Un jubilado de Zaragoza alega celotipia para justificar el salvaje crimen de su exmujer

El hombre, un carpintero retirado con un trastorno diagnosticado, sorprendió a la víctima cuando dormía y la mató a golpes con una pata de cabra. 

El crimen se produjo el 10 de septiembre de 2022 en esta vivienda de Escatrón.
El crimen se produjo el 10 de septiembre de 2022 en esta vivienda de Escatrón.
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Más de 30 años de cárcel. Esa es la condena a la que podría enfrentarse Ezequiel Hernández Gonzalo (72 años) por matar a golpes con una pata de cabra a su exmujer, María del Carmen (71), en Escatrón. El ataque se produjo en la madrugada del 10 de septiembre de 2022, pero no fue hasta cuatro días después cuando falleció la víctima en la uci del Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Concluida la investigación, la jueza que instruye el caso celebró este martes una vista en los juzgados de Caspe para que la Fiscalía y el resto de acusaciones pudieran concretar los delitos que imputan al homicida, del que la fallecida se había divorciado tras varios episodios de malos tratos. Él se aferra a un trastorno diagnosticado tiempo atrás para intentar justificar lo ocurrido. 

Para el Ministerio Público, además de un asesinato alevoso, que ya conllevaría una pena de entre 15 y 25 años, el hombre habría cometido hasta tres delitos más: maltrato, amenazas y quebrantamiento de condena. Porque sobre el encausado pesaba una orden de alejamiento que le impedía aproximarse a menos de 500 metros de María del Carmen. Pero de nada sirvió, porque aquella madrugada se puso al volante de su coche y se desplazó desde Zaragoza hasta Escatrón. Llegó sobre las 4.00 y utilizó una pata de cabra para romper la mosquitera de una ventana y colarse en la vivienda de su exmujer, a la que sorprendió dormida en la cama. Al verlo, ella se puso a gritar, a lo que él reaccionó propinándole entre cinco y seis golpes en la cabeza con la misma herramienta.

Además de la Fiscalía, en la vista de este martes también participó la abogada Pilar Azcón, que ejerce la acusación particular en nombre de los tres hijos del matrimonio. Esta considera que Ezequiel Hernández sería autor de un asesinato agravado por la edad y condición de persona vulnerable de la víctima, así como de los delitos de allanamiento de morada, quebrantamiento de condena, amenazas y maltrato habitual.

Al tratarse de una víctima de violencia de Género, el Gobierno aragonés también se ha personado como acusación popular. Lo hace a través del letrado de la Comunidad Autónoma José Luis Gay, quien imputa al encausado delitos de asesinato, contra la integridad moral, amenazas y quebrantamiento de condena.

La defensa alega que estaba en pleno delirio

Y ¿cómo justifica la defensa unos hechos que el propio acusado llegó a calificar de “barbaridad” durante la entrevista que mantuvo con una médico forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA)? Para el letrado Francisco José García Berenguer, el acusado actuó aquella trágica noche en pleno delirio. Como concluye un informe mental que obra en la causa, el investigado está diagnosticado de celotipia desde 2016.

El trastorno delirante celotípico o síndrome de Otelo, abordado en la tragedia de Shakespeare, se caracteriza por la creencia fija de ser engañado por la pareja, algo que no puede superarse, aunque exista la presencia de argumentos razonados o evidencia en contra. Paradójicamente, en este caso, el encausado siempre habría acusado a su mujer de serle infiel, cuando parece que fue él quien mantuvo otras relaciones.

El hombre, que se jubiló a los 63 años tras trabajar toda la vida como carpintero, había recibido tratamiento psiquiátrico, pero lo abandonó por cuenta propia entre un año y año medio antes del crimen. “Se observa una rumiación de ideas de perjuicio en torno a su mujer, es decir, piensa constantemente que esta hace las cosas para fastidiarle”, decía la especialista que redactó el informe mental.

Los forenses hablan de una "ligera" afección

Pero hasta qué punto pudo actuar afectado por su patología el homicida. “El sujeto es imputable, si bien podría considerarse una ligera reducción de la capacidad volitiva por su celotipia”, concluye la forense. Porque, como también indica, “cognitivamente es capaz de distinguir lo que está bien de lo que no”.

Cuando se entrevistó con la médico del IMLA, Ezequiel Hernández aseguró recordar “con detalle” lo sucedido. Según la especialista, describió los hechos “de forma coherente y ordenada, desde cuando entra en la casa, hasta que propina los golpes, hasta cuando sale de la misma”. Para esta, al haberse desplazado desde la capital aragonesa a Escatrón para allanar la casa de su expareja, en el comportamiento del encausado habría “cierto grado de premeditación”.

Tras la vista de este martes, la jueza tendrá que concretar los hechos enjuiciables de cara al juicio con jurado. Una vez que lo haga, las partes tendrán cinco días para proponer prueba y luego llegará el momento de presentar las calificaciones provisionales. Por lo tanto, todavía habrán de pasar unos meses hasta que la causa llegue a la Audiencia Provincial de Zaragoza para que ponga fecha al juicio.

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