Así ha quedado la calle Concepción Arenal de Zaragoza tras su reforma integral
Las obras, en las que se han invertido 465.000 euros, comenzaron su fase final a principios de mayo.
La calle de Concepción Arenal, situada en el distrito de Universidad, ha estrenado al fin su nueva imagen. El Ayuntamiento ha invertido unos 465.000 euros para transformar sus 1.266 metros cuadrados en una vía accesible de plataforma única en la que el peatón será el protagonista.
Se trata de una obra que no ha estado exenta de polémica y que llegó a paralizarse durante meses por las desavenencias entre la contratista -Ingeniería y Obras Aragonesas del Ebro (Infobare)- y el Consistorio. “Ahora invita a pasear y, además, es más segura. Han desaparecido las aceras estrechas y los coches han dejado de ser una prioridad. Está pensada para los vecinos, para los clientes de los establecimientos y para todos los estudiantes que la utilizan durante el curso para ir a los colegios cercanos y al campus de la universidad”, ha señalado el concejal de Urbanismo e Infraestructuras, Víctor Serrano.
La reforma ha supuesto la renovación de todas las redes de abastecimiento de agua y de saneamiento que discurren por el subsuelo y la instalación de nuevo alumbrado público con tecnología led. Este, indican desde el Consistorio, permitirá mejorar la iluminación de la calle y la seguridad peatonal, además de ser más eficiente desde el punto de vista energético.
En cuanto a la configuración de la calle, la calzada se ha elevado al mismo nivel que las aceras creando una plataforma única de prioridad peatonal y se ha colocado pavimento podotáctil a lo largo de todo el trazado para delimitar la zona de tránsito de vehículos y garantizar itinerarios peatonales accesibles.
En la parte central de la calle se ha creado un trazado ligeramente sinuoso para reducir la velocidad de paso de los vehículos, pacificando todavía más el tráfico que pueda pasar por la nueva calle. Asimismo, el nuevo diseño incorpora arbolado y otros elementos vegetales de los que antes carecía y que están condicionados por las estrechas dimensiones de la calle, las conducciones de servicios que discurren por el subsuelo y los acceso a viviendas y establecimientos.
