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El Ayuntamiento de Zaragoza reducirá la edificabilidad del Jesús y María si no llega a un acuerdo con Wilcox en dos meses

El Consistorio aprobará también este miércoles la modificación del PGOU que permitirá transformar los suelos de la antigua fábrica de Aceralia.

El antiguo colegio Jesús y María de Zaragoza, desde la calle de Cortes de Aragón.
El antiguo colegio Jesús y María de Zaragoza, desde la calle de Cortes de Aragón.
Guillermo Mestre

El Ayuntamiento de Zaragoza reducirá más aún la edificabilidad de los suelos del antiguo colegio Jesús y María si no llega a un acuerdo con Wilcox, la empresa propietaria del terreno, en el plazo de dos meses. El Consistorio aprobará definitivamente la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en la comisión de Urbanismo de este miércoles, pero la congelará hasta que se firme un convenio con los promotores en el que se concreten todos los detalles.

Si el documento no se formaliza antes del 30 de septiembre, el Ayuntamiento podría incluso convertir la parcela, de 8.952 metros cuadrados, en una Zona G, lo que obligaría a la empresa a incluir calles, zonas verdes y Viviendas de Protección Oficial (VPO) en el proyecto. Esto, además de afectar a la rentabilidad de la operación, dilataría los plazos, ya que Wilcox tendría que presentar un proyecto de urbanización, otro de reparcelación y asumir los costes.

El convenio que se tiene que firmar, ha explicado este lunes el concejal de Urbanismo e Infraestructuras, Víctor Serrano, deberá concretar el cumplimiento de las cesiones derivadas y recoger las rectificaciones exigidas en los informes emitidos por los técnicos municipales. “Si no fuese posible, declararé finalizado el procedimiento de oficio y se impondrán ajustes”, ha advertido.

El antiguo colegio lleva más de tres décadas en desuso. En principio, los promotores pretendían construir 210 viviendas libres, cifra que, finalmente, quedó reducida a las 160 que se contemplan la actualidad. Irían en una única parcela de 3.370 metros cuadrados, mientras que los 5.581 m² restantes “se cederían” al municipio libres de cargas. En ellos se levantaría un centro cívico, obra que, en principio, tendrá que ser costeada por Wilcox. El acuerdo contempla, además, una compensación económica para el Ayuntamiento cuya cuantía se tendrá que especificar en el convenio.

El Consistorio lleva cuatro años trabajando en acabar con este histórico vacío urbano. Sin embargo, hasta ahora ha sido imposible cerrar todos los detalles con la compañía, de ahí que los funcionarios hayan puesto una fecha tope al acuerdo para no dilatar más los plazos. Esta, en todo caso, no será la única cicatriz que se cerrará a medio plazo. Serrano también ha confirmado que el Ayuntamiento llevará a la comisión de Urbanismo del miércoles la aprobación definitiva de la modificación parcial del PGOU de la antigua fábrica de Aceralia, un cambio que permitirá transformar estos suelos, situados en la avenida del Alcalde Caballero y los caminos de Los Molinos y Corbera Baja, tras más de dos décadas de parálisis y reivindicaciones vecinales.

Al sur, junto a la antigua fábrica de Saica, habrá una gran manzana industrial de 40.244 metros cuadrados, en el centro se construirá un gran parque de 12.824 m² y al norte “quedarán dispuestas 850 viviendas repartidas en seis manzanas de edificios de 39.394 m², contando además con 390 nuevas plazas de aparcamiento en los nuevos viales que se construyan”, ha explicado el edil.

Prames se desplazará “a una mejor parcela”. Además, ha destacado Serrano, el acuerdo reducirá “de una manera radical” la edificabilidad planteada en un principio. “Ha habido cesiones y generosidad por parte de todos. Finalmente habrá 850 viviendas, de las que 50 serán protegidas y otras 77 pasarán a disposición del Ayuntamiento de Zaragoza, cuando llegó a hablarse de 2.000”, ha comentado, resaltando la importancia de acabar con esta cicatriz, que “impedía el desarrollo orgánico de la ciudad”.

Todavía no se sabe, sin embargo, cuándo podrán verse las primeras máquinas. “Ahora habrá que presentar un proyecto de urbanización y de reparcelación. Todo dependerá de los plazos que lleve la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), la propietaria de los suelos. Lo que se hace ahora es dejar un planeamiento apto para que los promotores puedan tener la futura edificación en el horizonte. A partir de este miércoles ya van a poder trabajar en ellos”, ha dicho.

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