TURISMO
Al mal tiempo, buena cara: los rincones de Zaragoza que son aún más bonitos con lluvia
Aunque parezcan molestas, las precipitaciones multiplican el encanto de algunas zonas de la capital aragonesa.
Sus calles adoquinadas, su centro histórico, sus monumentos... No cabe duda de que Zaragoza es una ciudad que alberga un sinfín de rincones que triunfan en Instagram. A estos atractivos se le suman la gran oferta cultural y gastronómica que se puede encontrar en la capital aragonesa y que atrae cada año a más visitantes. Estos, si vienen en invierno, conocerán de cerca al cierzo, aunque, estos días, todavía no ha hecho demasiado acto de presencia. Al contrario, la borrasca Gloria ha dejado nieve y lluvias a su paso por Aragón. Pero, en Zaragoza, aquello de "al mal tiempo, buena cara" se cumple, puesto que la capital cuenta con rincones que tienen aún más encanto cuando llegan las precipitaciones.
La fuente de la Hispanidad
Este emblema turístico, creado por Ricardo Usón García, representa la Hispanidad, cuya patrona es la Virgen del Pilar. Por ello, y por estar ubicada en la propia plaza del Pilar, esta construcción capta los flashes de habitantes y visitantes. En días de lluvia, no hay nada como dejarse cautivar por el juego de reflejos y contrastes que se crean en ella.
El mercado central
A punto de reabrir, la belleza arquitectónica del Mercado Central de la capital aragonesa no deja indiferente a nadie. La lluvia, de nuevo, nos proporciona un juego de espejos en un entorno único, ya que esta construcción está ubicada al lado de los restos de la antigua muralla romana. Además, se encuentra en el mismo punto en el que, desde 1210, se hacían intercambios comerciales.
El parque Grande de Zaragoza
Con un calzado adecuado, acercarse hasta el parque José Antonio Labordeta en plena lluvia es siempre una buena opción, incluso hay zonas que nos permitirán estar al abrigo bajo grandes árboles. En esta extensión verde de más de 270 m2 se pueden encontrar esculturas, monumentos, terrazas y hasta el jardín botánico de la ciudad. No hay que olvidarse de subir la escalinata hasta el monumento del Batallador y su correspondiente mirador, para observar desde allí como la lluvia cae sobre la ciudad.
La estatua Pareja paseando bajo un paraguas
Los días de lluvia son la ocasión perfecta para dejarse atrapar por la belleza de esta escultura del artista Manuel López García, ubicada en el Paseo de la Constitución de Zaragoza, junto a la plaza Basilio Paraíso. En ella, dos jóvenes se resguardan, con un gesto romántico y cariñoso, bajo un paraguas. Está situada en medio de un bulevar, por lo que la estampa bien merece una fotografía.
El palacio de la Aljafería de Zaragoza
Este es uno de los castillos que no podemos dejar de visitar en Aragón y bajo la imponente presencia de las nubes de tormenta se convierte en un lugar aún más sorprendente. Además, es uno de los mejores ejemplos de las huellas que dejaron las diferentes culturas a su paso por la Comunidad.
La calle de Alfonso I de Zaragoza
La calle de Alfonso I es una de las más transitadas de la ciudad y recorrerla supone hacer un viaje temporal entre el presente y el pasado de la capital. Allí, además, se pueden encontrar algunos comercios emblemáticos de la ciudad. La nostalgia se torna palpable en días lluviosos, donde la instantánea más popular de las redes (la de la Basílica del Pilar al fondo de la calle) aún ofrece más 'morriña' a los aragoneses.
Las callejuelas del centro de Zaragoza
Las calles adoquinadas del centro histórico de la ciudad y las estrechas callejuelas de la zona ofrecen un sinfín de enclaves especiales en los que se puede admirar la diversidad cultural y patrimonial de la capital aragonesa.
