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La Policía de Cuarte: "Encontramos a la anciana en pleno brote, y sospechamos que podía ser víctima de una estafa"

La actuación de los agentes, que alertaron a la Guardia Civil y a los servicios sociales del municipio, fue clave para detectar la situación de vulnerabilidad de la anciana, a la que su cuidadora estafó más de 51.000 euros. 

Una patrulla de la Policía Local de Cuarte de Huerva.
Una patrulla de la Policía Local de Cuarte de Huerva.
HA

En los pueblos muchas veces se tejen "auténticas redes humanas" que ayudan a las autoridades a detectar situaciones de riesgo para las personas mayores. Así ocurrió el pasado mes de noviembre en el municipio zaragozano de Cuarte de Huerva, donde la actuación de la Policía Local, alertada por varios vecinos de la zona, fue clave para evitar que una anciana de 89 años, en situación de vulnerabilidad, siguiera siendo estafada por su cuidadora, la cual le había robado más de 51.000 euros en apenas tres meses, había vendido su piso de Zaragoza y la obligaba a vivir de alquiler y sola en Cuarte. 

"Al final esto es un pueblo. Conoces a las familias, a la gente, que te va dando indicios... La cooperación entre todos es algo que destaco siempre para detectar este tipo de casos y evitar que supongan una amenaza a su seguridad o a sus situaciones económicas y personales", explica un agente de la Policía de Cuarte. 

Fue precisamente una patrulla de la policía local del municipio la que dio la voz de alarma a las autoridades en el caso de la anciana que resultó víctima de una estafa. Su propia cuidadora le había vendido el piso y trasladado a Cuarte "aprovechándose" de la situación de vulnerabilidad de esta persona, que vivía sola en Zaragoza y no tenía familia ni descendientes. "La señora incluso veía bien lo que estaban haciendo con ella. 'A mí me cuidan, me tratan bien, me sacan de paseo', decía. Le hacían todo eso, sí, pero aprovechándose de ella", alertan los agentes. 

Las sospechas se levantaron el pasado mes de noviembre, cuando un vecino del municipio alertó a las autoridades de que estaba escuchando gritos en la vivienda contigua. "La mujer gritaba que la querían matar y pedía socorro. Cuando llegó la patrulla verificó los gritos y como nadie les abría la puerta tuvieron que saltar por la terraza y entrar por una de las ventanas. Cuando entraron, se encontraron a la mujer que tan apenas se podía poner en pie pidiendo auxilio", relata. 

Según cuentan los agentes, la anciana, de 89 años, estaba sola en el domicilio cuando comenzaron los gritos, a las 7.15 de la mañana del pasado 7 de noviembre. La incoherencia de su discurso les hizo estar alerta, pues durante el registro tampoco encontraron a nadie con ella ni vieron que presentara lesiones aparentes. "Conforme se fue calmando se llamó a una ambulancia para que viniera un médico a tratarla y ya fue contando cosas a los policías, que se dieron cuenta de que no razonaba bien. Primero nos empezó hablando en francés, porque es de nacionalidad francesa, luego en español... Cuando ocurrió todo le estaba dando una especie de brote de demencia, porque nadie la había atacado ni la había intentado matar", señalan los agentes, a quienes sorprendió desde un primer momento que una mujer de su edad estuviera viviendo sola en esas condiciones. "Llevaba apenas una semana aquí en Cuarte y, a través de las preguntas de los policías, se levantaron las sospechas de que podía haber algo más", añaden.

Una patrulla de la Policía Local de Cuarte de Huerva.
Una patrulla de la Policía Local de Cuarte de Huerva.
HA

Fue entonces cuando los agentes contactaron con el centro de salud de Cuarte para tratar de localizar a algún familiar de la víctima, pero en el ambulatorio solo tenían asignado el teléfono de su cuidadora. "Preguntamos por ella y vimos indicios de que pudiera haber un aprovechamiento, porque la mujer contaba que ella le gestionaba todo el dinero. Al parecer, cuando vivía en Zaragoza, iba a comprar a una tienda de comestibles donde trabajaba esta persona y fue allí donde empezó a ganarse su confianza. Le empezó a subir la compra, se empezó a crecer... y en el momento en el que vio que no tenía nadie, que estaba sola y con recursos económicos, se aprovechó de su situación", relata la Policía de Cuarte, que enseguida alertó a la Guardia Civil y al resto de autoridades. 

Cooperación y redes vecinales

Aunque la cooperación entre los diferentes cuerpos y administraciones es muy ventajosa para detectar este tipo de casos, los policías insisten en la importancia que tiene la "cercanía" de este servicio en los pueblos.

"La información que tenemos nosotros no es la misma que tiene el médico o el vecino. Si unificamos criterios esa información se vuelve global y es clave para determinar si una persona tiene más o menos riesgo. La cooperación entre todos es algo que destaco siempre porque si no existieran esas relaciones personales con los vecinos me faltaría información muy importante", añade este policía de Cuarte. 

La soledad de los mayores es un tema que también preocupa en el municipio, aunque por sus características poblacionales -matizan- no son casos tan frecuentes como las situaciones de amenaza para menores, los casos de maltrato o de personas que sufren una enfermedad mental. 

 "Cuarte tiene una población muy joven y nos llaman más por estafas de la caldera, de la luz o del gas... cuando van preguntando por las casas sin identificación alguna. Entonces vamos y comprobamos. También se han dado casos de retirada de permisos de conducir en personas que han perdido sus facultades psicofísicas, pero por normal general es complicado detectar este tipo de casos porque dentro de un domicilio no nos podemos meter", señalan. 

Por el contrario, ocurre que una llamada de alerta o un conflicto vecinal puede levantar las sospechas, como ocurrió en el caso de la anciana. Y en situaciones así, si se detecta algo, todo el mundo tiene claro cómo actuar. "Nosotros lo ponemos en conocimiento de la Guardia Civil y hablamos sobre todo con servicios sociales y sanitarios. No hay un protocolo como tal, pero ante cualquier situación anómala que haya riesgo para las personas, informamos a los estamentos que creemos necesarios para que abran una investigación más profunda", precisan. 

En este sentido, los policías de Cuarte aseguran que desde servicios sociales se hace un "seguimiento casi a diario" de este tipo de casos para evitar que personas sin recursos o mayores que viven solos y no tienen a nadie sean víctimas de cualquier amenaza derivada de su situación personal. Ocurrió también hace justamente un año, cuando un vecino de la localidad alertó a los policías de que un matrimonio de la localidad llevaba 20 días durmiendo en el coche. "Era una familia desestructurada, pero hoy en día hay herramientas para que eso no ocurra. Para ello, lo primero, es informarse bien de todo, ponerlo en conocimiento tanto de la Policía Local como de los servicios sociales y que ellos valoren y estudien esa posibilidad", aconsejan los agentes.

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