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El homicida del barrio de La Paz utilizó un machete de 29 centímetros y su padrastro no pudo defenderse

Tenía un antecedente policial por malos tratos en la familia. El fallecido fue enterrado ayer en el cementerio de Torrero.

La Policía investiga lo ocurrido en el lugar de los hechos
Lugar donde ocurrieron los hechos
José Miguel Marco

 "¡Socorro, me ha matado. Auxilio, Policía!", gritó Linda, la madre del homicida del barrio de La Paz, cuando salió a la calle con una puñalada en el abdomen y sangrando. En ese momento, se produjo el apuñalamiento mortal de Antonio Ibar, de 69 años, en el salón de la vivienda de la calle Teniente Coronel León Moyano 12. En el atestado policial se recogen las declaraciones de la madre, que resultó herida de dos cuchilladas, y que explicó lo sucedido.

Según su relato, la víspera observó en su cuenta bancaria unos gastos de los que no sabía su origen. Subió al dormitorio de su hijo a pedirle explicaciones y tras una discusión, bajó a la cocina, donde el homicida le hirió con un cuchillo de grandes dimensiones. El padrastro ayudó a su mujer, momento que aprovechó para salir a la calle malherida y pedir auxilio.

La agresión mortal se produjo con un machete Columbia de 29 centímetros de hoja de tipo táctico militar, que le causó a la víctima Antonio Ibar cuatro heridas punzantes de unos tres centímetros (dos en el abdomen central y dos en el costado izquierdo).

Efectivos de la ambulancia del Salud intentaron reanimarlo durante media hora, pero falleció a las 14.56 del pasado martes (la llamada a la Policía llegó a las 14.15). No se detectaron maniobras defensivas del padrastro, quien tenía buena relación con el hijo. Pero no aceptaba que derrochara el dinero. La discusión fue letal.

Actitud desafiante

El homicida Etiosa G. I., un nigeriano de 26 años que se trajo su madre en 2015 de su país, estaba en calzoncillos, con una actitud desafiante y esgrimiendo un machete, cuando los efectivos de la Policía Nacional tuvieron que encañonarlo con el arma de fuego. Al final, arrojó el cuchillo y se tiró al suelo. Lo trasladaron al Hospital Provincial y desde allí lo llevaron a la unidad de Psiquiatría del Miguel Servet al comprobar que estaba registrado como esquizofrénico. Una dolencia de la que era tratado en un centro de salud de La Paz. Tras el crimen, sufrió un brote psicótico.

La agresividad de Etiosa dejó su huella con una reciente detención por malos tratos en el ámbito familiar el 2 de abril, en medio del confinamiento. Llevaba unos seis meses en paro, aunque se publicitaba en Linkedin como un trabajador de la construcción.

Dos funerales se celebraron este viernes en el cementerio de Torrero para despedir a Antonio Ibar. Primero se celebró una misa a la que asistió la familia de los dos hermanos del fallecido y amigos del club Montecarlo. Sus allegados nigerianos le despidieron después.

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