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El juez deja libre al joven que quiso acuchillar a un guardia civil en un pueblo de Zaragoza

El agente y su compañero se personarán como acusación particular por una presunta tentativa de homicidio.

Lugar donde se produjo la agresión y arma utilizada.
Lugar donde se produjo la agresión y arma utilizada.
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El joven que protagonizó el pasado martes un violento suceso en Cadrete (Zaragoza) al intentar clavar un cuchillo en el cuello a un agente de la Guardia Civil que mediaba en un conflicto familiar ya está libre. Al agresor se le abrieron diligencias por tentativa de homicidio, ya que el funcionario se vio obligado a tirar de reflejos para esquivar su peligrosa acometida. Sin embargo, tras la comparecencia del detenido en el juzgado de guardia, la Fiscalía no consideró oportuno proponer la medida de prisión provisional y Ezequiel A. P. acabó en la calle.

No ha trascendido si el juez decretó algún tipo de medida de alejamiento para impedir que el joven pueda volver a amenazar o intentar agredir a las personas con las que convive: su madre, un hermano y su padrastro. Cabe recordar que fue un vecino de la familia quien puso en alerta a la Guardia Civil al escuchar gritos de una mujer pidiendo socorro. Era la madre del encausado, quien escapó asustada de la vivienda y aguardó la llegada de los agentes en la calle. Nada más verlos, les explicó que su hijo estaba “fuera de sí”.

“La Guardia Civil y la Policía están desprotegidas. Y no se entiende muchas veces el riesgo que entraña su trabajo. Te intentan apuñalar con un cuchillo de grandes dimensiones y la Justicia no es capaz de apreciar o reaccionar ante ese enorme peligro. ¿Quién protege a quienes nos protegen?, se pregunta el abogado Marco Antonio Navarro, quien ha anunciado que solicitará la personación en la causa de Cadrete en representación de los dos guardias que intervinieron y de la asociación Jucil. De hecho, su intención es intentar que el investigado sea juzgado por un homicidio frustrado.

Se fue directo a la cocina a por el cuchillo

Los hechos que llevaron a la detención de Ezequiel A. P. se produjeron sobre las 15.40 del día 4 de junio en una vivienda de un bloque residencial de reciente construcción ubicado en la calle José Oto de esta localidad de la Comarca Central. El padrastro del causante del altercado se encargó de franquear la entrada del edificio a los agentes, que no tuvieron después ningún problema para acceder a la vivienda familiar, dado que la puerta estaba abierta. “¿Dónde vais?”, preguntó sorprendido el joven al ver a los agentes en su domicilio. Acto seguido, este les preguntó por la orden judicial que les permitía estar allí. Pero ni siquiera les dio tiempo a contestar, ya que salió corriendo hacia la cocina, donde abrió un cajón del que sacó un cuchillo de casi 16 centímetros de filo.

Los guardias le gritaron varias veces que tirara el arma blanca, pero el joven no solo hizo caso omiso a sus indicaciones, sino que acometió contra uno de ellos y trató de acuchillarlo en el cuello. Los reflejos del agente le permitieron esquivar la embestida y retroceder unos pasos. Una vez a salvo, desde una distancia de seguridad, el funcionario volvió a ordenar al agresor que tirara el cuchillo y se entregara. La patrulla se vio obligada a desenfundar sus armas reglamentarias y advertir al joven de que si volvía a atacarles se verían obligados a usarlas. “Dispara, quiero morir, pero a alguno me llevo por delante”, fue la respuesta del investigado, quien llegó a añadir: “Lo siento por vuestros hijos”.

Dada la situación, los actuantes optaron por aumentar la distancia de seguridad y retroceder con prudencia hasta la puerta de salida. Y desde allí estuvieron casi tres cuartos de hora negociando con el agresor, al que finalmente convencieron para que depusiera su actitud y soltara el cuchillo con el que les había atacado.

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