La fachada de la famosa cadena de comida rápida McDonald's del Coso de Zaragoza muestra desde hace unos días una nueva imagen. Unas estructuras metálicas en forma de triángulo, situadas a pie de calle, llaman la atención de algunos transeúntes y también de los 'riders' que esperan en las inmediaciones a recoger sus pedidos. No se trata de nada promocional, ni estético: sus impulsores buscan un objetivo claro con estos extraños elementos.

El Coso de la capital aragonesa es punto de paso de muchas personas. Desde zaragozanos que esperan a coger el transporte público hasta trabajadores 'deliveries' que hacen tiempo para recoger su pedido. Los primeros pueden esperar en las marquesinas de las paradas del autobús y los segundos en los bordillos del establecimiento ubicado en la calle de Jerónimo Blancas. Aunque ya no, estos triángulos se lo impiden. 

Los bordillos del McDonald's del Coso servían para muchos de ellos como sitio de descanso. "Hay días en los que tenemos jornadas de mañana a noche sin apenas un momento de reposo", explica Daniel Hernández, un 'rider' que trabaja en su tiempo libre como repartidor de comida a domicilio. Está sentando en una silla plegable justo al lado de los polémicos triángulos para así, dice, poder descansar entre un pedido y otro. 

Es la única solución porque con esta nueva imagen que presentan los bordillos del McDonald's, el descanso en ellos ya no es una opción. Las estructuras ocupan la zona y su forma puntiaguda hace que sea imposible apoyarse. 

Hamid es otro de los 'riders' afectados que lleva un año trabajando repartiendo pedidos. "Me sentaba ahí para poder descansar las piernas tras tantas horas pedaleando con la bicicleta", señala. Ahora, con un patinete eléctrico, su trabajo se ha vuelto más llevadero, pero asegura que ese espacio lo utilizaban todos "porque son muchas horas trabajando y muy pocas descansado". 

Aunque de día la imagen de esta zona es convencional, la de unos pocos repartidores esperando su pedido, de noche cambia. En torno a las 23.00 los 'riders' se agolpan en la puerta, dificultando, en algunas ocasiones, el paso de algunos transeúntes. Pero, ¿es la solución poner estos triángulos en el bordillo? 

Los 'riders' tienen clara su respuesta y se quejan de que esto solo ocurre en este McDonald's. "Por ejemplo en el del paseo de Sagasta podemos sentarnos libremente y no pasa nada", se lamentan los repartidores que piensan que es una "discriminación" para ellos. 

Por el momento, debido a la imposibilidad de descansar en el bordillo de este establecimiento, tendrán que esperar de pie o como hace Daniel y ya alguno de sus compañeros, llevarse una silla de casa para así amenizar la espera.