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Zaragoza probará dos sistemas pioneros de carga de vehículos eléctricos con financiación europea

Se instalará un dispositivo de inducción bajo la calzada y otro de enchufe para bicis y patinetes.

El sistema de inducción permite que los vehículos se recarguen con solo situarse sobre el dispositivo.
HT Grupo Tafalla

Zaragoza probará dos sistemas pioneros de carga de vehículos eléctricos gracias a una iniciativa europea que supondrá una inversión de 2,7 millones de euros en la ciudad. En el proyecto participan 33 socios, como fabricantes de automóviles, proveedores tecnológicos y distribuidoras de energía, entre otros. El objetivo es desarrollar y analizar diferentes modelos de recarga de baterías, para apostar por unos y descartar otros en el proceso de cambio de la movilidad hacia propulsores limpios.

Cada tecnología se probará en una de las cinco urbes elegidas: Amsterdam, París, Turín, Tallín y Zaragoza. En el caso de la capital aragonesa, la Fundación Circe, en colaboración con el Ayuntamiento y con otras empresas del sector, desarrollará e implantará dos sistemas de carga: uno de inducción –es decir, sin cables–, en el entorno de la intermodal de Las Delicias, y otro con enchufe para todo tipo de vehículos, incluso bicis y patinetes, junto al Pabellón Puente.

En el caso del sistema de carga inductiva, será necesaria la colaboración de los taxistas de la ciudad. "La idea es que varios participen en el proyecto para ver los resultados en sus vehículos", explica Andrés Llombart, director general de Circe. De ahí la decisión de ubicarlo junto a la estación de tren, donde los chóferes tienen una de las paradas más concurridas de la ciudad.

Es lo que los técnicos denominan ‘carga de oportunidad’, o lo que es lo mismo, aprovechar las paradas previstas por grandes flotas de vehículos en puntos concretos. De ahí que este modelo pueda ser interesante en el futuro para los camiones de recogida de basura o los autobuses urbanos. "Al recargar cada poco tiempo las baterías, estas pueden ser de menor tamaño, y por tanto más baratas y ecológicas", comenta Llombart.

El sistema se instalará bajo el asfalto y el conductor solo tendrá que situar el coche encima para comenzar a recibir energía. Su funcionamiento será similar al que utilizan, por ejemplo, los cepillos de dientes eléctricos, que se recargan sin contacto. Será similar, pero a lo grande, porque permitirá ‘repostar’ hasta 1,66 kWh en dos minutos –lo que concederá 12 kilómetros de autonomía adicional– pese a tener que salvar la distancia que existe entre el suelo y los bajos del taxi.

En cambio, el segundo proyecto que se probará en la capital aragonesa será un cargador de media y baja potencia pensado para todo tipo de vehículos, incluidos patinetes y bicicletas. "El principal problema para la llegada de la movilidad eléctrica es la falta de cargadores particulares, por lo que es necesario instalar en la calle", detalla el responsable de Circe, que para optimizar su uso apuesta por sistemas intermodales como este, que se instalará en el Test Área del Mobility City, el antiguo Pabellón Digital del Agua de La Almozara.

En todo el proceso participarán empresas e instituciones locales. Además de Circe, Mobility City y el propio Consistorio, está prevista la implicación de Bitbrain, especializada en neurociencia, ingenierías como TRIA y Idneo, y la firma de bicis eléctricas compartidas Zaragozana Electric RG.

Ciudad de pruebas

"Queremos que Zaragoza se convierta en un referente de la movilidad del futuro", señala la concejal del área, Natalia Chueca, que además ve en este modelo de colaboración a través de consorcios una forma de obtener inversiones para desarrollar en la ciudad nuevas tecnologías. "Es una herramienta que hasta ahora se ha explorado poco, pero que abre la puerta a la innovación y la financiación", reconoce.

En este caso, las ciudades europeas se han unido para colaborar en el proyecto INCIT-EV, una iniciativa liderada por el fabricante Renault para ensayar nuevas tecnologías. Entre las ciudades de Amsterdam y Ultrecht, por ejemplo, se probará un tipo de cargador inteligente bidireccional, mientras que en Francia (París y Versalles) se hará lo propio con cargas inductivas dinámicas. En total, la inversión asciende a 18,6 millones de euros, de los que 15 proceden de financiación de la Comisión Europea.