El padre de dos niñas fue juzgado este lunes en la Audiencia Provincial de Zaragoza acusado de haber abusado de ambas cuando una de ellas tenía entre 7 y 8 años y la otra entre 3 y 4. El hombre se enfrenta a peticiones de cárcel que suman 24 años, pues le atribuyen dos delitos continuados agravados por la edad de las hijas y solicitan por cada uno de ellos 12 años de prisión, 7 de libertad vigilada y 14 de incomunicación con las menores. Mientras, la defensa niega las acusaciones hechos y mantiene que su representado no ha cometido ninguno de los delitos que se le imputan y que no hay prueba alguna de que haya participado en ninguno de los hechos que le atribuyen.

El juicio se celebró a puerta cerrada ante el tribunal de la Sección Primera. No obstante, las tres partes mantuvieron las conclusiones que habían presentado en sus respectivos escritos. En ellos, la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por la madre de las niñas, aseguran que las agresiones sexuales se cometieron durante los años 2017 y 2018 mientras las pequeñas estaban con su padre en las fechas establecidas en el régimen de visitas fijado en sentencia judicial, pues el matrimonio se había divorciado en 2015.

Los presuntos abusos se interrumpieron durante los años 2019 y 2020, cuando las visitas estuvieron supervisadas en el Punto de Encuentro Familiar, aunque con una de las niñas se reprodujeron durante tres meses de 2021 cuando el juez de Familia dictaminó que cada una de las menores hiciese las visitas de forma individual con el padre, según alegaron las acusaciones en sus escritos. Mantienen que durante los encuentros, bien cuando estaban de visita o cuando pernoctaban, el acusado les hacía tocamientos sexuales de forma reiterada y que incluso llegó a introducirles un dedo en la vagina. 

Los informes emitidos por las psicólogas forenses serán claves para el tribunal pues el asunto fue en un principio sobreseído por el Juzgado de Instrucción y confirmado por la Audiencia Provincial al no considerar creíbles los relatos de las niñas. Sin embargo, unas notas manuscritas de una de las menores llevó a la madre, representada por la abogada Mercedes Campoy, a presentar una nueva denuncia que se tradujo en la apertura del procedimiento que se juzgó este lunes. En él se aportaron otros informes, incluidas los de las asistencias médicas y psicológicas que han recibido las niñas a lo largo del tiempo, que contradicen los anteriores. Las discrepancias entre unos y otros las resolverán los magistrados.

Al término de la vista oral el abogado del acusado, Javier Osés, calificó de “falacia” las acusaciones sobre su cliente y criticó el “uso irregular” que se ha hecho en esta causa del procedimiento penal.