Reticencias de las empresas del polígono La Cuesta de La Almunia a una planta de biogás
Belenergia, impulsora del proyecto que está en exposición pública, defiende que la generación de olores será mínima y que cumplirá la ley
La planta de biogás que la multinacional Belenergia prevé desarrollar en una ampliación de 15 hectáreas del polígono La Cuesta de La Almunia de Doña Godina y que se anunció hace casi un año ha levantado las reticencias de las empresas ya instaladas. A través de un comunicado, los representantes de las compañías se mostraban "muy preocupados ante el impacto que esta planta puede provocar", principalmente en cuanto a olores. Por su parte, los impulsores lamentan que exista "falta de información" y defienden que las emanaciones son "muy bajas" y que el complejo cumplirá la ley. Actualmente, el proyecto, con capacidad para 90.000 toneladas anuales, está en fase de exposición pública, donde se pueden presentar alegaciones.
"Quede claro que este grupo de empresarios no se opone a la creación de dicha planta, todo lo contrario, considera que son necesarias para la sostenibilidad. Sin embargo, no están de acuerdo con la ubicación actual", subrayan en el texto remitido a los medios de comunicación. Entre sus temores y reticencias, enumeran, está que "los malos olores pueden afectar a productos agrícolas y textiles, provocar una mala imagen para los negocios con pérdida de clientes y puestos de trabajo, trasiego de camiones, partículas de polvo que pueden adherirse a los palots de fruta, vehículos, placas solares…". "La pureza del aire respirado, un posible aumento de alergias y picaduras de insectos", añaden.
En este sentido, fuentes de la empresa promotora, GIA Env V, que se engloba en la multinacional nacida en Francia y hoy con sede en Italia, explican que ante el Inaga se ha presentado toda la documentación, en la que se incluyen estudios de olores de complejos similares que ya tienen en marcha y que arrojan resultados "muy bajos". En este sentido, explican que el proceso se realiza bajo techo en naves que usan filtros de aire para el producto que llega y que una vez iniciado el proceso circula por canalizaciones estancas. "Entrarán gallinaza y estiércol de vaca, pero también caña de maíz, y restos de poda", indican.
Una vez dentro, explican, se procesa "cuanto antes, cuanto más fresco es mejor". Tras pasar por una fase 'digestiva', indican, los productos resultantes son: biometano, que se inyecta a la red; CO2, que se captura, comprime y se puede usar en procesos industriales; compost sólido, para usar como abono y una parte líquida que se reaprovecha en la propia planta. También sostienen que los estándares de seguridad y prevención de olores "están por encima de la normativa actual, para anticiparnos a las necesidades del futuro". Así, puntualizan que "nadie de la asociación se ha dirigido a nosotros".
Además, los propios empresarios sostienen que han solicitado por escrito hasta en tres ocasiones información al Ayuntamiento con el objetivo de "aclarar sus dudas" y aseguran que se han quedado "sin recibir contestación oficial escrita alguna". Desde el Consistorio, el alcalde, Noé Latorre, justifica que "es un proyecto que nos llega completamente heredado" y apunta que "se ha dado toda la información que tenemos en las reuniones que ha habido". "Estaremos vigilantes para que se cumpla toda la normativa y no sea perjudicial para la localidad", insiste Latorre.
Este proyecto, anunciado en junio de 2023, recogía una inversión de unos 30 millones de euros y planteaba la creación de 30 empleos directos y 11 indirectos entre 2025 y 2055. Además, los promotores destinarán 1,7 millones de euros en organizar el terreno, una parcela de 15 hectáreas que sacó a licitación el Consistorio almuniense en mayo de 2023, y su conexión con el polígono industrial de La Cuesta III y la carretera A-122.
Este es el segundo proyecto de estas características que se proyecta en el término municipal de La Almunia. El primero, anunciado en 2022 por la empresa Biogasdt y a ubicar en la carretera de Ricla, también sigue su tramitación administrativa, y que en febrero inició el recorrido para su estudio de impacto ambiental. Con una inversión de 12 millones de euros y 60 nuevos puestos de trabajo, preveía una capacidad de 200 toneladas procedentes también de gallinaza de las granjas del Grupo Bailón.
En este caso, también levantó la oposición, pero de los vecinos y negocios de Ricla, dada su cercanía al casco urbano de esta localidad.
