Zaragoza

La Policía cree que hay conexión entre los dos apuñalamientos de Zaragoza: "Tengo una enfermedad mental"

Parece que ni la mujer apuñalada junto al Parque Grande ni la víctima de La Paz conocían al agresor, que gritó al ser detenido que estaba enfermo.

Ambulancia en el Canal, en Zaragoza, donde se produjo el apuñalamiento.
Oliver Duch

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional tiene fundadas sospechas de que los dos apuñalamientos perpetrados este pasado domingo en Zaragoza los cometió la misma persona. En concreto, R. C. S., el joven de 25 años al que la Policía Local detuvo instantes después de atacar a la segunda víctima, una mujer de 47 años a la que abordó junto al Canal Imperial de Aragón y que este lunes continúa ingresada en la uci del hospital Miguel Servet. 

Según ha podido saber HERALDO, todo apunta a que el agresor podría tener alguna enfermedad mental y que no conocía de nada a la mujer, ni tampoco al hombre al que supuestamente atacó hora y media antes a escasos dos kilómetros de distancia. Afortunadamente, este último solo sufrió un pinchazo con arma blanca. Y aunque parece que tuvieron que ponerle varios puntos de sutura, ya ha recibido el alta médica.

La investigación se encuentra en su fase inicial, pero hay una serie de circunstancias que han llevado a la Policía a trabajar desde el primer momento sobre la hipótesis de que ambos apuñalamientos fueron obra del mismo agresor. La primera, que los dos sucesos se produjeron junto al Canal Imperial en la misma franja horaria. 

Como adelantó este diario, fue sobre las 11.00 cuando la sala de emergencias del 091 recibió una llamada desde una residencia de personas mayores comunicando que había una persona sangrando en la calle del Consejo de Ciento. Desde este lugar, situado muy cerca del campo de fútbol de la Unión Deportiva Montecarlo, se puede llegar en poco más de media hora al escenario del segundo ataque: justo debajo del puente de la calle Sarrión, en la trasera del Parque Grande. Caminando por la ribera del canal, la distancia es de tres kilómetros, pero callejeando por los barrios de La Paz y Torrero el trayecto se reduce a menos de dos. Por lo tanto, el joven tuvo tiempo suficiente para llegar de un lugar a otro.

Fotos | Apuñalamiento a una mujer que paseaba a su perro en el Canal, en Zaragoza

Las dos víctimas paseaban a sus perros

Según fuentes próximas a la investigación, las dos víctimas de los ataques son extranjeras y fueron abordadas cuando paseaban a sus perros. Como es lógico, a la Policía no se le pasó por alto esta coincidencia, que le obligó a no descartar que el atacante actuara movido por motivos de odio. Sin embargo, a medida que han ido avanzando las pesquisas y se ha conseguido recabar más información, parece que esta vía de investigación se ha ido desvaneciendo.

El manual de cualquier investigador le impide descartar inicialmente cualquier móvil. Y aunque la diferencia de edad entre el detenido y la mujer a la que apuñaló junto al Parque Grande es importante, tampoco se podía descartar al principio un posible caso de violencia de género. La Jefatura Superior de Policía de Aragón se ha limitado este lunes a indicar que los dos ataques se encuentran bajo investigación, pero todo parece indicar que la víctima y el agresor no se conocían de nada.

Posible brote psicótico

El Grupo de Homicidios dispone de un plazo máximo de 72 horas para poner al investigado a disposición judicial, por lo que, de apurarlo, no sería hasta el mediodía del próximo miércoles, 29 de mayo, cuando R. C. S. declare ante el juez de guardia. Para entonces, los investigadores habrán tenido tiempo de tomar declaración a las víctimas -por lo menos al hombre que ya ha recibido el alta- y a los testigos. Y sobre todo, de comprobar si el detenido padece algún tipo de enfermedad que le llevara a hacer lo que presuntamente hizo. Porque hay indicios de que podría ser así. 

Una de las personas que estaba presente cuando fue arrestado el sospechoso después de apuñalar a la mujer le escuchó decir al agente que lo esposaba: "Tengo una enfermedad mental". El policía le preguntó entonces si tomaba medicación, pero el testigo ya no pudo  escuchar su respuesta. Pero sí que notó al agresor "indeciso, dubitativo y como desubicado". Por lo tanto, habrá que saber qué dicen tanto su historial médico como los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), que tendrán que reconocerlo para informar al juez.