un año de la tormenta histórica
Los padres del colegio afectado por la riada en Parque Venecia: "Se nos cayó el mundo encima"
El María Zambrano ha sido este curso el más solicitado de todo Aragón. Para la DGA constata su seguridad pero las familias exigen el canal perimetral.
Noemí Corbatón, la presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del CEIP María Zambrano, estaba en su casa de Parque Venecia cuando se desató la tormenta que, minutos después, convertiría las principales avenidas del barrio en un furioso río. Ya estaba impresionada cuando se asomó al exterior por la intensidad de la lluvia y el granizo. Asegura que hacía años que no veía caer el agua de esa manera. Pero aún así no podía llegar a imaginarse lo que pasaría poco más tarde. Los vídeos y las fotos empezaron a llegar a su teléfono y al ver la fuerza con la que el torrente de agua atravesaba el colegio el impacto fue total. “Se nos cayó el mundo encima”, rememora, un año después.
Pensaba en ese momento en la seguridad de los niños, que por fortuna no se encontraban allí, y en el esfuerzo que las familias habían invertido en que por fin su ansiado centro se convirtiera en una realidad. Justo el verano pasado habían terminado las obras del edificio de Primaria. “Vimos cómo todo lo que habíamos trabajado, todo el tiempo de vida que habíamos invertido, se destrozaba”, dice. No obstante, doce meses después han logrado recuperar la normalidad.
El Gobierno de Aragón invirtió un millón de euros en la reparación de los daños causados por la tormenta y este curso el María Zambrano ha sido, de hecho, el colegio más demandado de toda la comunidad. Lo mencionan desde el Departamento de Educación y también la propia Corbatón, que alude a que han pasado de tres vías a cinco.
Para la DGA eso certifica la "seguridad" del edificio, mientras que la presidenta del ampa considera que las familias “confían”, pero todavía mantienen la “cautela”. Piden sobre todo celeridad a la hora de acometer las obras del canal perimetral, que se ubicará tras el centro educativo y a las faldas del barranco de la Muerte y que deberá recoger las aguas que caigan por su ladera en caso de que se produjera un episodio de fuertes lluvias como el de aquel día. "No tenemos noticias de la obra principal, que es la que verdaderamente tiene que garantizar la seguridad", lamenta, y advierte: "Se nos está acabando la paciencia".
Recuerda, por otro lado, que como medida adicional se ha llevado a cabo la monitorización aguas arriba del barranco, que alertaría en caso de que bajara un torrente de agua. Asimismo, se ha establecido un plan de evacuación y autoprotección que se vale, entre otras cuestiones, de estos posibles avisos. También establece de que en el caso de que haya una alerta importante por lluvias el centro tiene que llamar al 112, donde las indicarán cómo proceder y si es necesario desalojar. No obstante, critica que cuando han llamado en alguna ocasión la respuesta no ha sido muy tranquilizadora. "'Lo que tú veas', han llegado a decir", asegura Corbatón.
