La cantante estadounidense Taylor Swift ha aterrizado en nuestro país con motivo de los dos conciertos que dará en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid este miércoles y el jueves. Pero no lo ha hecho sola, con ella llegan 69 camiones, con el escenario, los equipos de luces y sonido y todo el equipo necesario para garantizar un concierto idílico. 

En Madrid, están ya aparcados a lo largo de uno de los carriles de la calle Concha Espina, en las inmediaciones al Santiago Bernabéu y, como es obvio, su llegada ha generado caos en el tráfico madrileño de la zona, con la consecuente queja de los vecinos cercanos. Además, el Ayuntamiento de la capital española ha tenido que diseñar un plan de movilidad específico para las proximidades. Toda una peripecia para poder albergar este evento. Pero, ¿qué pasaría si se celebrara el concierto de Taylor en La Romareda, en Zaragoza? ¿Cabrían los 69 vehículos necesarios para la actuación? 

Los camiones que transportan el escenario de Taylor Swift, al igual que el de otros artistas reconocidos en otras ocasiones, pertenecen a la empresa inglesa Fly by Nite, dedicada tanto al transporte como al montaje de escenarios. Cada uno de sus "megacube" -así es como se les llama a los camiones- miden unos 19,6 metros. 

En un supuesto caso de que el concierto de Taylor Swift se celebrará en La Romareda de Zaragoza, los camiones cabrían, pero invadirían gran parte de las calles del entorno. En caso de ocupar solo un carril de las inmediaciones -tal y como se ha hecho en Madrid- la caravana tomaría las calles de Jerusalén, Pedro III El Grande, Asín y Palacios (desde Violante de Hungría hasta Pedro IV), paseo de Isabel la Católica (desde Pedro IV hasta Luis Vives) y Violante de Hungría (desde Asín y Palacios hasta la plaza Emperador Carlos V). 

En línea recta, la caravana de camiones ocupa unos 1.350 metros, lo que sería desde La Romareda hasta la Estación de Goya o desde la plaza de España hasta la Estación de Goya. 

Aunque puede que no fuera necesario colocarlos en línea recta. También cabrían aparcados a lo largo de la plaza de Eduardo Ibarra, junto al campo de fútbol, aunque habría que comprobar si el techo del parquin subterráneo podría soportar este peso.