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La Guardia Civil aclara parte del misterio del Porsche abandonado en Pinseque

La Guardia Civil sabe ya que el vehículo que se ensartó contra el guardarraíl de la A-68 está a nombre de una sociedad de un empresario de origen cincovillés. Sin embargo, falta por confirmar si era el quien conducía cuando se produjo el siniestro.

El guardarraíl entró por el parabrisas del Porsche, atravesó el asiento del copiloto y salió por el maletero.
Bomberos de Zaragoza

La Guardia Civil parece estar cerca de resolver el misterio del Porsche Macan que fue abandonado en la madrugada del pasado miércoles, 26 de diciembre, tras sufrir un accidente en la localidad zaragozana de Pinseque. Por causas que se desconocen, el conductor se salió de la A-68 por el margen izquierdo y clavó el vehículo contra el guardarraíl, que entró por el parabrisas y atravesó literalmente el asiento del copiloto para salir después por el maletero. Por suerte, nadie acompañaba a la persona que iba al volante, porque de ser así habría muerto.

El hecho de que el conductor dejara abandonado el coche –cuya versión más asequible supera los 70.000 euros– planteó toda serie de dudas. Como informó HERALDO, la Benemérita tuvo inicialmente problemas para identificar al propietario, ya que el Porsche figuraba a nombre de una sociedad mercantil. Sin embargo, fuentes próximas al caso apuntan que el dueño sería un empresario de origen cincovillés que reside en Zaragoza.

Hasta la fecha, la Comandancia de Zaragoza no ha facilitado ningún dato oficial sobre las pesquisas, que permanecen abiertas. Porque aunque los investigadores saben ya de quién es el Porsche, todavía hay que aclarar quién lo conducía cuando chocó contra la bionda de la A-68 en Pinseque. 

La hora en que se produjo el accidente –sobre las 2.00– y el hecho de que la persona que iba al volante abandonara el vehículo sin pedir auxilio invitan a pensar en una conducción etílica o bajo el efecto de las drogas, para las que el Código Penal contempla incluso penas de prisión. Sin embargo, eso será ya prácticamente imposible de probar, porque al no localizar al conductor de inmediato no se le pudo someter a las pruebas de medición.

Pese a su aparatosidad, el siniestro se saldó sin víctimas: ni heridos ni fallecidos. Por lo tanto, al conductor, cuando se le identifique, tampoco se le podrá imputar un delito de omisión de socorro. Por lo tanto, todo apunta a que el asunto acabará en una multa de 200 euros por abandonar el lugar de los hechos sin facilitar datos a la Guardia CIvil.

Pero los investigadores no quieren dejar cabos sueltos y están empeñados en averiguar quién conducía realmente el Porsche Macan. La desaparición de su ocupante resulta sospechosa y no pueden descartar tampoco que decidiera marcharse porque, o bien no tenía carné, o tenía algo que ocultar.