Zaragoza
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El 'riau riau' suena con fuerza en El Pájaro Azul de Zaragoza

Un centenar de navarros y zaragozanos ha vivido con intensidad el inicio de las fiestas de San Fermín.

Los asistentes, este mediodía, en el bar zaragozano.
Los asistentes, este mediodía, en el bar zaragozano.
A. Toquero

El chupinazo de las fiestas de San Fermín también se vive con intensidad de Zaragoza. El bar El Pájaro Azul de la calle Doctor Cerrada es algo así como la sede improvisada de los navarricos en la capital aragonesa, el escenario donde cada 6 de julio, desde hace más de diez años, celebran el inicio de una de las fiestas más populares de España.

De blanco inmaculado y con el pañuelo rojo en la mano, los minutos previos a las doce se han hecho muy largos. Ana María Notivoli, presidenta de la Casa de Navarra en Zaragoza, ha ejercido de anfitriona dando las instrucciones a todo el mundo de cómo tener el pañuelo y del momento de colocárselo al cuello.

La celebración del chupinazo en El Pájaro Azul.
La celebración del chupinazo en El Pájaro Azul.
A. Toquero

Delante de una gran pantalla de televisión no ha tardado en resonar con fuerza el “¡Viva San Fermín!”. A partir de ese instante, ya sí, ha hecho acto de presencia el 'riau riau' y todos los asistentes se lo han anudado. Este año, como el pasado, también ha habido música en directo con la presencia de una pequeña orquesta formada por tres músicos.

Ana Notivoli comentaba antes de empezar el baile que “este año, al caer en sábado, es probable que venga menos gente”. Sin embargo, a las doce de la mañana, El Pájaro Azul estaba lleno hasta la bandera con la presencia de alrededor de un centenar de navarros y zaragozanos. Además, explicaba que el día iba a ser intenso. “Tras el chupinazo estamos un rato bailando y empieza el momento del vermú con los pinchos de chistorra como grandes protagonistas”.

Luego, alrededor de 40 socios de la Casa de Navarra celebran el inicio de las fiestas de una forma más tranquila, sentados a la mesa. “El plato típico son los huevos con patatas fritas y luego al gusto se acompañan de jamón, panceta, chistorra, magras con tomate y pimientos, además de ensaladas, tarta de queso de postre y todo regado con buen vino y cava para brindar”, aseguraban José María y Aurelio Royo, propietarios de El Pájaro Azul.

Bailes, con el pañuelico rojo, en el centro de Zaragoza.
Bailes, con el pañuelico rojo, en el centro de Zaragoza.
A. Toquero

A la cita festiva se han sumado representantes de otras casas regionales como el Centro Soriano Castilla y León, Cataluña y Extremadura. Para ellos ha sido una forma de expresar su cariño y reconocimiento a las fiestas de Pamplona. También han participado algunos concejales del Ayuntamiento de Zaragoza como la consejera de Cultura, Sara Fernández.

Todos han disfrutado de la música y el baile alrededor de una fiesta que tiene mucho tirón en Zaragoza. “La verdad es que cada año viene más gente, pero necesitamos que los jóvenes se incorporen a las actividades de la Casa de Navarra porque ellos representan el futuro”, asegura Ana Notivoli.

Tras la puesta de largo, los navarros residentes en Zaragoza tienen el 7 de julio, festividad de San Fermín, una cita en la basílica del Pilar, donde por la tarde se celebra una misa en la capilla de la Virgen y acto seguido hay una ofrenda floral.

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