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La ola de calor dispara el número de averías de los autobuses urbanos

Los sindicatos denuncian que el taller está colapsado y la concesionaria asegura que trabaja "para minimizar los efectos"

Un bus de la 52 parado por recalentamiento de motor el domingo.
Un bus de la 52 parado por recalentamiento de motor el domingo.
C. P. B.

El fuerte calor de los últimos días ha pasado factura a la flota de autobuses zaragozanos. Los vehículos, que llegan a dar 16 horas de servicio diario, han sufrido las altas temperaturas y muchos de ellos han tenido que pasar por talleres. Los sindicatos aseguran que han sido más de cien incidencias en tres días las que han colapsado los servicios de mantenimiento, mientras que la concesionaria (Avanza) no ofrece datos pero explica que "los autobuses circulan sobre el asfalto, bajo el sol y con sobreesfuerzo del aire acondicionado al máximo. Es absolutamente normal que en estos días de calor extremo, como cualquier máquina térmica que trabaje a pleno rendimiento, se resientan".

Según los trabajadores, la sucesión de averías hizo que el pasado viernes una veintena de conductores tuvieran que espera a que se reparasen autobuses para poder salir a la calle a prestar servicio. Desde el sindicato CUT denuncian que estos fallos, sumados a la reducción estival del servicio (que dio comienzo ayer) y al envejecimiento de la flota, repercuten en un peor transporte para los ciudadanos. Igualmente, el sindicato Osta criticó ayer que el pasado fin de semana se produjeron más de cien incidencias (60 averías solo el viernes) y que eso conllevó que los usuarios tuvieran que sufrir esperas "que sobrepasaron los 40 minutos en varias líneas, con temperaturas que superaban los 40 grados".

Como botón de muestra citan el caso de la línea 52, que debería estar dotada con cuatro coches los días festivos pero que el pasado domingo hubo momentos en los que solo prestaban servicio dos. Los comités de empresa denuncian "los recortes en mantenimiento, la falta de herramientas, recambios y los tiempos de recorrido insuficiente". No obstante, fuentes de la dirección de Avanza señalan que "el departamento de mantenimiento trabaja como es habitual en olas de calor para minimizar los efectos que la alta temperatura pueda causar en los buses". Desde la concesionaria admiten que han tenido que repararse varias unidades, pero insisten en que cinco días por encima de 42 grados es un hecho excepcional.

Cuando hace un calor tan intenso lo que más tiende a averiarse es el motor porque –según explican los técnicos– este tiene un espacio muy reducido y, junto a los elementos de transmisión, va en la parte trasera. Así, tiene dificultades para refrigerarse –hay que recordar que circulan a unos 13 kilómetros por hora– y los aparatos se recalientan. Otras de las averías típicas, que también afectan a los híbridos y a los eléctricos con los que el Ayuntamiento está tratando de rejuvenecer la flota, son los problemas en el cambio de marchas o las que afectan a la neumática (suspensiones, puertas y frenos). En condiciones normales, unos 25 autobuses tiene que pasar cada día por cocheras para ser revisados por diversos fallos.

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