Zaragoza

Al banquillo por tirotear a tres personas y colocar una bomba casera en su finca

La Audiencia juzga a finales de mes a un zaragozano por los hechos ocurridos en Paracuellos de Jiloca. Nadie resultó al final herido, pero le piden 38 años de cárcel.

La detención de Diego H. T. se produjo el 14 de diciembre de 2018 en Ontinar del Salz.
Guardia Civil

Pocas veces se ha pedido una pena de prisión tan elevada por unos hechos en los que al final nadie resultó herido, pero el zaragozano Diego H. T. se sentará el 24 de mayo en el banquillo de los acusados sabiendo que se enfrenta a una condena de hasta 38 años. Porque ese es el castigo que propone la Fiscalía por la triple tentantiva de homicidio que llevó a cabo el 12 de diciembre de 2018 en Paracuellos de Jiloca, donde no solo tiroteó a dos hombres y una mujer con una escopeta que había robado días antes en Munébrega, sino que llegó a colocarles una bomba de fabricación casera en su finca. Afortunadamente, ni los disparos ni el explosivo consiguieron su propósito. Sin embargo, a su responsable podrían costarle media vida entre rejas.

Al tratarse de una causa con preso –el encausado fue detenido dos días después del tiroteo cuando huía con su coche a 190 km/h en dirección Huesca–, la Audiencia Provincial ha decidido no aplazar el juicio. De hecho, se encuadra dentro de las excepciones que contempla el estado de alarma decretado para frenar los contagios del coronavirus. Diego H. T. se ha proclamado siempre inocente y lo cierto es que la defensa, a cargo de la letrada Olga Oseira, pide inicialmente su absolución.

Pero las víctimas y las pruebas lo señalan como autor de hasta ocho delitos. Porque además de por las tres tentativas de homicidio (pide 9 años de cárcel por cada una de ellas), el ministerio público le acusa por robo con fuerza (cuatro años de prisión); tenencia ilícita de armas (un año); amenazas (2 años); desobediencia (un año) y conducción temeraria (tres años).

Cierto es que, en el peor de los casos para el procesado, nunca podría estar preso más de 27 años, que es el triple de la pena más grave a la que se enfrenta: 9 años por homicidio frustrado. Y además del internamiento en Zuera, se enfrenta a una multa de 8.100 euros, una indemnización de 3.672 y medidas de alejamiento de diez años.

Robó tres escopetas y un rifle​

Los hechos por los que Diego H. T. tendrá que responder ante la Justicia tienen su origen en la madrugada del 6 al 7 de diciembre de 2018, cuando se coló en una vivienda en Munébrega –habilitada como despacho– para reventar después una caja fuerte y llevarse las tres escopetas y el rifle que había dentro, así como abundante munición.

Fue pocos días después, el 12 de diciembre, cuando el zaragozano se presentó en una finca ubicada en el paraje Cifuentes de Paracuellos de Jiloca y abrió fuego contra R. R. A., el joven con el que supuestamente quería saldar cuentas. La víctima se había acercado hasta allí para pasear a los perros y con él se encontraban en ese momento su novia y un amigo de ambos, que también tuvieron que resguardarse de los disparos.

Según declaró el tiroteado posteriormente ante la Guardia Civil, cuando acababa de llegar al terreno y estaba maniobrando marcha atrás, vio a un individuo salir de entre unos matorrales y aproximarse hacia ellos. Llevaba una escopeta entre las manos y la cara cubierta con una bufanda tipo braga. Esto le hizo reaccionar, meterse de nuevo en el coche y salir de la finca pisando el acelerador.

En la huida llegó a escuchar entre dos y cuatro disparos, aunque ni él ni sus acompañantes resultaron heridos. Acto seguido, R. R. A. llamó al 112 y una patrulla de la Benemérita acudió al lugar.

Diego H. T. logró escapar, pero regresó al día siguiente a la misma finca de Paracuellos de Jiloca. Pensó que el joven al que había disparado 24 horas antes se encontraba dentro de una caseta, por lo que volvió a abrir fuego contra las ventanas y las puertas. Sin embargo, quien realmente estaba en el interior era G. N. I., de 37 años. El procesado apretó el gatillo hasta nueve veces, pero, afortunadamente, ninguna de las balas alcanzó al ocupante de la caseta. Y cuando el atacante vio que no era la persona a la que buscaba, decidió marcharse.

Una temeraria huida de 40 kilómetros

La Guardia Civil montó un amplio operativo de búsqueda para tratar de localizar a Diego H. T., ya que los dos tiroteos consecutivos que había protagonizado los días 12 y 13 de diciembre de 2018 daban cuenta de peligrosidad. El encausado es vecino de Zaragoza, por lo que el radio de acción no se circunscribía únicamente a Paracuellos de Jiloca, municipio donde ocurrieron los hechos, sino que se controlaban también las salidas de la capital.Y fue precisamente en la A-23, en dirección Huesca, donde una patrulla identificó el 14 de diciembre el vehículo del sospechoso. Los agentes activaron las señales acústicas y luminosas para que se detuviera, pero Diego H. T. pisó el acelerador y protagonizó una temeraria huida de casi 40 kilómetros llegando a poner su coche a 190 km/h. A punto estuvo de atropellar a dos peatones al atravesar Ontinar delSalz, donde finalmente fue detenido en un camino de tierra.