era y es la preponderancia de la economía, números, teorías absurdas que trituraban vidas en otro lugar. La economía se haía apoderado de todo. Ya vemos que ha sido al revés: han ganado las letras. En el principio fue el verbo. El Verbo se hizo hombre, etc. El Verbo se hizo dinero. Esto que ha pasado excede los designios de cuatro codiciosos listos (tal vez genocidas, sin mala intención). Es algo más importante, algo de la humanidad (que siempre envía pioneros, avanzadillas). Como el cambio climático, pero interior, espiritual, o sea, referente al dinero. En efecto, alguien lo está haciendo, pero es que la Humanidad ha llegado a eso, a esa fase, a ese poder.


Digresión: las ideas salen del teclado (en multitarea, el discurso es un listado, igual funciona al derecho que al revés, de arriba a abajo o de abajo arriba: listado en una molécula de carbono 60 o balón de fútbol, fullereno. El discurso clásico, largo o corto, es inútil, es un pre-algoritmo limitado, en bruto, sin depurar, lleno de bugs. (Este es clásico, o preincaico, lineal y textívoro).


Nueve personas lo manejan todo (en el libro Los amos del mundo)


¿No estábamos a seis grados? Esa distancia se ha reducido y se ha ampliado a la vez. Estamos más cerca, casi nos tocamos, pero no queda atención. La que queda no es comercializable. El tiempo inmenso --nuevo infinito-- de los desesperados. Vigilados hasta el último dato. El que no compra no existe. Nuevas ciudadanías forzosas, vasta periferia a cuatro bits, activismos atomizados.


La multitarea crece: el cerebro se expande, estalla.


¿Se pueden comparar gráficas -hay que hacerlas- entre el trading acelerado mundial y las ramificaciones -o configuraciones- neuronales nuevas?


La revolución ha venido o está viniendo del dinero. Y de la industria militar (que inventó internet/arpanet). Los drones diarios.


El paso de los inventos a la vida civil, dispersa, acaso libre, se ha acelerado. Impresoras 3D. Drones p2p, planos en la web... Buscar BIFI Societic.


El dinero virtual. Lo virtual es la nueva realidad, hiperrealidad. Es y no es. Funciona: crea efectos: paro. Inventa riqueza restringida a unos pocos agentes, personas, bancos raros, entes mutantes, nuevos poderes difusos. Nueve personas. Quizá diez.


Todo ese dinero que no se imprime es real. Ha cambiado el planeta. Ahora se generaliza la no impresión, pero el dinero ya lo hizo mucho antes. Desapareció. Es otra cosa. Primero fue el plástico (en eso creíamos estar).


Podría ocurrir que esta novedad absoluta llegara a distribuirse (debería ser así para sobrevivir, el éxito comercial), pero la transición es dolorosa, letal. Podría ocurrir que las zonas antiguas, el poder residual, inmenso en su crepúsculo, estuviera destruyendo el mundo por pura desesperación... de la agonía. Exprimiendo los últimos recursos de un sistema exangüe.


Es un proceso de letras, el dinero se ha literaturizado: es leyenda, texto, contenido puro, apuestas, proposiciones.


Vamos saltando del abismo a la caligrafía, amenizando el pasmo.


El texto con el que se construyó el mundo es una fórmula, un algoritmo, esa ha sido la idea mágica de la ciencia (antes fue la idea de la religión): la aspiración última ideal: condensar el mundo entero en una fórmula, la belleza absoluta sigue estando en e=mc2. Los seis días que empleó Dios en crear el mundo resultan ahora de una lentitud exasperante.


Estamos en los nuevos textos sagrados, operaciones de nanosegundos, apuestas automáticas en las tripas de la máquina.


Nos gustaría entenderlo. Qué nos está pasando. Que nos hacen cada nanosegundo. Sentimos que algo ocurre por debajo de nuestras antiguas vidas físicas, en otra capa. Mientras el mundo se agita.


La idea es que estamos en algo que no nos hemos dado cuenta. Se pueden buscar culpables, puesto que hay víctimas, millones. Pero hay que saber cómo se hace. Hay que entenderlo.


Esa sería la primera misión de los gobiernos, averiguar qué está pasando.


Excepto que sean muy liberales y se limiten a dejar que actúen las fuerzas aquellas del mercado. La mano invisible. Conceptos de mucho antes.


O que se vean muy desbordados.


Pequeñas mejoras para las personas desprotegidas. Pequeños hachazos diarios.


Hacer piña en las zonas protegidas, cada vez más expuestas.


Volvamos al recreo.


La multitarea. Vivir simultáneamente varias vidas.


Es difícil. Estamos empezando. Es irreversible.


Vivir siempre todo fue el sueño de unos años.


El anterior fue vivir a tope. Sinvivir full time. Un breve paréntesis de precario bienestar.


La multitarea tiene que ver con la reinvención del dinero como tiempo rápido, infinitamente troceable, revendible.


(Se puede leer empezando por aquí)






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