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Dolores, de 108 años, la usuaria más longeva de la teleasistencia de Zaragoza: "Estoy agradecida"

La alcaldesa Natalia Chueca visita las instalaciones de Atenzia y charla brevemente con la mujer, que se encuentra en su domicilio. 

La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, al teléfono con Dolores de la Vega.
Oliver Duch

Ha logrado una hazaña de la que muy pocos son capaces. Dolores de la Vega ha superado, y con creces, la barrera de los cien años. Lleva a sus espaldas un siglo de vida y casi una década más: en total, 108 primaveras pero que cuyo inevitable peso todavía no le impide residir en su propio domicilio y seguir interesándose por las cosas que han ocupado su mente a lo largo de este tiempo. 

En el servicio de teleasistencia del Ayuntamiento de Zaragoza la conocen. Los trabajadores de la empresa Atenzia, la adjudicataria del contrato, saben por ejemplo que le gusta leer, la cultura y estar informada de lo que pasa en el mundo. También que su marido fue pintor y que hay que gritar un poco y vocalizar muy bien cuando se habla por teléfono con ella porque tiene una dificultad auditiva. 

Su hija vive a su lado y va a estar con ella frecuentemente y también tiene una trabajadora que ayuda en sus cuidados. No obstante, continuar residiendo en su casa a su edad es toda una fortuna. 

Dolores es consciente de esa suerte y se la relata a la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, en una llamada telefónica hecha a través del dispositivo de teleasistencia, del que es usuaria y que también la ayuda a continuar teniendo autonomía al tiempo que da tranquilidad a sus familiares. "Estoy muy bien teniendo en cuenta mi edad. Están mermadas mis percepciones sensoriales, tengo el oído un poco vulnerable, pero por lo demás estoy muy bien. No tomo ninguna medicación ni nada", relata entre risas la mujer.

La regidora, maravillada, no puede más que darle la enhorabuena por haber alcanzado tan longeva edad. "¿Cuál es su secreto para llegar a los 108 años tan bien?", pregunta Chueca. Pero los problemas auditivos de Dolores le impiden captar la pregunta y se limita a decir que sabe que tiene que "dar gracias al cielo". 

Sí que responde enseguida cuando se le menciona el servicio de teleasistencia. "Tengo muy buenos recuerdos, son muy simpáticos y siempre me han atendido muy bien", asegura, junto a su hija, que es quien ha atendido en primer momento la llamada. "Estoy muy agradecida a que sean ustedes tan atentos, que me llamen de vez en cuando, eso para mí es muy reconfortante, saber que hay personas que están alerta de mis necesidades físicas y puedo confiar en que si tengo algún percance me van a ayudar", ha dicho, encantada.