Zaragoza

La contratista de Concepción Arenal en Zaragoza cubre las zanjas y los vecinos exigen que se acabe la obra

El Ayuntamiento de Zaragoza estudia si la empresa ha cumplido el requerimiento y los pasos a seguir para terminar el proyecto.

Un vecino camina por la acera frente a material de obra en la calle de Concepción Arenal de Zaragoza
Toni Galán

La calle de Concepción Arenal de Zaragoza tendría que estar ya como nueva. Debería ser una vía de prioridad peatonal, con plataforma única y que invite a pasear por ella, con bancos y arbolado. Todo un acicate para la actividad de las tiendas de la zona. Pero no es así. Las obras de renovación que proyectó el Ayuntamiento , lejos de estar terminadas, han entrado en barrena. La contratista ha cubierto las zanjas que hasta ahora plagaban la calzada y el área de Infraestructuras está estudiando si ha cumplido correctamente con el requerimiento. Después, aseguran que la prioridad es, con una u otra fórmula, acabar cuanto antes los trabajos y provocando las menores afecciones.

Las obras comenzaron en noviembre del año pasado y el plan era que estuvieran totalmente terminadas cinco meses después, es decir, que estando ya a mediados de mayo no debería quedar ni rastro del polvo, las vallas, la maquinaria y las molestias que inevitablemente arrastran este tipo de intervenciones. Pero no ha sido así. La contratista, Ingeniería y Obras Aragonesas del Ebro (Inobare), decidió de forma unilateral detener los trabajos hasta que no se aprobara un modificado de 68.000 euros y desde el Consistorio aseguran que estaba incumpliendo el contrato al abandonar las obras y dejar la calle "en unas condiciones de inseguridad absolutas".

Por eso, requirieron a la empresa que finalizara la actuación o, al menos, que cubriera "de forma inmediata" las zanjas que había dejado abiertas para que la calle volviera a quedar transitable y para garantizar el acceso de los vehículos de emergencia y el paso hasta las viviendas, locales y garajes. Aunque el problema viene de más atrás, porque según explicaron desde el Ayuntamiento los plazos fijados en el cronograma no se estaban respetando.

Sin embargo, desde la constructora aseguraron que se habían solicitado trabajos no previstos en el proyecto y por eso optaron por paralizar la actuación y llevarse las máquinas. También sobre esto desde Infraestructuras inciden en que la documentación presentada por Inobare para pedir el modificado "estaba incompleta" y con "unos planteamientos que técnicamente no se aceptaban".

En los próximos días

Finalmente la empresa ha cubierto las zanjas, que según añaden fuentes municipales se habían abierto en todos los puntos de la calle de forma simultánea, en lugar de hacerlo de forma progresiva para reducir las afecciones, algo de lo que dan fe también los vecinos. Ahora, el Ayuntamiento está analizando, a través de la asesoría jurídica, si se ha cumplido el requerimiento en las condiciones que se presentó. Igualmente, está estudiando cuál es la mejor fórmula para acabar cuanto antes los trabajos, con "varias opciones sobre la mesa" que se concretarán en los próximos días.

No obstante, los residentes en la zona exigen soluciones y temen que la calle continúe durante mucho más tiempo a medio hacer. Aunque se reunieron hace una semana con la concejal responsable del área, Patricia Cavero, continúan intranquilos. Los comerciantes denuncian que están sufriendo pérdidas económicas de hasta el 40% por la falta de clientes a causa de las obras y piden al Ayuntamiento algún tipo de compensación. Más allá de la rebaja en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) que, como incide Juan Aguilar, de la pastelería Sayoa, de nada sirve para quienes, como ellos, tienen su negocio en un local arrendado.

"Nos han hecho una pascua. Es una vergüenza. No solo por la empresa, sino también por el Ayuntamiento, hace tiempo que estábamos avisando de que esto no iba bien",

"Nos han hecho una pascua. Es una vergüenza. No solo por la empresa, sino también por el Ayuntamiento, hace tiempo que estábamos avisando de que esto no iba bien", critica este hostelero, que asegura que desde el principio había menos trabajadores de lo necesario en la calle y critica que, por ejemplo, los vecinos sufrieron varios cortes de luz y agua sin que hubiera previo aviso.

Para Aguilar, todo el procedimiento fue un "desaguisado" que va más allá de las molestias normales que siempre trae consigo la renovación de una calle. Tanto, que opina que hubiera sido mejor no intervenir. "El hueco en las aceras era escasamente de 80 centímetros, la silla de ruedas no cabía, y las verjas y tablas estaban llenas de pinchos y clavos, parecía que las habían sacado de un punto limpio", denuncia.

"El hueco en las aceras era escasamente de 80 centímetros, la silla de ruedas no cabía, y las verjas y tablas estaban llenas de pinchos y clavos, parecía que las habían sacado de un punto limpio"

También María Pérez, nutricionista de Sauva Salud, se mostraba crítica. "Para nuestros pacientes, que muchos son personas con movilidad reducida, es horrible. Dos o tres se han caído, a una mujer se le quedó atascada la muleta en un agujero y los taxis sanitarios no pueden acceder", lamenta. "Lo que está claro es que siempre lo pagamos los mismos", añadía por su parte Rosario Lomba, del estanco situado en la esquina con Tomás Bretón. Desde el Consistorio recuerdan que se han hecho numerosas obras por toda la ciudad y que es la primera vez que ocurre un problema de esta índole.