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La fiscal propone en un juicio en Zaragoza que se investigue a todos los testigos por falso testimonio

En la vista oral debían dilucidarse dos delitos de lesiones causadas en una agresión entre vecinos en Valdefierro.

Los accesos a la Ciudad de la Justicia de Zaragoza estaban ayer prácticamente desiertos.
Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
José Miguel Marco

"Difícilmente se puede decir que la declaración de los testigos ha sido hecha con veracidad", comenzó su informe la representante de la Fiscalía. Y la afirmación no era para menos, puesto que las personas que acudieron a declarar en un juicio contra dos zaragozanos acusados de sendos delitos de lesiones no se pusieron de acuerdo ni en el número de participantes en los hechos ni mucho menos en cómo se produjeron. Por esa razón, la fiscal dijo que habría que investigarlos a todos ellos por falso testimonio, e incluso dirigir la causa contra una de las mujeres que declaró que la que causó realmente la herida en la frente a una de las lesionadas había sido ella al lanzarle un manojo de llaves a la cabeza y no su hermano al golpearle con un bastón con la punta metálica.

El altercado que dio origen a este juicio se produjo en julio del año pasado en la calle de Federico Ozanam del barrio de Valdefierro. Según Dolores V. P. –una de las agredidas–, sobre las 19.00 estaba en su piso, situado en un bajo, con la ventana abierta cuando empezó a oír al acusado Manuel P. R. gritarle amenazas tales como "te voy a pegar dos tiros" o "te voy matar a ti y a tu familia y os voy a tirar al canal".

"Mi hija oyó los gritos y vino a la puerta. Entonces la amenazó a ella diciéndole lo mismo y cuando hizo un amago de agredirla con un bastón salí a la calle y me pegó a mí con él en la cabeza", declaró. Dolores sufrió una herida inciso contusa y empezó a sangrar abundantemente.

La situación se fue liando cada vez un poco más y al final, según mantiene la fiscal, se presentó en el lugar el yerno de Dolores V., el también acusado Francisco L. S., quien nada más llegar dio un "empujón" –o un "puñetazo", según versiones–, a Manuel P. R. con intención de "separar" a los intervinientes y que cesara el altercado, lo que hizo que este cayera al suelo, se golpeara la cabeza contra un muro y sufriera un traumatismo craneal y una herida inciso contusa en la región occipital.

Así es como la Fiscalía cree que sucedieron los hechos, porque Manuel P. R. declaró que ni llevaba bastón ni golpeó con él en la cabeza a Dolores V. Lo que sí afirmó es que cuando estaba hablando "pacíficamente" con el marido de la vecina, llegó Francisco L. S. y le soltó un tortazo que lo tiró al suelo.

Mientras, Francisco L. S. insistió en que cuando él se presentó en el lugar al oír gritos de su suegra y la vio "chorreando" sangre por al cara le preguntó qué había pasado y le dijo: "Este tío me ha dado con un bastón". "Yo le dije, no te parece poco lo que has hecho, y lo empujé y cayó al suelo, pero no porque quisiera tirarle, sino porque iba bebido y apestaba a alcohol", matizó.

Una de las cuestiones controvertidas fue el paradero del bastón. Según varios testigos, tras la agresión a Dolores V., una sobrina de Manuel P. R. cogió el garrote y se lo llevó a casa de su madre. De hecho, dos policías fueron a ese domicilio y, tras insistir en que les dejaran entrar, encontraron la cachava encima de una cama y con la punta ensangrentada. Sin embargo, nunca fue analizada y no se sabe si la sangre era o no de la víctima. Ayer tampoco fueron citados los agentes ni el ‘arma’ fue mostrada a la mujer para ver si la reconocía.

La acusación ejercida en nombre de Dolores V. por la abogada Carmen Esteban solicita dos años y medio de prisión para Manuel P. R., igual que la Fiscalía, mientras que el abogado defensor de este último, Rafael Ariza, pide su absolución y la condena del otro acusado. Por su parte, la letrada Olga Oseira solicita la absolución de su cliente, Francisco L. S.

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