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CSIC revela que las áreas verdes en Zaragoza necesitan "mejorar” para combatir el cambio climático

El Ayuntamiento apoya su plan inicial de infraestructura ecológica con la instalación de 125 viviendas para insectos beneficiosos y la gestión de 170 parques.

La consejera de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, en la suelta de insectos beneficiosos en Zaragoza
La consejera de Medio Ambiente y Movilidad, Tatiana Gaudes, en la suelta de insectos beneficiosos en Zaragoza
Daniel Marcos

La investigación, llevada a cabo durante los últimos cuatro años por el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y dirigida por Elie Hanna, ingeniero agrónomo y paisajista libanés, ha revelado que la infraestructura verde urbana de Zaragoza tiene un margen significativo de mejora. El estudio ha analizado 90 espacios verdes en la ciudad, poniendo de manifiesto que la cobertura vegetal, los flujos de agua, el reciclaje de materia orgánica y la conformación topográfica son áreas que requieren un ajuste considerable.

En el informe urge adaptar los espacios al cambio climático, optimizando su naturalidad y funcionalidad ecológica para maximizar la provisión de servicios ecosistémicos y, en consecuencia, mejorar el bienestar de la población. 

De los 90 espacios analizados, 80 se ubican en Zaragoza y 10 en áreas periurbanas como Montañana y Peñaflor. Hanna ha indicado que, aunque se han alcanzado ciertos avances en la infraestructura natural de la ciudad, existe un evidente potencial para mejorar su adecuación a los desafíos ambientales actuales.

Para evaluar los factores reguladores de los ecosistemas, se ha desarrollado un Índice de Naturalidad y Funcionalidad. "Utilizamos una hoja de evaluación con 15 variables, que abarcan aspectos físicos como el área y la configuración del sitio, ecológicos como la presencia de vegetación autóctona, y sociales como el uso y la circulación en el espacio", ha resaltado Hanna. Esta metodología ha permitido obtener una visión integral de cada espacio examinado.

Los resultados han mostrado que la mayoría de los espacios verdes en Zaragoza presentan un bajo nivel de naturalidad. Hanna ha explicado que esto se debe a la priorización de servicios recreativos en muchas áreas urbanas, lo que ha reducido la calidad ecológica y afectado la preservación del ecosistema local. No obstante, no todos los espacios urbanos presentan esta deficiencia; por ejemplo, los Pinares de Venecia se destacan por mantener una alta calidad sostenible.

Para abordar este déficit, el investigador recomienda reducir las áreas pavimentadas y aumentar la vegetación, incluyendo plantas y árboles autóctonos. También sugiere evitar diseños excesivamente verticales o simétricos, y trabajar en armonía con la naturaleza, preservando el relieve del terreno en lugar de nivelarlo al completo.

Además, el estudio resalta la importancia de preservar las áreas periféricas, "que son cruciales para la captura de carbono, un aspecto fundamental para que el Ayuntamiento de Zaragoza logre su objetivo de convertirse en una ciudad neutra en emisiones contaminantes para 2030. Hemos recomendado restaurar y conservar las zonas riparias -también conocidas como ribereñas- y los parques urbanos, ya que estos espacios ofrecen refugios climáticos esenciales”, ha subrayado Hanna. 

Plan actual de medioambiente

Ante esta investigación, Fran Bergua, jefe del departamento de Ecología Urbana y Economía circular del Ayuntamiento de Zaragoza, ha señalado: "En relación con el plan de infraestructura verde, que data de 2017, hemos desarrollado en los últimos tres años una estrategia integral para gestionar la infraestructura ecológica en Zaragoza".

Se han instalado 125 viviendas para insectos beneficiosos como parte de un enfoque de control biológico de plagas. Además, se han creado alcorques floridos que actúan como refugios adicionales para estos insectos. “Estos alcorques han proporcionado hábitats para insectos que han contribuido eficazmente al control de plagas sin recurrir a pesticidas”, ha explicado Bergua.

La capital aragonesa dispone de 11 millones de metros cuadrados de áreas verdes, que incluyen 170 parques y zonas arboladas. Bergua ha destacado la adopción de prácticas sostenibles, como el reciclaje de restos de poda para crear acolchado que retiene la humedad y limita el crecimiento de malezas. En el paseo de San Sebastián, por ejemplo, se han utilizado estos restos para potenciar la biodiversidad y mejorar la salud de las plantas.

"Hemos preservado y conservado los elementos naturales, como el arbolado y la vegetación, en nuestros parques. Cada uno de ellos ha sido diseñado para satisfacer sus necesidades específicas, equilibrando los usos recreativos con la conservación de la biodiversidad", ha afirmado Bergua.

El jefe del departamento ha mencionado que Zaragoza cuenta con casi 800 refugios para la biodiversidad. Además, ha intuido que la investigación podría haber sido realizada antes de algunos de los cambios que se han implementado, como por ejemplo la introducción del quinto contenedor para compostaje. "Zaragoza ha experimentado una evolución considerable en términos de gestión del verde urbano, y aunque aún hay áreas que mejorar, hemos logrado avances notables. La mejora en los parterres florales y el uso de plantas perennes en lugar de florales de temporada son un claro ejemplo de estos avances", ha concluido.

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