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Corrupción urbanística en Aragón: Pinilla ya ha salido de la cárcel... pero tendrá que volver

La exalcaldesa de La Muela María Victoria Pinilla disfruta desde este viernes de su primer permiso desde que entró en prisión, a la espera de lograr pronto el tercer grado.

La entrada de María Victoria Pinilla en la cárcel de Zuera
La entrada de María Victoria Pinilla en la cárcel de Zuera se produjo el 31 de mayo de 2022
Oliver Duch

La exalcaldesa de La Muela María Victoria Pinilla, condenada a prisión por la Operación Molinos, una de las mayores tramas de corrupción urbanística destapadas hasta la fecha en Aragón, ya está en la calle. Salió de la cárcel de Zuera este viernes, 7 de junio, pero tendrá que regresar a su celda dentro de seis días. Porque, de momento, lo que se le ha concedido es un permiso y no la progresión a tercer grado.

La exregidora consiguió a comienzos de mayo que la Audiencia de Zaragoza le sustituyera varias de las penas de cárcel por multas, todo un logro procesal que recortaba de un plumazo su condena de 11 años y cuatro meses a un máximo de tres. Pinilla lleva entre rejas desde el 31 de mayo de 2022, pero ya estuvo en prisión provisional otros cuatro meses, por lo que actualmente ya ha cumplido más de 28 meses, más de las tercera parte de su castigo. Ello debería haberle servido para conseguir ya el tercer grado, beneficio que parece estar atascándose en los despachos.

Cuando el tribunal aceptó la petición del abogado Enrique Trebolle para sustituir varias de las penas de prisión impuestas a María Victoria Pinilla por multas, a priori, a la exalcaldesa le bastaba con garantizar el pago de 58.000 euros para salir de la cárcel, puesto que reúne el resto de requisitos que se exigen para progresar al tercer grado. La Audiencia de Zaragoza confirmó entonces a la junta de tratamiento del centro penitenciario de Zuera que del dinero inmovilizado a la exregidora quedaba remanente suficiente para hacer frente al pago de las multas. Pese a ello, a día de hoy, Pinilla sigue estando clasificada como interna de segundo grado y no de tercero.

Su abogado tuvo que pedir un permiso al juez

Dada la demora en los trámites, a la espera de conseguir el tercer grado, la defensa de la exalcaldesa de La Muela decidió pedir un permiso para que esta pudiera al menos pasar unos días en casa y ver a su familia. Puesto que desde que entró en Zuera, no ha disfrutado de ninguno. La junta de tratamiento también se lo denegó, lo que llevó a su abogado a recurrir la resolución ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 2 de Zaragoza, que ha sido el que finalmente ha dicho que está legitimada para disfrutar de ese primer permiso de seis días.

Pero está claro que el objetivo de María Victoria Pinilla es obtener cuanto antes el tercer grado, para poder solicitar a su vez la libertad condicional. Pero la pelota está ahora sobre el tejado de Instituciones Penitenciarias en Madrid, quien deberá fijar los plazos de la salida definitiva de prisión de la exalcaldesa. En ese momento, serían varias las opciones: que Pinilla tuviera que ir solo a dormir en el centro de inserción social Trece Rosas o que le pusieran un brazalete de geolocalización que no la obligara a pernoctar allí. En caso de lograr la libertad condicional, ni siquiera estas dos medidas serían necesarias.

Condenada por seis delitos de corrupción

La exalcaldesa de La Muela fue condenada por seis delitos relacionados con la corrupción urbanística durante las dos décadas que estuvo al frente del Consistorio. Entre los seis sumaron 11 años y cuatro meses de prisión. El más castigado fue el de cohecho, con tres años. Por el resto recibió penas que no excedieron de dos. En concreto, el Tribunal Supremo fijó definitivamente las condenas en dos años de cárcel por blanqueo de capitales; dos delitos contra la Hacienda Pública castigados con 16 meses cada uno; otro de fraude a la Administración por el que se le impusieron 18 meses y otros 22 por un delito continuado de malversación de caudales públicos.

A pesar de que la suma de todos ellos superaba los 11 años, en ningún caso habría cumplido más de nueve por ser el triple de la más grave -como dispone el Código Penal-, que en su caso son los tres años que le impusieron por cohecho. Pero la ley vigente en el momento de cometer los hechos, invocada por el penalista Enrique Trebolle, ha permitido a María Victoria Pinilla tener la libertad al alcance de la mano.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza, que fue la encargada de juzgar y luego de ejecutar la sentencia que impuso a Pinilla, ha accedido a la petición de su abogado de sustituir las mencionadas penas por multas. Enrique Trebolle planteó esta solicitud, a la que se opuso la Fiscalía, argumentando que la exalcaldesa cumplía todos los requisitos que exigía el ya derogado artículo 88 del Código Penal, que disponía que los jueces podían sustituir por multas o trabajos en beneficio de la comunidad las penas inferiores a dos años.

Este beneficio lo pueden aplicar siempre que se cumplan una serie de condiciones, como que no se trate de un reo habitual, se carezca de antecedentes, no se haya vuelto a delinquir y cuando «de las circunstancias del hecho y del culpable se infiera que el cumplimiento de aquellas (penas) habría de frustrar sus fines de prevención y reinserción social»

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